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Caminos del Padre Pio

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Caminos del Padre Pio (Spanish)

¡Descubre los Caminos del Padre Pio! Bienvenidos al canal de Telegram "Caminos del Padre Pio" donde encontrarás inspiración, reflexiones y enseñanzas basadas en la vida y obra de este querido santo. El Padre Pio, conocido por sus dones de curación y sus estigmas, dejó un legado de fe y amor que sigue tocando los corazones de millones de personas en todo el mundo. En este canal, compartiremos mensajes diarios de esperanza, oraciones poderosas y testimonios de milagros atribuidos a la intercesión de este santo emblemático. Además, podrás unirte a una comunidad de devotos que comparten tu devoción y buscan crecer espiritualmente siguiendo los pasos del Padre Pio. No pierdas la oportunidad de conectarte con la espiritualidad y la gracia divina a través de este canal único. ¡Únete hoy mismo y empieza a recorrer los Caminos del Padre Pio con nosotros!

Caminos del Padre Pio

01 Jan, 18:53


Mi pasado, a tu misericordia; Mi presente, a tu amor; Mi futuro a Tu providencia.
"Cuando el enemigo quiera abrir una brecha en tu corazón para tomarlo por asalto con ese temor del PASADO, piensa que el pasado ya quedó perdido en el océano de la bondad del cielo; y , por lo tanto concentrate en el PRESENTE, en el que Jesús está contigo y te ama; piensa en el FUTURO, cuando Jesús recompensará tu fidelidad y resignación o, mejor, todas aquellas gracias que Él te ha regalado y te regala de contInuo. Por tanto , querría rogarte que, en cuanto te sea posible, depongas todo temor y mantengas siempre la confianza, la fe, el amor."
-PADRE PÍO-

Caminos del Padre Pio

23 Dec, 21:09


COMO TODOS LOS 23 DE CADA MES, LE PEDIMOS AL PADRE PIO, QUE INTERCEDA POR NUESTRAS INTENCIONES, NECESIDADES Y ANHELOS
"Si volvieras a sentir que la impaciencia se instala en ti, recurre inmediatamente a la oración; recuerda que estamos siempre en la presencia de Dios, al que debemos dar cuenta de cada una de nuestras acciones, buenas o malas."
-PADRE PÍO-

Caminos del Padre Pio

16 Dec, 23:39


https://youtu.be/0uKisMaypZE?si=A1s-s7BW3wrFZO8d

Caminos del Padre Pio

16 Dec, 12:44


https://youtu.be/brVpIb_gveI?si=1htAKdSYpRxAUPic

Caminos del Padre Pio

01 Dec, 00:32


Corona de Adviento

Caminos del Padre Pio

28 Nov, 18:44




Fin del libro "Padre Pio - Un Buen Hijo de Dios: San Pio de Pietrelcina"

Paz y Bien

Caminos del Padre Pio

28 Nov, 18:42


Don Pierino es sacerdote y uno de los hijos espirituales del padre Pío que estaban al mismo tiempo presentes. Fr. Pierino cuenta la historia: “Un día, el Padre Pío estaba en el confesionario, detrás de las cortinas. Las cortinas del confesionario no estaban cerradas totalmente y yo tuve la oportunidad de mirar al Padre Pío. Los hombres, mientras miraban los registros, se apartaron, todos en una sola fila. Del lugar dónde yo estaba, yo leía el Breviario, intentando siempre mirar al Padre. Por la puerta de la iglesia pequeña, entró un hombre. Él era guapo, con los ojos pequeños y negros, pelo canoso, con una chaqueta oscura y los pantalones bien arreglados. Yo no quise distraerme, y seguí recitando el breviario, pero una voz interior me dijo: "¡Detente y mira!”. Yo miraba al Padre Pío. Ese hombre, simplemente se detuvo delante del confesionario, después de que el penitente anterior se marchó. Él desapareció rápidamente entre las cortinas, mientras estaba de pie, delante del Padre Pío. Entonces yo no vi más al hombre cabello oscuro. Algunos minutos después, el hombre se hundió en el suelo con sus piernas ensanchadas. En la silla en el confesionario, de pronto ya no vi al Padre Pío, y en su lugar vi a Jesús, pero, Jesús era rubio, joven y guapo y miró fijamente al hombre, quien tuvo por tumba al suelo. Entonces de nuevo logré ver al Padre Pío que surgió otra vez. Él volvió para tomar su asiento en su mismo lugar y su apariencia emergió de la de Jesús. Ahora podía ver claramente al Padre Pío. Yo oí su voz inmediatamente: "¡Dense prisa!” ¡Nadie notó este acontecimiento! Todos continuamos de nuevo en lo que estábamos”.

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28 Nov, 18:42


La carta al Padre Agostino del 13 de febrero, de 1913, "Ahora, que veintidós días han pasado, desde que Jesús permitió a los diablos para descargar su enojo sobre mí. Mi Padre, en mi cuerpo todo se machuca de las palizas que yo he recibido en el presente por nuestros enemigos. En varias oportunidades, ellos me han quitado mi camisa incluso, y me han golpeado de una manera brutal"...
(PADRE PIO DA PIETRELCINA: Epistolario I° (1910-1922) a cura di Melchiorre da Pobladura e Alessandro da Ripabottoni - Edizioni "Padre Pio da Pietrelcina" Convento S.Maria delle Grazie San Giovanni Rotondo - FG)


La carta al Padre Benedetto de fecha 18 de marzo de 1913, "Estos diablos no dejan de pegarme, mientras que también me tumban de la cama. ¡Ellos igualmente me quitan mi camisa, para pegarme! Pero ahora ellos no me asustan ya. Jesús me ama, Él me alza a menudo y me pone en la cama"
(PADRE PIO DA PIETRELCINA: Epistolario I° (1910-1922) a cura di Melchiorre da Pobladura e Alessandro da Ripabottoni - Edizioni "Padre Pio da Pietrelcina" Convento S.Maria delle Grazie San Giovanni Rotondo - FG)


Satanás fue más allá de todos los límites de provocación, con el Padre Pío; hasta le dice que él era un penitente. Éste es el testimonio del Padre Pío: “Un día, mientras yo estaba oyendo las confesiones, un hombre vino al confesionario dónde yo estaba. Él era alto, guapo, me vistió con algo de refinamiento y era amable y cortés. Comenzó a confesar sus pecados; los cuales, eran de cada tipo: contra Dios, contra el hombre y contra las morales. ¡Todos los pecados eran molestos! Yo estaba desorientado, por todos los pecados que él me dijo, yo respondí. Yo le traje la Palabra de Dios, el ejemplo de la Iglesia, las morales de los Santos, pero el penitente enigmático se opuso a mi palabras justificando, con habilidad extrema y cortesía, todo tipo de pecado. Él vació todas las acciones pecadoras y él intentó hacer normal, natural, y humanamente comprensible todas sus acciones pecadoras. Y esto no solamente para los pecados que eran repugnante contra Dios, Nuestra Señora, y los Santos, él fue Rotundo sobre la argumentación, pero, que pecados morales tan sucios y ásperos. Las respuestas que él me dio con la delgadez experimentada y malicia me sorprendieron. Yo me pregunté: ¿Quién es él? ¿De qué mundo viene él? Y yo intenté mirarlo bien, leer algo en su cara. Al mismo tiempo concentré mis oídos a cada palabra, para darle el juicio correcto que merecían. Pero de repente; a través de una luz vívida, radiante e interior yo reconocí claramente quién era él. Con autoridad divina yo le dije: diga…….”Viva Jesús por siempre” “Viva María eternamente” En cuanto yo pronuncié estos nombres dulces y poderosos, Satanás desapareció al instante en un goteo de fuego, mientras dejaba un hedor insoportable".

Caminos del Padre Pio

28 Nov, 18:42


Carta al padre Agostino, del 18 de enero de 1912: "... Barba Azul no quiere ser derrotado. Él ha venido a mí casi asumiendo todas las formas. Desde varios días acá, me viene a visitar, junto con otros de sus espíritus infernales armados de bastones y piedras. Lo que es peor; es que ellos, vienen con sus semblantes. Tal vez cuántas veces, me ha sacado de la cama y me ha arrastrado por la habitación. ¡Pero paciencia! Jesús, la Mamá, el angelito, San José y el padre San Francisco siempre están conmigo."
(PADRE PIO DA PIETRELCINA: Epistolario I° (1910-1922) a cura di Melchiorre da Pobladura e Alessandro da Ripabottoni - Edizioni "Padre Pio da Pietrelcina" Convento S.Maria delle Grazie San Giovanni Rotondo - FG)


La carta a Agostino del 5 de noviembre de 1912: Estimado Padre", ésta también es su segunda carta a través de la concesión de Dios, y ha seguido el mismo destino de la anterior. Yo estoy seguro de que el Padre Evangelista ya le ha informado sobre la nueva guerra que los apóstatas impuros están haciendo en mí. Mi padre, ellos no pueden ganar, a su voluntad por mi constancia. Yo le informo sobre sus trampas sé que les gustaría inducirme, privándome de sus sugerencias. Yo encuentro en sus cartas mi único consuelo; pero para glorificar a Dios y para su confusión yo los llevaré. Yo no puedo explicarle, a usted cómo ellos están pegándome. A veces yo pienso que me voy a morir. El sábado yo pensé que ellos realmente quisieron matarme, yo no hallaba a qué santo pedirle ayuda. Yo me dirigí a mi ángel de la guarda, suplicándole ayuda, quien me hizo esperar largo tiempo, y finalmente, él voló alrededor de mí y con su voz angélica cantó los himnos de alabanza a Dios. Entonces una de esas escenas usuales pasó; Yo le reñí severamente, porque él me había hecho esperar tanto por su ayuda, a pesar de que lo había llamado urgentemente y por castigo, yo no quise mirarlo a la cara, yo quería que él recibiera más que un castigo de mí, yo quise huirle pero, él pobre, me localizó llorando, él me tomó, hasta que yo lo mirara, yo lo miré fijamente en la cara y vì que él lo sentía."
(PADRE PIO DA PIETRELCINA: Epistolario I° (1910-1922) a cura di Melchiorre da Pobladura e Alessandro da Ripabottoni - Edizioni "Padre Pio da Pietrelcina" Convento S.Maria delle Grazie San Giovanni Rotondo - FG)


La carta al Padre Agostino del 18 de noviembre de 1912..... "El enemigo no quiere dejarme solo, me pega continuamente. Él intenta envenenar mi vida con sus trampas infernales. Él se molesta mucho porque yo le cuento estas cosas. Él me hace pensar en no decirle, los hechos que pasan con él. Él me dice que lo narre a las visitas buenas que yo recibo; de hecho él dice que le gustan sólo estas historias. El pastor ha estado informado de la batalla que yo tengo con estos demonios, y con referencia a sus cartas; él me sugirió que yo vaya a su oficina a abrir las cartas. Pero en cuanto yo abrí la carta, junto con el pastor, encontramos que la carta estaba sucia de tinta. ¿Era la venganza del diablo? Yo no puedo creer, que usted me ha enviado la carta sucia; porque usted sabe que yo no puedo ver bien. Al principio nosotros no pudimos leer la carta, pero después de poner el Crucifijo en la carta; nosotros tuvimos éxito leyéndola, aun cuando nosotros no éramos capaces de leer en letras pequeñas... "
(PADRE PIO DA PIETRELCINA: Epistolario I° (1910-1922) a cura di Melchiorre da Pobladura e Alessandro da Ripabottoni - Edizioni "Padre Pio da Pietrelcina" Convento S.Maria delle Grazie San Giovanni Rotondo - FG)

Caminos del Padre Pio

28 Nov, 18:42


EL DIABLO
El demonio existe y su papel activo no pertenece al pasado ni puede ser recluido en los espacios de la fantasía popular. El diablo, en efecto, continúa induciendo hoy día al hombre justo al pecado.

Por tal razón la actitud del discípulo de Cristo frente a Satanás tiene que ser de vigilancia y de lucha y no de indiferencia. La mentalidad de nuestro tiempo desaforadamente, ha relegado la figura del diablo en la mitología y en el folclore. El Baudelaire afirmó, justamente que la obra maestra de Satanás, en la era moderna, es de hacernos creer que no existe. Por consiguiente no es fácil imaginar que el Diablo haya dado prueba de su existencia, cuando ha sido obligado a afrontar al Padre Pío en "ásperos combates". Tales batallas, tal como es reconocido en la correspondencia epistolar del venerable fraile en sus directorios espirituales, fueron reales combates, siendo la última con sangre.
Uno de los primeros contactos que el Padre Pío ha tenido con el príncipe del mal, remonta al año de 1906 cuando Padre Pío volvió en el convento de Sant 'Elia a Pianisi. Una noche de verano no logró dormirse por el bochorno sofocante. De la habitación vecina le llegó el
ruido de los pasos de un hombre. "El Pobre fraile Anastasio no puede dormir como yo" pensó el Padre Pío. "Quiero llamarlo, al menos para hablar un poco". Fue a la ventana y llamó el compañero, pero la voz se le quedó en la garganta: al observar que sobre el alféizar de la ventana vecina se asomó un monstruoso perro. Así el mismo Padre Pío contó: "Por la puerta con terror; vi entrar un gran perro, de cuya boca salió mucho humo. Caí sobre la cama y oí que dijo: "es él, es él" - mientras estuve en aquella posición, vi aquel animal que saltó sobre el alféizar de la ventana, y luego de esto se lanzó sobre el techo del frente, y desapareció."
Las tentaciones de Satanás que quisieron hacer caer al padre Pío, se manifestaron de cada modo. El Padre Agostino nos confirmó que Satanás apareció bajo las formas más variadas: "bajo forma de jovencitas desnudas que bailaron; en forma de crucifijo; bajo forma de un joven amigo de los frailes; bajo forma del Padre Espiritual, o del Padre Provincial; de aquel del Papa Pío X y del Ángel de la guarda; de San Francesco; de Maria Santísima, pero también en sus semblantes horribles, con un ejército de espíritus infernales. A veces no hubo ninguna aparición pero el pobre Padre fue golpeado hasta salirle sangre, atormentado con ruidos ensordecedores, lleno de escupitajos etc. Él logró librarse de estas agresiones invocando el nombre de Jesús.
Las luchas entre el Padre Pío y Satanás se agriaron cuando el Padre Pío liberó a los poseídos. Más de una vez - el Padre Tarcisio contó de Cervinara - antes de salir del cuerpo de un poseído, el Malvado ha gritado: "Padre Pío nos das más molestias tú que San Michele". Y también: "Padre Pío, no nos arranques las almas y "no te molestaremos."
Pero veamos cómo el mismo Padre Pío describe en las cartas mandadas a sus directorios espirituales, los asaltos de Satanás.

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28 Nov, 18:42


Un hombre le dijo al Padre Pío: Yo no puedo venir siempre a donde UD., pues, mi sueldo no me permite efectuar viajes largos - el Padre Pío contestó: "¿Y quién te ha dicho de venir aquí? ¿No tienes tu Ángel de la guarda? Le dices a tu ángel que cosa quieres, lo mandas acá, y recibirás la respuesta."

Cuándo el Padre Pío era un joven sacerdote le escribió a su confesor: " por la noche, cuando los ojos están a punto de cerrarse, veo el Paraíso que se abre delante de mí. Y yo, me siendo tan feliz por esta visión, que duermo con una sonrisa de dulce beatitud sobre los labios y con una perfecta calma sobre la frente, esperando que el pequeño compañero de mi infancia venga a despertarme para cantar juntos las alabanzas matutinas al Querido y gran amor de nuestros corazones."

El Padre Alessio un día se acercó al Padre Pío con algunas de las cartas en la mano para preguntarle algunos consejos; pero el Padre Pío contestó bruscamente: "¿Chico, no ves que tengo que hacer? Déjame en paz". El Padre Alessio quedó mal y se marchó avergonzado. El Padre Pío acudió poco tiempo después, lo llamó y le dijo: ¿No has visto todos aquellos Ángeles que estuvieron aquí alrededor de mí? Fueron Ángeles de la guarda de mis hijos espirituales que vinieron a traerme sus mensajes. Tuve que darles las respuestas rápidamente."

Un médico le preguntó a Padre Pío: "Muchos Ángeles siempre están cerca de ella. ¿No le molesta? - el Padre contestó con sencillez - "No, son tan obedientes."

A una persona dijo: "Por tu mamá rogaremos, para que el Ángel de la guarda les haga compañía"

Uno de los hijos espirituales del Padre dijo en una oportunidad: "Parece que el Padre es tan Piadoso que escucha siempre los que lo llaman. Una tarde, muchas personas que apenas le llegaron a San Giovanni Rotondo, hablaron del Padre Pío. Ingenuamente enumeraron las gracias que quisieron preguntarle y preguntaron a sus Ángeles de la guarda si podían llevar los mensajes al Padre Pío. Al día siguiente, después de la Misa, el Padre Pío los regañó justamente: “¡Bribones! ¡Tampoco por la noche me dejan tranquilo!”, la sonrisa desmintió las palabras. Ellos entendieron que el Fraile les habría atendido.

¿Pero vos, Padre, oíd lo que el ángel os dice? Una persona preguntó. Y Padre Pío: "¿Y tú que cosa crees, que Él sea desobediente como tú? Mándame a tu Ángel de la guarda."

Es inútil que me escribas, porque no puedo contestar. Mándame al ángel, siempre. Pensaré en todo”.

“El ángel me ha referido de las frases que me han hecho comprender tu desconfianza”.

“Invoca a tu Ángel de la guarda, que te iluminará y te conducirá por el camino verdadero a Dios. Es Dios el que te lo ha puesto, cercano está de ti; por tanto debes valerte de él”.

“Y si la misión de nuestro Ángel de la guarda es grande, aquel del mío es ciertamente más grande, considerado que él como un maestro, tienen que explicarme las otras idiomas”.

“Manda el Ángel de la guarda que no paga el tren y no consume los zapatos”.

Para las personas que están solas, hay el Ángel de la guarda.

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28 Nov, 18:41


Una hija espiritual del Padre Pío estaba dirigiéndose al convento, caminando por el campo. El Padre Pío la esperó en el Convento de los Capuchinos. Era en tiempo de invierno y nevaba. Los grandes copos de nieve que cayeron, hicieron más difícil el camino. A lo largo de la calle, totalmente nevada, la señora tuvo la certeza de que no llegaría a tiempo a la cita con el fraile. Llena de fe, en su Ángel de la guarda, le suplicó que avisara al Padre Pío que había llegado al convento con notable retraso a causa del mal tiempo. Llegando al convento pudo constatar con enorme alegría que el fraile la esperó detrás a una ventana, de dónde, sonriendo, la saludó.

A menudo el Padre Pío se encontraba de pie en la Sacristía y saludaba a algún amigo o a sus hijos espirituales dándole algún beso. Y un hombre comentó que debía de darse su puesto de hombre sin repartir besos, nada más que la bendición, y para asombro de él mismo el 24 de diciembre de 1958 se encontraba de rodillas, a los pies del Padre Pío suplicándole que lo confesara. Al terminar la confesión lo miró y, mientras el corazón le palpitaba fuertemente por la emoción, le preguntó al Padre Pío "¿Padre, hoy es Navidad, puedo darle las enhorabuenas dándoos un beso? Y él, con una dulzura que no se puede describir con la pluma pero solamente imaginar, me sonríe y dice: "Adelante, hijo mío, no perdamos más tiempo". También él me abrazó. Lo besé y como un pájaro, alegre, emprendí el vuelo hacia la salida lleno de delicias celestiales. ¿Y que decir de los golpes sobre la cabeza? Esa vez, antes partir de San Giovanni Rotondo, deseé una señal particular de predilección. Su bendición no fuè suficiente. Yo también quise como dos pequeñas bofetadas sobre la cabeza dos paternales caricias. Tengo que subrayar que nunca él me hizo carecer de lo que yo como un niño, quise recibir de él. Una mañana, hubieron muchas personas en la Sacristía de la iglesia pequeña y mientras el Padre Vincenzo en voz alta exhortó, con su usual severidad, diciendo: "¡no empujáis... no apretáis las manos del Padre... os hacéis atrás"! Yo me desalenté y pensé: "Partiré, y esta vez no tendré los golpes sobre la cabeza". No quise presentarme y rogué a mi Ángel de la guarda fuera mi mensajero y le dijera al Padre Pío estas palabras: "Padre, yo parto, deseo la bendición y los dos golpes sobre la cabeza, como siempre. Uno por mí y otro por mi mujer". "Hacéis alarde, hacéis alarde", el padre Vincenzo todavía le repitió mientras el Padre Pío empezó a caminar. Sentí una gran ansiedad. Lo miré tristemente. Y he aquí, él se acerca, me sonríe y una vez más me dìó dos palmaditas sobre la cabeza y también me hizo el honor de extenderme su mano, la cual pude besar.

Una mujer se sentó en la plaza de la iglesia de los Capuchinos. La Iglesia estaba cerrada, pues ya era tarde. La mujer rogó con el pensamiento, y repitió con el corazón: "¡Padre Pío, ayúdeme! De esa manera rogó y su ángel guardián habló al Padre Pío, ve pronto a ayudarla o de otro modo su hermana muere! “De la ventana, la señora oyó la voz del Padre: "¿Quién me llama a esta hora? ¿Qué sucede? La mujer le dijo al Padre Pío que la hermana estaba enferma, y el Padre Pío se trasladó en bilocación y curó a la enferma.

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28 Nov, 18:41


EL ÁNGEL DE LA GUARDA
Un italo-americano que vivió en California, a menudo comentaba a su Ángel de la guarda, que por piedad le refiriera un recado importante al Padre Pío; un día, después de la confesión, le habló en la iglesia al Padre Pío; y le preguntó que si su Angel de la guarda le había confiado el recado, y le comentara ciertamente lo que el ángel le dijo: - el Padre Pío le contestó - ¿tú crees que yo soy "sordo"? Y el Padre Pío le repitió lo que pocos días antes le dijo a su Ángel de la Guarda.

El Padre Lino contó. Estaba rogando a mi Ángel de la guarda para que interviniera y le hablara al Padre Pío en favor de una señora que estuvo muy mal. Pero me pareció que las cosas no cambiaron para nada. Encontré al Padre Pío, y le dije: Padre he rogado a mi Ángel de la guarda, para qué te encomendara a aquella señora, ¿es posible que no lo haya hecho? …” ¿Y tú qué cosa crees, que sea desobediente como tú y yo?”

El Padre Eusebio contó. Estaba viajando a Londres en avión, contra el consejo del Padre Pío que no quiso que yo usara este medio de transporte. Mientras sobrevolamos el canal de la Mancha una violenta tempestad atacó el avión, y nos encontrábamos en grave peligro. Entre el terror general yo recité el acto de contrición y, no sabiendo que otra cosa hacer, le mandé al Padre Pío a mi Ángel de la guarda, suplicándole ayuda urgente. De regreso a San Giovanni Rotondo fui a ver al Padre Pío. "Chico" - me dijo - "¿Como estás?” “¿Ha quedado bien todo?” ¿- "Padre, le dije; estuve a punto de morir" - "Y entonces por qué no obedeces?”- "Pero yo le he mandado al Ángel de la guarda"... - ¡Y menos mal que ha llegado "a tiempo"!

Un abogado de Fano, Italia, estaba regresando a su casa en Bolonia, Italia. Él estaba conduciendo su vehículo que era un modelo FIAT 1100. En el vehículo se encontraban su mujer y sus dos hijos. En algún momento, sintiéndose cansado, el abogado debió ser reemplazado del volante por su hijo mayor, Guido, el cual se encontraba durmiendo. Después de algunos kilómetros, en las cercanías de San Lázaro, también el hijo se durmió. Cuando se despertó, se dio cuenta de encontrarse a un par de kilómetros de la población de Imola. Asustado él gritó: "¿quién ha conducido el carro? ¿Les ha ocurrido algo?... - No - le contestaron todos. El hijo mayor, se despertó y dijo haber dormido intensamente. La mujer y el hijo menor, incrédulo y maravillado, dijeron de haber constatado un modo de conducir diferente de lo usual: a veces el coche estuvo a punto de chocar contra otros vehículos pero a última hora, los evitó con maniobras perfectas. También la manera de hacer las curvas era diferente. "Sobre todo" dijo la mujer no nos ha golpeado "el hecho que tú te has quedado inmóvil por mucho tiempo, y ya no has contestado a nuestras preguntas... "; dijo el marido: "Yo no pude contestar porque me dormí. Yo me quedé dormido por quince kilómetros. No he visto y no he sentido nada por qué me dormí.... Pero ¿Quién ha conducido el automóvil? ¿Quién ha impedido los accidentes?”... Después de un par de meses el abogado fue a San Giovanni Rotondo y el Padre Pío, en cuanto lo vio, apoyándose en su hombro, le dijo: "Tú te quedaste dormido y el Ángel de la guarda te condujo el vehículo". El misterio fue revelado.

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28 Nov, 18:41


LA LEVITATIÓN

La Levitación puede definirse como el fenómeno de que una persona se alza de la tierra y es suspendido en el aire; y también el poder levitar objetos. Tal fenómeno es obviamente un don; dado por Dios a los Místicos de la Santa Iglesia Católica. San. José de Copertino era, por ejemplo era famoso por el fenómeno de levitación y también el Padre Pío de Pietrelcina tenía tales dones. El Padre Pío era visto a menudo por sus hermanos; mientras él se alzaba en la oración, sobre la tierra.

En Bari, ciudad de Italia; durante la Segunda Guerra Mundial, se encontraba la oficina principal de las Fuerzas aéreas americanas de la Orden General. Se dirigieron muchos funcionarios para ver al Padre Pío durante la guerra. Incluso el Comandante General había sido un protagonista de un episodio asombroso. El funcionario imponente americano; quiso llevar un escuadrón de bombarderos para destruir, un depósito de material de guerra alemán, que se había localizado cerca del San Giovanni Rotondo. El General dijo, "cuando los aviones estaban cerca del blanco, sus hombres y él, vieron en el cielo, un monje con las manos alzadas. Las bombas que habían dejado caer, lejos. Habían desplomado los bosques. Los aviones habían invertido el curso. Todos padrepio10.jpg (11081 byte)se preguntaron quién era ese monje a quién los aviones habían obedecido. Alguien le dijo al General, "en San Giovanni Rotondo un monje hacía milagros", y él decidió que, en cuanto el país hubiera sido librado, él averiguaría quién era el monje que ellos habían visto en el cielo. Después de la guerra el general fue al convento de los Capuchinos con algunos pilotos. Entrando en la Sacristía, el General se encontró delante de varios monjes, entre ellos inmediatamente reconoció al monje que había detenido sus aviones: Era el Padre Pío. El Padre Pío caminó hacia él y cuando lo tuvo cerca, le dijo: "¿Usted es por consiguiente, quién quiso matarnos a todos nosotros?" Revelado por la mirada y por las palabras del Padre, el General se arrodilló delante de él. Como de costumbre el Padre Pío le habló en dialecto, pero el General se convenció, de que el monje le había hablado en inglés. Éste era otro don del Padre Pío. Todos se miraron; y el General y sus amigos, que eran protestantes se convirtieron al catolicismo.

Testimonio del Padre Ascanio: - "Nosotros estábamos esperando al Padre Pío que tenía que venir a confesar a los penitentes. La Sacristía estaba llena de gente y todos estábamos pendientes de la puerta para ver cuando entrara el Padre Pío. La puerta estaba cerrada; cuando de repente, yo vi al padre Pío que caminó sobre las cabezas de las personas; dirigiéndose luego para el confesionario: posteriormente desapareció. Después de algunos minutos, comenzó a confesar. Yo no dije nada, y pensé que estaba soñando, pero cuando me lo encontré le pregunté: ¿”Padre, Pío Cómo usted ha logrado caminar sobre a las cabezas de las personas? ". Ésta era su respuesta cómica: "Puedo asegurarte mi niño, igual que caminar en un suelo... ".

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26 Nov, 12:18


En la carta al Padre Agostino del 13 de febrero de 1913: Nuestro Padre Jesucristo me reveló “no te preocupes, yo le haré sufrir pero yo también te daré la fuerza" - "Yo deseo que tu alma se purifique e con el martirio oculto diario; no te asustes si yo permito al Diablo atormentarte, y al mundo para hastiarlo, porque nadie ganará contra esas personas que sufren bajo la cruz por mi amor y que yo he decidido protegerlos. " (PADRE PIO DA PIETRELCINA: Epistolario I° (1910-1922) a cura di Melchiorre da Pobladura e Alessandro da Ripabottoni - Edizioni "Padre Pio da Pietrelcina" Convento S.Maria delle Grazie San Giovanni Rotondo - FG)


La carta al Padre Agostino, del 18 de noviembre de 1912, "... Jesús, su estimada Madre, y el Ángel Guardián; estuvieron visitándome con otros para animarme, me dijeron que ellos no se olvidan de decirme que la víctima, ser llamado la víctima, tiene que perder toda su sangre."
(PADRE PIO DA PIETRELCINA: Epistolario I° (1910-1922) a cura di Melchiorre da Pobladura e Alessandro da Ripabottoni - Edizioni "Padre Pio da Pietrelcina" Convento S.Maria delle Grazie San Giovanni Rotondo - FG)


La carta para al Padre Agostino, del 12 de marzo de 1913, "... mi padre, escucha las quejas de nuestro dulce Jesús: ¡Se reembolsa "mi amor para los hombres con tanta ingratitud! Esas personas me hubieran ofendido menos si yo los hubiera amado menos. Mi padre no quiere llevárselos todavía. ¡Me gustaría dejar de amarlos, pero... (Y aquí Jesús guardó silencio y, luego desprevenidamente me dijo:) ¡pero mi corazón es hecho para amar!. Los hombres no hacen el intento de superar las tentaciones. Más bien estos hombres disfrutan sus faltas de equidad. Las almas que Yo amo más son las que sufren una tentación, y cuando ellos no tienen éxito resistiendo, me invocan pidiendo ayuda, y Yo me presento y las fortifico en la tentación. Las almas débiles se desaniman y desesperan. Las almas fuertes que confían en Jesús, me llaman y Yo vengo para relajarlos. Ellos me dejan solo por la noche y en la mañana en la Iglesia. Ellos no cuidan del sacramento del altar; ellos ya no hablan de este sacramento de amor; también, las personas que hablan del sacramento lo hacen con la tanta indiferencia y frialdad. De mi Corazón se han olvidado; nadie cuida de mi amor; Yo siempre me entristezco. Mi casa se ha vuelto un teatro de obras para muchas personas; incluso mis sacerdotes que yo siempre he protegido cuidadosamente, que yo he amado como la niña de mis ojos; ellos deben confortar mi corazón lleno de amargor; ellos deben ayudarme en la redención de las almas, en cambio.... ¿Quién lo creería? Yo recibo la ingratitud de ellos. Yo veo, Hijo mío, a muchos de ellos que... (Aquí él se detuvo, los hipos le apretaron la garganta, él lloró) que bajo la semejanza falsa ellos me traicionan con las comuniones sacrílegas, mientras Yo estoy estampando en ellos la luz y las fuerzas que continuamente les doy... ".
(PADRE PIO DA PIETRELCINA: Epistolario I° (1910-1922) a cura di Melchiorre da Pobladura e Alessandro da Ripabottoni - Edizioni "Padre Pio da Pietrelcina" Convento S.Maria delle Grazie San Giovanni Rotondo - FG)

Caminos del Padre Pio

26 Nov, 12:18


El Padre Pío contó esta historia al Padre Anastasio. "Una tarde, mientras yo estaba solo en el coro para orar, oí el susurro de un traje y vi a un monje joven que revolvió al lado del altar principal. Parecía que el joven monje estaba desempolvando los candelabros y arreglando los jarrones de las flores. Yo pensé que él era el Padre Leone que estaba reestructurando el altar; y como ya era la hora de la cena, me acerqué a él y le dije: "Padre Leone, vaya a cenar, no es tiempo para desempolvar y reparar el altar". Pero una voz que no era la voz del padre Leone me contestó": "yo no soy el Padre Leone", "¿y quién es usted? ", le pregunté. "Yo soy un hermano suyo que hice el noviciado aquí, mi misión era limpiar el altar durante el año del noviciado. Desgraciadamente en todo ese tiempo yo no reverencié a Jesús Sacramentado, Dios Todopoderoso, como debía haberlo hecho, mientras pasaba delante del altar. Causando gran aflicción al Sacramento Santo por mi irreverencia; puesto que El Señor se encontraba en el tabernáculo para ser honrado, alabado y adorado. Por este serio descuido, yo estoy todavía en el Purgatorio. Ahora, Dios, por su misericordia infinita, me envió aquí para que usted decida el tiempo desde cuando que yo podré disfrutar del Paraíso. Y para que UD cuide de mí." Yo creí haber sido generoso con esa alma en sufrimiento, por lo que yo exclamé: "usted estará mañana por la mañana en el Paraíso, cuando yo celebre el la Santa Misa.". Esa alma lloró: Cruel de mí, que malvado fui. “Entonces él lloró y desapareció." Esa queja me produjo una herida tan profunda en el corazón, la cual yo he sentido y sentiré durante toda mi vida. De hecho yo habría podido enviar esa alma inmediatamente al Cielo pero yo lo condené a permanecer una noche más en las llamas del Purgatorio."


Carta que el Padre Pío escribió a su director espiritual: Carta al Fraile Agostino, del 7 de abril de 1913, "Mi estimado Padre, yo todavía estaba en la cama el viernes por la mañana, cuando el Señor Jesús se me apareció. Él se encontraba golpeado y desfigurado. Él me mostró una gran muchedumbre de sacerdotes y dignatarios eclesiásticos indiferentes, quienes estaban celebrando vistiendo sus sagradas túnicas. Cuando yo vi a mi Jesús en esta condición sentí un gran sufrimiento, por consiguiente, yo le pregunte porqué él sufrió tanto. Él no me contestó, él me mostró a los sacerdotes que debía castigar. Pero poco después, el Señor estaba tristísimo al mirar a estos sacerdotes y yo noté, con gran horror, dos lágrimas enormes que emanaron del Santo Rostro. Jesús salió de esa muchedumbre de sacerdotes y con una gran expresión de aversión en la cara, lloró': ¡"Carniceros”! “Entonces Él me dijo: "Mi Niño, no creas que mi agonía ha sido de tres horas, no; realmente yo estaré en la agonía hasta el fin del mundo; debido a las almas que yo amo. Durante el tiempo de la agonía, mi niño, nadie puede dormir. Mi alma va buscando alguna gota de piedad humana, pero ellos me dejan solo bajo el peso de la indiferencia. La ingratitud hace más severa la agonía para mí. ¡Ellos responden mal a mi amor! El tormento mayor para mí es que crece en las personas su desprecio, indiferencia, e incredulidad. Cuántas veces mi ira deseó destruirlos por el relámpago, pero yo me detuve por los ángeles y las almas que me aman..... Escribe a tu padre y nárrale lo que has visto y Yo te dije en esta Mañana. Dile que muestre tu carta al Padre provinciano... "Jesús continuó hablando pero yo nunca puedo revelar lo que él dijo... "
(PADRE PIO DA PIETRELCINA: Epistolario I° (1910-1922) a cura di Melchiorre da Pobladura e Alessandro da Ripabottoni - Edizioni "Padre Pio da Pietrelcina" Convento S.Maria delle Grazie San Giovanni Rotondo - FG)

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26 Nov, 12:18


Una tarde el Padre Pío estaba descansando en una habitación, en la planta baja del convento, que fue destinada a hospedería. Estuvo solo descansando, y apenas se había extendido sobre el sofá cuando, de repente, he aquí que vino a comparecerle un hombre envuelto en una negra capa. El Padre Pío, sorprendido, levantándose, interrogó al hombre quién era y qué quería. El desconocido le contó que era un alma del Purgatorio. "Soy Pietro Di Mauro. He muerto en un incendio, el 18 de septiembre de 1908, en este convento que fue destinado a un geriátrico, después de la expropiación de los bienes eclesiásticos. Morí entre las llamas, en mi cama de paja, sorprendido en el sueño, justo en esta habitación. Vengo del Purgatorio: el buen Dios me ha concedido la gracia de veniros a preguntar si podrías ofrecer la Santa Misa de mañana por mi descanso eterno. Gracias a esta Misa podré entrar al Paraíso". El Padre Pío aseguró que ofrecería la Santa Misa por su alma. El. Padre Pío contó: "Yo, quise acompañarlo a la puerta del convento, para despedirlo, y cual sería mi sorpresa; que una vez a mi lado desapareció repentinamente. Por lo que me di verdaderamente cuenta de haber hablado con un difunto". Tengo que decir que regresé al convento muy asustado. Al padre Paolino de Casacalenda, Superior del convento, que notó mi agitación, le pedí el permiso de celebrar la Santa Misa en sufragio de aquella alma necesitada; después, naturalmente, de haberle narrado lo ocurrido". Tiempo después, el Padre Paulino, despertado por la curiosidad, quiso hacer la averiguación. Fue al Despacho del registro del ayuntamiento de San Giovanni Rotondo, solicitó y consiguió el permiso de consultar el registro de los fallecidos en el año 1908., la narración del Santo Padre Pío correspondió a la realidad. En el registro relativo a las muertes del mes de septiembre, el padre Paulino localizó el nombre, el apellido y la imputación de la muerte: "En fecha el 18 de septiembre de 1908, en el incendio del geriátrico Pietro Di Mauro verdaderamente murió."

La Señora Cleonice Morcaldi de San Giovanni Rotondo fue una hija espiritual del Padre Pío; A un mes de la muerte de su mamá, el Padre Pío le dijo: "Esta mañana tu mamá ha volado al Paraíso, la he visto mientras estaba celebrando la Misa." Lo que quiere decir que tuvo la gentileza de ofrecer la misa por el descanso eterno de su alma.

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26 Nov, 12:18


LAS APARICIONES Y LAS ALMAS DEL PURGATORIO
Para el Padre Pío las apariciones ya comenzaron cuando todavía era joven. El pequeño Francesco no habló nunca porque creyó que las apariciones eran cosas que ocurrieran a todas las almas. Las apariciones eran de Ángeles, de Santos, de Jesús, de la Virgen, pero a menudo, también de demonios. En los últimos días de diciembre de 1902, mientras él estaba meditando sobre su vocación, Francesco tuvo una visión. He aquí como la describió, muchos años después, "Francesco vio a su lado a un hombre majestuoso de rara belleza, resplandeciente como el sol, que le tomó por la mano y lo animó con la precisa invitación: "Vienes conmigo porque te conviene combatir de bravo guerrero". Francesco fue conducido a un gran campo, entre una multitud de hombres que fue dividida en dos grupos: En una parte habían hombres de rostro guapísimo y cubiertos de vestidos blancos, cándidos como la nieve, de la otra eran como hombres de horroroso aspecto y vestidos de negro sombríos y oscuros. (Explicación. Vienes conmigo (con Jesús), porque te conviene combatir (te conviene luchar contra la tentación, así te haces mas fuerte), bravo guerrero (buen cristiano). Inútil es tu resistencia (habla la tentación), con este conviene combatir. Animo (le dice Jesús), entra confiado en la lucha (puedes vencer al maligno), avanza atrevidamente que Yo te seré propicio (puedes retar al enemigo que siempre estaré contigo); te ayudare y no permitiré que el te venza.) El joven situado entre aquellas dos alas de espectadores, vio venir a su encuentro un hombre de desmedida altura, tan alto, que podía tocar con la frente las nubes, y con un rostro horroroso. El personaje resplandeciente que tuvo a su lado lo exhortó a batirse con el personaje monstruoso. Francesco rogó evitar el furor del extraño personaje, pero aquel luminoso no aceptó: "Inútil es tu resistencia, con éste conviene combatir". Ánimo, entra confiado en la lucha, avanza atrevidamente que yo te seré propicio; te ayudaré y no permitiré que él venza". El combate fue aceptado y resultó terrible. Con la ayuda del personaje luminoso siempre ayudándole, Francesco venció. El personaje monstruoso, obligado a huir, se arrastró tras aquella gran multitud de hombres con horroroso aspecto, entre gritos, imprecaciones se aturdió. La otra multitud de hombres del vago aspecto, emanó voces de aplauso y laudos verso al que asistió al pobre Francesco, en una tan áspera batalla. El personaje espléndido y luminoso más que el sol, puso sobre la cabeza de Francesco victorioso una corona de rara belleza, que inútil sería describirla. La corona fue retirada por el personaje bueno el que precisó: "Otra más bonita tengo para ti guardada. Si tú supieras luchar con aquel personaje con el que ahora has combatido. Él siempre volverá al asalto...; combates de bravo y no dudes en mi ayuda... no te asustes por su horrorosa presencia.... Yo estaré cerca de ti, yo siempre te ayudaré, para que tú logres vencerlo". Tal visión fue seguida, luego, de reales batallas con el Diablo. El Padre Pío enfrentó en efecto numerosas batallas contra el "enemigo" de las almas en el marco de su vida, con el propósito de arrancar las almas de las cadenas de Satanás.

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26 Nov, 12:18


IEROGNOSIA
El Padre Pío fue capaz de reconocer si un hombre era un sacerdote y si los objetos estaban bendecidos. Los fenómenos de Ierognosia fueron otro importante carisma del Padre Pío.

Un día unas señoras vestidas con chaqueta y corbata al cuello estuvieron en la Sacristía; con los hombres, en espera de la llegada del Padre Pío. Él fue justo a la primera fila. El Padre Pío en cuanto las viô les dijo: "Reverendo, han venido "disfrazadas", “pero no tenéis que avergonzaros de venirme a visitar, la próxima vez pueden venir vestidas de cura."
A un joven que fue vestido con pantalones y yérsey, el Padre Pío le dijo que volviera
vestido de San Doménico. Confuso e incómodo, el joven confesó delante de todos ser un Sacerdote Dominicano.
A veces, cuando al Padre Pío le presentaban los objetos, coronas del Rosario, medallas, imágenes sagradas, con la solicitud de bendecirlos, el Padre devolvió al solicitante algún objeto con la aclaración: "Éste ya ha sido bendecido". Y era cierto.
El Padre Pío se daba cuenta si el agua había que bendecirla o si ya estaba bendita. Y si alguien le presentaba una botella con agua de Lourdes, él, sin hacer preguntas, la llevó a sus labios y la besó.
El tranviario romano al que la Virgen apareció en una gruta de las tres fuentes de Roma, la Virgen de la Revelación, un día fue a buscar al Padre Pío. He aquí su testimonio: "Cuando fui a su presencia - no nos encontramos nunca - le dì un sobre sin decirle qué contenía. El Padre Pío lo tomó, lo apretó al pecho con amor y no me lo devolvió. El sobre contenía un poco de la tierra de la gruta de las Tres Fuentes."

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25 Nov, 13:10


El testimonio de una señora: "Quise participar en un viaje organizado por la Parroquia de San Giovanni Rotondo con el objetivo de conocer al Padre Pío. Fue el año 1961. En el autocar un señor, en voz alta, de repente dijo: "Mi mujer ha querido que yo la acompañara a donde este "embustero". La referencia al querido Padre fue evidente. Tuve un apretón en el corazón por aquel insulto. Cuando llegamos a San Giovanni Rotondo; fuimos enseguida a la iglesia para participar en la Santa Misa. Al terminar el Padre Pío pasó en medio de los remeros. Llega cerca de nosotros, se paró justo frente a aquel señor que en el autocar se expresó mal de y le dijo: "Venga aquí, ella" Venga donde este embustero". El hombre palideció, se arrodilló y, balbuciendo, logró decir solamente: "¡Perdonadme, Padre! Perdonadme! ", entonces el Padre Pío se apoderó de la cabeza y, bendiciéndolo, añadió: "Alzaos, te perdono". Aquel señor se convirtió al instante, entre la admiración y la conmoción de todos.

Una señora cuenta: - "En el año 1945 mi madre me llevó a San Giovanni Rotondo para que conociera al Padre Pío y me confesara con él. ¡Había mucha gente! En la espera de mi turno pensé en todo lo que tenía que decirle al Padre pero cuando estuve en su presencia, quedé paralizada. El querido Padre se dìó cuenta enseguida de mi timidez y, con una sonrisa me dijo: "¿Quieres que yo hable por ti?". Asentí con una señal y, después de algún instante, quedé pasmada. ¡No lo podía creer! El Padre Pío me dijo, palabra por palabra, todo lo que yo habría querido decirle. Me sentí tranquila, serena y mentalmente dí las gracias al venerado Padre por obsequiarme la experiencia de uno de sus extraordinarios carismas. Le confié la salud de mi alma y mi cuerpo. Contestó: Siempre seré tu padre "espiritual" Me despedí de él con una alegría inmensa en el corazón. ¡Mientras viajaba en el tren, de regreso, advertí un intenso perfume de flores que no olvidaré nunca! Era la presencia del Padre que me invadió de inmensa felicidad.

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25 Nov, 13:10


Además de las visiones, los religiosos del convento de Venafro, que hospedaron al Padre Pío por poco tiempo, fueron testigos de otros fenómenos inexplicables. Cuando estuvo gravemente enfermo, el Padre Pío demostró estar en absoluta capacidad de leer los pensamientos de las personas. Un día el Padre Agostino fue a buscarlo. "Esta mañana haga una oración particular por mí", dijo el Padre Pío, y le preguntó que pasaba. Bajando a la iglesia, el Padre Agostino decidió encomendar al fraile de manera muy especial durante la Santa Misa, pero luego se le olvidó hacerlo. El Padre Pío le preguntó: ¿ Ha rogado por mí"? Lo olvidé, dijo el Padre Agostino .Y el Padre Pío contestó: "menos mal qué el buen Dios, ha aceptado el propósito que UD tenía cuando bajó las escaleras."

A la segunda llamada para confesar a un hombre, el Padre Pío, levanta la cabeza y severamente dice en alta voz "¿En fin este hombre ha hecho esperar veinticinco años a nuestro Dios, para decidirse a confesarse; y no puede esperar él, cinco minutos que yo me desocupe?” Fue constatado que el hecho fue verdadero.

El espíritu profético del Padre Pío; visto por el Padre Carmelo Durante fue Superior del Convento de San Giovanni Rotondo, damos este testimonio: "Durante la última guerra mundial, casi cada día se habló de la guerra y, sobre todo de las estrepitosas victorias militares de Alemania sobre todos los frentes de batalla. Recuerdo que una mañana en la sala del convento, mientras leía el periódico, con la noticia de que las vanguardias alemanas se dirigían a Moscú. Fue para mí un flechazo: vi en aquel flash periodístico, el fin de la guerra con la victoria final de Alemania. Saliendo al pasillo, encontré al venerado Padre y, muy contento, estallaba gritando: ¡Padre, se terminó la guerra! Ha vencido Alemania! . - "¿Qué has dicho tú?” preguntó el Padre Pío - "Padre, el periódico dice…." Y Padre Pío: “¿Ha vencido Alemania la guerra? ¡Recordaos que Alemania, esta vez, perderá la guerra, peor que la otra vez! Recuérdalo" - Yo repetí: "Padre, los alemanes ya están cerca de Moscú, por lo tanto... " Él añadió: "¡Acuérdate de lo que te he dicho!”. Yo continué: "Pero si pierde la guerra Alemania, quiere decir que Italia también la perderá!”. - Y Él, contestó: Hará falta ver si la acabaran "junto". Aquellas palabras me fueron completamente oscuras, en consideración de la alianza Italo-Alemana, pero se revelaron claras el año siguiente después del armisticio con los angla-americanos del 8 de septiembre de 1943, con la declaración de guerra de Italia a Alemania.

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25 Nov, 13:10


El padre Guardián del convento de San Giovanni Rotondo contó: - "El otro día, un comerciante de Pisa ha venido a preguntarle al Padre Pío acerca de la curación de una hija. El padre lo mira y dice: "Tú estás más enfermo que tu hija. Yo te veo muerto". "Pero no, pero no, yo estoy muy bien"... - ¡"Desdichado"! Gritó el Padre Pío - ¡"Desgraciado”! ¿Cómo puedes decir que estás bien con tantos pecados sobre la conciencia? ¡“Veo de ellos al menos treinta y dos"! Imagináis el estupor del comerciante. Después de la confesión él contó a todo el que quisiera escucharlo: ¡"Él ya sabía todo y me ha dicho todo"!

Un sacerdote contó, una aventura de un cofrade suyo, que vino desde muy lejos para confesarse; con el Padre Pío. Él tuvo que esperar muchas horas en Bolonia. Después de la confesión, el Padre Pío le preguntó: "Hijo mío, ¿no recuerdas lo otro"? - "Nada, Padre" - "Vamos, busca un poco"... - Éste examinó su conciencia pero no encontró nada. Entonces el Padre Pío le dijo con extrema dulzura: “Hijo mío, ayer por la mañana, has llegado a Bolonia a las 5.00 de la mañana. Las iglesias todavía estaban cerradas. En lugar de esperar, has ido al hotel para descansar un poco antes de la Misa. Te has acostado sobre la cama y luego te has dormido tan profundamente que te has despertado a las tres de la tarde. Por la tarde, era demasiado tarde para celebrar la misa. Lo sé, no lo has hecho por malicia, pero fue una negligencia que hirió a Nuestro Dios."

En tantos tiempos; que las grandes muchedumbres acudieron al Padre Pío, fueron enviados al convento dos guardias civiles que siempre le protegieron. Un día, en la Sacristía, mientras se retiraba, después de la celebración de la Santa Misa, el Padre se dirigió sonriendo a uno de los dos guardias civiles: "Apenas termines aquí, después que yo haya hecho el agradecimiento de la Misa, vienes a mi habitación porque tengo que hablarte". El guardia civil se alegró, y esperó que el Padre acabara y luego fue a su habitación. "Siéntate", le dijo el Padre Pío, "dentro de ocho días tú vas a la casa de tu padre y mueres, hijo mío". “Pero Padre, está muy bien", dijo el guardia civil. "No te preocupes", añadió el capuchino. "es mejor dentro de ocho días.” ¿Qué es esta vida? Una romería; estamos en un tren que para hoy por ti. Pide un permiso a tu jefe y te vas a tu casa. Porque si te quedas aquí; Mañana tú mueres y no saben nada los parientes" El guardia civil, trastornado por estas palabras preguntó: "Padre; ¿puedo contar cuánto me habéis dicho"? "No, ahora no, le contestó el Padre, sólo lo dirás cuándo estés en casa". El joven pidió un permiso para ir a casa. No quisieron concedérselo, porque no había ninguna justificación adecuada pero por la intercesión del mismo Padre Pío, el guardia civil consiguió la licencia. Llegando a casa el guardia civil les dijo a sus padres: " El Padre Pío me ha dicho que moriré, he venido a saludarlos". Después de ocho días el guardia civil murió.

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25 Nov, 13:10


Un señor cuenta: - "Una tarde comí algunos higos de más. Hice escrúpulo de ello. He cometido un pecado de garganta - me dije - por cuyo motivo me confesaré con el Padre Pío, yo confesaré este pecado". Al día siguiente, caminando lentamente por la calle hacia el convento, hice el examen de conciencia. Yo no recordé el pecado de garganta. Me confesé pero antes de concluir la confesión, antes de la absolución, le dije al Padre Pío: "Yo creo que estoy olvidando una culpa, quizás la más grave, pero no logro recordarla". "Eh vete a la calle, " - me contestó sonriendo - ¡"por dos higos"!
Dios ve todo y de todo tendremos que darle cuenta. El cuento que sigue, demuestra que también nuestros pensamientos más escondidos son conocidos por Dios. Un hombre, en el 1920 se presenta al convento de los Capuchinos para hablar con Padre Pío, ciertamente no es más que un penitente en busca de perdón, a todo esto, piensa que el perdón es solo para una banda de criminales, este hombre ha decidido matar a su mujer para casarse con otra. Quiere matarla y quiere procurarse una coartada indiscutible. Sabe que su mujer es devota de un Fraile que vive en un pueblecito del Gargano, allí nadie los conoce a ellos y puede llevar fácilmente a la práctica su homicidio. Un día este hombre convence con una excusa a su mujer para hacer el viaje. Cuando llegan a Apulia, él la invita a visitar al fraile. Se alojan en un hotel de las afueras y manda a su mujer al convento para confesarse, de manera que visitando al fraile ya tiene una coartada. Piensa visitar una tasca con los amigos e invitarlos a beber y a jugar un partido de cartas. Alejándose más tarde con una excusa iría a matar a la mujer apenas saliera de la confesión. Todo alrededor del convento es campo abierto y en la penumbra de la tarde nadie se dará cuenta de nada, y mucho menos que bajo tierra hay un cadáver. En fin, vuelto a la tasca seguiría entreteniéndose con los compañeros de juego para luego partir, solo, tal y como había llegado. El plan era perfecto, pero no había tenido en cuenta la cosa más importante; que mientras él planeaba el homicidio, alguien escuchaba su pensamiento. Cuando llega al convento ve al Padre Pío que confesaba a algunos paisanos, y tomado por un impulso que tampoco él logra contener, se arrodilla a los pies de aquel confesor de los hombres. No ha acabado tampoco la señal de la cruz cuando salen gritos inconcebibles del confesionario: "¡Vas fuera! Vas fuera!” ¡Vas fuera! ¿No sabes que es prohibido por Dios mancharse las manos de sangre con un homicidio? ¡”Vas fuera! Vas fuera"! - En fin lo agarró por un brazo, el capuchino acaba de echarlo. El hombre está conmocionado, incrédulo, y desalentado; al verse descubierto huye aterrorizado hacia el campo, dónde, cae a los pies de un peñasco, con la cara en el barro; y por fin se da cuenta de los horrores de su vida de tanto pecado. En un instante vuelve a ver toda su existencia; y, entre lacerantes tormentos del espíritu, comprende completamente su aberrante maldad. Atormentado y arrepentido desde lo más profundo de su corazón vuelve a la Iglesia y le pregunta al Padre Pío, si puede confesarlo verdaderamente. El padre se lo concede y esta vez, con infinita dulzura le habla como si lo conociera desde siempre. Más bien, para ayudarlo a no olvidar nada de aquella vida desorientada, le enumera todo, momento por momento, pecado por pecado, crimen por crimen, con detalles particulares de cada uno. Llegando hasta el último crimen premeditado, aquel de matar a su propia mujer, a la leal compañera de su vida. El hombre, escucha de labios del gran Santo; la narración del homicidio que sólo él ideó en su mente y que ningún otro mortal conoce en su conciencia, Exhausto pero por fin libre, se tira a los pies del fraile y suplica humildemente perdón. Pero allí no termina todo. Terminada la confesión, mientras se aleja del convento es vuelto a llamar por el Padre Pío, quien le dice: “¿Has deseado; tú tener hijos, no es cierto?” ¡Caramba este santo, incluso esto sabe! - "¡Ahora bien, ya no ofendas nunca más a Dios y un hijo te nacerá"!

Caminos del Padre Pio

25 Nov, 13:10


Aquel hombre regresó exactamente, el mismo día después de un año, totalmente convertido y padre de un hermoso hijo nacido de su esposa, de aquella misma mujer que él quiso matar.

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17 Oct, 13:17




Final del libro: SAN PIO DE PIETRELCINA: ESTIGMATIZADO DEL SIGLO XX


Caminos del Padre Pio

17 Oct, 13:16


CONCLUSIÓN
Después de haber visto a grandes rasgos la vida de este gran santo místico y estigmatizado del sigo XX, podemos concluir que ha sido uno de los grandes regalos que Dios da, de vez en cuando, a la humanidad para acercarse a Él y descubrir el mundo sobrenatural. Nosotros vivimos tan inmersos en este mundo material que nos olvidamos fácilmente de que existe ese otro mundo del espíritu y, a veces, dudamos de las verdades de nuestra fe y queremos interpretar el Evangelio con ideas modernistas. Por eso, Dios envía a los santos para recordarnos que Él no ha muerto, que sigue vivo y pendiente de cada uno de nosotros. ¿Hasta cuándo seguiremos sordos sin oír la voz de Dios, que nos habla a través de nuestra conciencia, del Magisterio de la Iglesia, de la Sagrada Escritura y de los milagros y experiencias de los santos?
Los santos no hablan de interpretaciones personales de la Escritura, sino que son la verdadera interpretación de la Escritura en el sentido de que ellos ratifican con su vida y sus experiencias que todas las verdades que la Iglesia nos propone son verdad. Y, si nosotros las creemos por pura fe, ellos las creen también por experiencia personal. El padre Pío veía a Jesús en la Eucaristía, veía a su ángel custodio y a la Virgen María, a quien quería como a una madre y quien se le aparecía frecuentemente. También luchaba contra el demonio, comprendía la gravedad del pecado mortal y lo que valía un alma, haciendo cualquier sacrificio por salvarla. Por eso, era a veces rudo en el confesonario con quienes no estaban bien preparados .
Él nos descubre con su vida el valor de la confesión y de la misa, al igual que el poder inmenso del sacerdocio católico. Dios escuchaba su oración, haciendo milagros por su intercesión, tanto durante su vida, como después de su muerte.
Concluyendo, digamos que el padre Pío de Pietrelcina es un santo de nuestros días, que nos habla de un Dios amoroso, que nos espera en la Eucaristía y también en la confesión, como el padre del hijo pródigo. Él nos hace atractiva la santidad, pues él, a pesar de todos sus sufrimientos personales ofrecidos con amor por la salvación del mundo, era un hombre auténtico, cariñoso y con mucho sentido del humor. Era un hombre sencillo, que se definía a sí mismo como un pobre fraile que reza. Que Dios te bendiga por medio de María. Saludos de mi ángel.
Tu hermano y amigo del Perú. P. Ángel Peña O.A.R. Parroquia La Caridad Pueblo Libre - Lima - Perú

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17 Oct, 13:16


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DATOS BIOGRÁFICOS
1887 25 de mayo nace en Pietrelcina (Benevento).
26 de mayo es bautizado en la iglesia de santa Ana.
1899 Recibe la primera comunión a los 11 años.
27 de setiembre, confirmación en Pietrelcina en la iglesia de santa Ana.
1903 1 de enero, tiene una visión de que su vida será una lucha contra el diablo. 6 de enero entra al noviciado de los capuchinos de Morcone.
22 de enero viste el hábito capuchino y toma el nombre de fray Pío.
1904 22 de enero emite los votos simples.
1907 27 de enero hace sus votos solemnes.
1908 19 de diciembre recibe las órdenes menores en Benevento.
21 de diciembre recibe el subdiaconado en Benevento.
1909 18 de julio se ordena de diácono en el convento de Morcone.
1910 10 de agosto se ordena sacerdote en la catedral de Benevento.
14 de agosto celebra su primera misa solemne en Pietrelcina.
Este año empieza a sentir los dolores en manos y pies, pero las llagas son indivisibles.
243 Carta a Raffaelina Cerase del 30 de diciembre de 1915; Positio III, p. 1555.
1915 6 de noviembre es llamado a filas.
1918 5-7 de agosto, un misterioso personaje, armado de lanza, le traspasa el corazón.
20 de setiembre aparecen las llagas visibles.
20 de diciembre nota la transverberación del corazón.
1919 Se divulga la noticia de las llagas y empieza a venir gente a verlo.
1921 Junio-julio, se corre la voz de que lo quieren trasladar de convento y muchos fieles se amotinan para que no se vaya.
1923 17 de junio llega la orden del Santo Oficio de que no celebre la misa en público y no conteste las cartas.
17 de agosto, por los problemas ocasionados, se suspende, de momento, el traslado a otro convento.
1925 22 de abril, tumultos por algunas restricciones impuestas al padre para confesar.
5 de octubre, el doctor Festa le opera de hernia inguinal.
1929 3 de enero muere su madre en san Giovanni Rotondo.
1931 9 de junio, orden de suspender cualquier actividad apostólica, menos celebrar la misa en privado.
1933 16 de julio vuelve a celebrar la misa en la iglesia.
1934 25 de marzo puede confesar sólo a los hombres.
12 de mayo puede confesar también a las mujeres.
1946 7 de octubre muere su padre en san Giovanni Rotondo.
1947 19 de mayo comienzan los trabajos de desescombro para la construcción de la Casa Sollievo della sofferenza..
1953 22 de enero, Bodas de oro de vida religiosa.
1956 5 de mayo se inaugura la Casa Sollievo.
1959 1 de julio, consagración de la nueva iglesia Santa María de las Gracias.
5-6 de agosto llega a san Giovanni Rotondo la imagen peregrina de la Virgen de Fátima y recupera la salud.
1960 30 de julio llega el visitador apostólico monseñor Carlo Maccari.
10 de agosto, Bodas de oro sacerdotales.
1964 11 de mayo, el padre Pío nombra a la Santa Sede heredera universal de todos los bienes de la Casa Sollievo.
1967 25 de mayo, el padre Pío cumple 80 años.
1968 29 de marzo comienza a servirse de una silla de ruedas.
20 de setiembre, manifestación por los 50 años de sus llagas.
22 de setiembre, Congreso internacional de los Grupos de oración. Celebra su última misa a las cinco de la mañana.
23 de setiembre muere a las dos y media de la madrugada.
26 de setiembre, oficios fúnebres y sepelio en la cripta del santuario santa María de las Gracias.
1999 2 de mayo, beatificación en la basílica vaticana por el Papa Juan Pablo II.
2002 16 de junio, canonización en el Vaticano por el Papa Juan Pablo II.
2008 28 de febrero, exhumación de sus restos. Su cuerpo es encontrado incorrupto.
24 de abril, su cuerpo es colocado en una urna de cristal para veneración de los fieles en san Giovanni Rotondo.

Caminos del Padre Pio

17 Oct, 13:14


REFLEXIONES
El padre Pío es un santo extraordinario que ha manifestado ante el mundo moderno, incrédulo ante las cosas sobrenaturales, que todavía existen los milagros y que Dios no ha abandonado a los hombres, sino que todavía sigue confiando en ellos. Las abundantes conversiones realizadas a través de la confesión nos indican que este sacramento no está pasado de moda ni lo estará nunca.
Tampoco la misa lo estará. La misa es el memorial del amor infinito de Jesús, es decir, una actualización viva y real del amor infinito de Jesús que se hace realmente presente en medio de nosotros, vivo y resucitado, como la noche de Navidad. El padre Pío vivía de modo especial el misterio de la Navidad cada año, pero especialmente vivía en su cuerpo la Pasión de Jesús por medio de sus llagas y sufrimientos. Jesús le había dicho más de una vez: Te asocio a mi Pasión. En la misa vivía la Pasión, muerte y resurrección de Jesús.
Dios le concedió muchos dones sobrenaturales como hemos anotado, especialmente el don de la bilocación, de hacer milagros, de convertir a los pecadores, el don de la profecía y otros más. El padre Pierino Galeone asegura: El padre Pío convertía pecadores, sanaba enfermos incurables, predecía el futuro, estaba a la cabecera de los moribundos, como sucedió con mi madre y lo mismo en muchos casos en hospitales, casa privadas o campos de concentración. Incluso guiaba el coche de choferes dormidos, como sucedió a un amigo mío, o libraba de graves accidentes a choferes distraídos o imprudentes. Pero por encima de todo, él quería ser un pobre fraile que reza.
Tuvo mucho que sufrir por calumnias e incomprensiones, pero todo lo ofrecía al Señor por la salvación de los pecadores.
Su amor a la Virgen María era en él tan extraordinario, que la llamaba con los nombres más dulces: Mamita, Mamacita linda, Madrecita, Mamá mía. Su relación con su ángel custodio es una característica especial de su vida, pues lo tenía siempre presente y le servía de mensajero y de ayuda para atender las necesidades de sus hijos espirituales. También amaba mucho a la Iglesia, de la que fue siempre un hijo obediente y fiel. Por eso, respetaba mucho a las autoridades eclesiásticas y a sus mismos Superiores religiosos.
A pesar de haber manejado ríos de dinero para hacer Obras, nunca se le pegó en sus manos. Recibía las cartas con dinero e inmediatamente lo daba a quien correspondía. Si era dinero para misas, lo daba al Superior. Si era para sus Obras, se lo daba al administrador. Y, en cuanto a su pureza, fue extremadamente delicado. A sus hijos espirituales siempre les inculcaba el amor a la pureza y a la castidad.

El padre Pío fue un santo que, sin salir de su convento físicamente, hacía el bien por el mundo entero; a veces, en bilocación; pero también a través de su oración y sufrimientos.
Sus Obras seguirán hablando a los hombres de todos los tiempos del poder de Dios, que enaltece a los humildes, y de que vale la pena ser santo y dar la vida por Dios y los demás.
En una carta a su dirigida Raffaelina Cerase le decía sobre la santidad: Santidad quiere decir ser superiores a nosotros mismos; significa victoria perfecta sobre todas nuestras pasiones; significa desprecio real y constante de nosotros mismos y de las cosas del mundo hasta el punto de preferir la pobreza a la riqueza, la humillación a la gloria, el dolor al placer. La santidad es amar al prójimo como a nosotros mismos, por amor a Dios. La santidad es amar, incluso a quien nos maldice, nos odia y nos persigue. La santidad es vivir humildes, desinteresados, prudentes, justos, pacientes, caritativos, castos, mansos, laboriosos y cumplidores de los propios deberes… No por otro fin sino por agradar a Dios y por recibir de El solo la merecida recompensa. En resumen, la santidad tiene en sí el poder de transformar al hombre en Dios .
Dios quiere que también nosotros seamos santos y nos eligió desde toda la eternidad para ser santos e inmaculados ante Él por el amor (Ef 1,4; 1 Tes 4,3; 1 Col 1,2; Lev 19,2; 20,26; Mt 5,48; 1 Pe 1,15-16).

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17 Oct, 13:11


Entendí que estaba en Roma, porque reconocí el Luna Park donde había estado con mi tío Giovanni.
Con la aprobación de este milagro, considerado inexplicable para la ciencia, el Papa Juan Pablo II canonizó al padre Pío en el Vaticano el 16 de junio del año 2002.
Sus restos fueron exhumados el 28 de febrero del año 2008 y su cuerpo fue encontrado incorrupto. El 24 de abril del año 2008 fue colocado para la veneración de los fieles en una urna de cristal. Sólo su rostro tiene una máscara especial de cera, hecha en Londres, de acuerdo a sus facciones naturales.

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17 Oct, 13:11


SU GLORIFICACIÓN
Después de la muerte del padre Pío, Dios siguió haciendo milagros por su intercesión como los hacía en vida. Incluso se cuentan casos en los que se aparecía para sanar. Así lo manifestó en el Proceso María De Francesco: Mi madre Lucia Di Biccari, el 29 de setiembre de 1968, pocos días después de la muerte del padre Pío, se enfermó de parálisis del lado derecho y no podía caminar ni mover el brazo derecho. La cara estaba desfigurada y tenía la boca torcida sin poder hablar con normalidad. Papá y yo rezamos al padre Pío para que la curase. El doctor de cabecera no estaba en su oficina y esperábamos que nos llamaran para decirnos que estaba por llegar.
En un cierto momento, fui a la cocina con mi padre y oímos que, desde la habitación, mi madre gritaba: "He visto al padre Pío, he visto al padre Pío ”. Nos precipitamos a su habitación y la encontramos totalmente curada. Lloramos de alegría, mientras mi mamá nos contaba la aparición .
Entre los muchos milagros realizados, veamos algunos de los que existe una abundante y seria documentación clínica. José Scatigna fue sometido a una operación quirúrgica el 23 de octubre de 1968 para extraerle un tumor linfoglandular en la ingle. El análisis histológico no daba ninguna esperanza: metástasis linfoglandular por melanosarcoma. El 8 de noviembre fue internado en la Casa Sollievo, pero para sorpresa de todos, los exámenes fueron negativos, atribuyendo su curación al padre Pío.
Antonio Paladino estaba inmovilizado desde el 3 de julio de 1935, en que había sido atropellado por un camión con hormigón. En la noche del 12 de diciembre de 1968 sintió que le tocaban el hombro izquierdo y vio al padre Pío que le mandaba levantarse y caminar sin muletas, pudiendo hacerlo normalmente.
Inés Stump estaba casi completamente inmóvil desde hacía dos años por neoplasia de la tibia izquierda. El 29 de octubre de 1968 le propusieron amputarle la pierna. Acudió al sepulcro del padre Pío el 20 de diciembre. El padre Pío se le apareció en sueños, mandándole dejar las muletas. El 25 de abril de 1969 comenzó a caminar normalmente.
María Teresa Romero, de Corrientes (Argentina), sin operación recuperó totalmente el tímpano del oído izquierdo que había perdido por completo, dejando maravillados a los especialistas.
Así podríamos citar otros muchos casos como el de Antonio De Pasquale, Dolores Insaurralde (de Argentina), Carmela Catania, Tony John Collette…
El caso aprobado como milagroso por la Comisión médica vaticana fue el de la señora Consiglia de Martino de 43 años, afectada por una rotura del conducto torácico, que curó de modo repentino y duradero sin ninguna terapia ni intervención quirúrgica, considerándose inexplicable para la ciencia, como lo dictaminó la Comisión vaticana el 20 de abril de 1998.
Con la aprobación de este milagro el padre Pío fue beatificado el 2 de mayo de 1999 por el Papa Juan Pablo II en el Vaticano.
El milagro aprobado para la canonización fue el del niño Mateo Pio Colella, de siete años, que fue atacado de una meningitis fulminante el 20 de enero del año 2000 y fue llevado de emergencia a la Casa Sollievo de san Giovanni Rotondo. Toda la familia y conocidos rezaron con fervor al padre Pío. Antes de un mes, estaba totalmente curado y regresó a su colegio a estudiar sin que le quedaran secuelas de ninguna clase. Él manifestó que tuvo un sueño, mientras estaba en coma: Vi a un anciano con barba blanca, vestido de largo y marrón, que me dio la mano derecha y me dijo sonriendo: "Mateo, no te preocupes que pronto sanarás”. A un lado vi tres ángeles que tenían alas, pero no he visto sus rostros, porque eran luminosos.
Esa noche curé a un niño de ojos celeste-verdes y cabellos negros que estaba en una cama en un hospital en Roma. Cuando mi madre me preguntó: ¿Cómo has ido a Roma?, le respondí:
- He hecho un vuelo con el padre Pío que me tenía de la mano y me hablaba con la mente. Cuando hemos llegado me preguntó: "¿Quieres sanarlo tú?”. Yo le dije: "¿Cómo se hace?”. Y me respondió: "Con la fuerza de la voluntad”.

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17 Oct, 13:10


SU MUERTE
El 21 de setiembre de 1968 se sintió mal y no celebró la misa, sólo le dieron la comunión, pues estaba extremadamente débil y cansado, con un fuerte ataque de asma, que le impedía respirar. Por la tarde saludó a la gente desde el coro. Había una inmensa multitud reunida en san Giovanni Rotondo con motivo de celebrar el Congreso internacional de los Grupos de oración, al día siguiente, día 22.
El día 22 el padre Pío quiso celebrar la misa sencilla como todas las mañanas, pero el padre Superior le obligó a celebrar misa solemne con canto para los Grupos de oración, que comenzaban su Congreso internacional. El padre Pío, aunque muy cansado, obedeció. Estaba muy decaído y cansado y toda la gente lo aplaudía y gritaba: ¡Viva el padre Pío! Al terminar la misa y levantarse del sillón, antes de descender las gradas del altar, perdió el equilibrio y casi se cae, si no lo hubieran sostenido. Antes de retirarse, bendijo a la gente diciendo: ¡Hijos míos, hijos míos! Después de dar gracias por la misa quiso ir a confesar, pero debió retirarse, porque estaba muy débil, blanco como un papel, y parecía ausente y lejano de todo.
A las 10:30 de la mañana dio la bendición a la multitud, que estaba reunida ante la plaza de la iglesia, desde una ventana. Después se retiró a su celda.
En la noche del día 22 el padre Pellegrino, que lo atendía, le pidió la bendición para todos y respondió: Sí, bendigo con todo mi corazón a mis familiares, a la Casa Sollievo della sofferenza, a los enfermos, a los Grupos de oración y a todos mis hijos espirituales. Y pido al padre Superior que les dé en mi nombre esta bendición.
El padre Paolo Covino manifiesta: Estuve con el padre Pío veinte minutos antes de expirar. Fui yo quien le administré la unción de los enfermos, precedida de la absolución "sub conditione ” y de la bendición apostólica. Estaba muy fatigado y respiraba con mucha dificultad. No respondía a las oraciones y estaba sentado en el sillón donde murió. Estaban presentes el padre Superior, padre Carmelo, padre Rafael, padre Mariano Paladino y otros hermanos. También estaba el doctor Sala, médico personal, y el doctor Gusso, director de la Casa Sollievo, algún otro doctor y dos enfermeras. Murió repitiendo los nombres de Jesús y María el 23 de setiembre de 1968.
Había notado en los últimos días que las llagas de las manos estaban gradualmente desapareciendo. No podía explicarme el motivo, pero sentía que el padre Pío estaba al final. El cardenal Corrado Ursi declaró en san Giovanni Rotondo el 25 de mayo de 1971: Ayer por la tarde me decía el padre guardián (Prior): "Cuando el padre Pío murió, a medida que su cuerpo se enfriaba, sus llagas desaparecían de las manos y costado. Los tejidos se iban reconstruyendo y la piel aparecía tierna y fresca. ¿No es esto una señal de la resurrección? Nosotros saldremos de nuestros sepulcros como una nueva criatura, como ángeles de Dios en el cielo (Mt 22,30)… Dios quiso manifestar así la certeza de la resurrección final ”.
Después de 50 años de llevar las llagas de Cristo en su cuerpo, al morir, desaparecieron milagrosamente por obra de Dios.
Los restos del padre Pío fueron expuestos durante cuatro días a la veneración de los fieles. Según estimaciones fidedignas, pasaron ante su féretro en los cuatro días unas 100.000 personas. El día 26 de setiembre de 1968, después de los funerales, fue sepultado en la cripta del santuario Santa María de las Gracias, en San Giovanni Rotondo, a las 10:30 de la noche. Lo enterraron con el rosario entre las manos. Y en la celda que ocupó en vida han escrito estas palabras de san Bernardo: María es toda la razón de mi esperanza.

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17 Oct, 13:10


Después de su muerte, su cuerpo incorrupto es visitado continuamente por sus devotos e hijos espirituales. El Papa Juan Pablo II lo visitó en 1987. Son millones y millones los fieles que siguen visitándolo para pedir su ayuda e intercesión. También visitan su celda, el crucifijo de los estigmas, la antigua iglesia donde celebraba la misa en público, el imponente Vía crucis construido en el lugar y el santuario de santa María de las Gracias, además de la Casa Sollievo della sofferenza.
El padre Pío desde el cielo sigue orando por sus hijos espirituales. Un día llegó a decir: Si fuera posible querría conseguir del Señor solamente esto: "No me dejes ir al paraíso mientras el último de mis hijos, la última persona encomendada a mis cuidados sacerdotales, no haya ido delante de mí. He hecho con el Señor un pacto de que, cuando mi alma se haya purificado en las llamas del purgatorio y se haya hecho digna de entrar en el cielo, yo me coloque a la puerta y no pase dentro hasta que no haya visto entrar al último de mis hijos e hijas ”.

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17 Oct, 13:10


CAPÍTULO IX
MÁS ALLA DE SU VIDA

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17 Oct, 13:10


OTRAS OBRAS
Pero las Obras del padre Pío siguen adelante por medio de sus hijos espirituales. Después de su muerte, se construyó una casa para sacerdotes ancianos e inválidos y un monasterio de religiosas capuchinas de clausura. El famoso Vía crucis de san Giovanni Rotondo, obra del escultor Francesco Messina, fue inaugurado el 25 de mayo de 1971. En este monumental Vía crucis está representada la figura del padre Pío en la quinta estación, ayudando a Jesús a llevar la cruz como un nuevo Cirineo. Otras obras promovidas por él fueron el santuario de santa María de la Gracias, inaugurado en 1959 y una nueva iglesia para 10.000 personas.
En 1987 el Papa Juan Pablo II inauguró varias obras como hemos indicado ya. Según la revista Voce di padre Pío de octubre de 1995, para esa fecha ya se habían erigido más de 165 monumentos en honor del padre Pío, no sólo en Italia. También en otros países como Estados Unidos, Alemania, Costa Rica, Venezuela, Bélgica, Ucrania…

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17 Oct, 13:10


GRUPOS DE ORACIÓN
El padre Pío fundó grupos de oración en el mundo entero. Su origen fue la llamada a la oración que el Papa Pío XII hizo el 27 de octubre de 1940 en plena guerra mundial. Dijo así: Ordenamos que en todo el mundo, el 24 del próximo noviembre, se eleven públicas oraciones a Dios. Esperamos que todos los hijos de la Iglesia secunden nuestros deseos para formar un inmenso coro de almas orantes y el Señor nos conceda su misericordia. Esta petición de oraciones, precedida y seguida de otras más, halló eco en el corazón del padre Pío y así empezó a organizar los Grupos de oración como una manera de responder a los deseos del Papa Él deseaba que los Grupos de oración fueran semilleros de fe y hogares de amor en los que Cristo mismo debía estar presente al hacer oración. Estos grupos debían estar aprobados por el obispo y dirigidos por un sacerdote. Sólo hubo problemas en la diócesis de Padua, donde el obispo los prohibió, porque recogían limosnas para las Obras del padre Pío.
El 4 de mayo de 1986, con ocasión del Congreso internacional de los Grupos de oración, la Santa Sede aprobó los Estatutos de los Grupos de oración. El padre Pío tuvo la suerte de morir el día en que estaban reunidos en san Giovanni Rotondo miles de miembros de los Grupos de oración en un Congreso internacional, el 22 de setiembre de 1968. En esa fecha existían ya 740 Grupos de oración en 20 países distintos con un total de unos 100.000 afiliados.

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17 Oct, 13:10


CASA SOLLIEVO DELLA SOFFERENZA
La Casa Sollievo (Casa Alivio del sufrimiento) fue una obra gigantesca que el padre Pío pudo realizar con la gracia de Dios y la ayuda de millones de personas del mundo entero. Cuando el padre Pío comenzó las obras, hasta sus propios hermanos religiosos pensaron que era una utopía y que hacer un hospital en aquella zona precaria era, desde todo punto de vista, algo inconveniente por decir lo menos. Ya en 1925 el padre Pío, con ayuda de algunos voluntarios colaboradores, fundó un pequeño hospital civil san Francisco con la finalidad de que las curaciones a los pobres fueran gratis. En 1938 hubo de cerrar sus puertas debido a los daños ocasionados por el terremoto de ese año. Y entonces nació su gran idea.
La Casa Sollievo della sofferenza nacía el 9 de enero de 1940. Aquel día se reunió el padre Pío con tres amigos, hijos suyos espirituales, y constituyó el Comité de fundación. El fundador era el padre Pío, secretario el doctor Guillermo Sanguinetti y directora de organización interna la señorita Ida Seitz. El padre Pío dijo: Esta tarde comienza mi Obra terrena. Os bendigo a vosotros y a todos los que colaborarán en esta Obra que será cada vez más grande y bella. La primera piedra fue bendecida por el padre Pío en la primavera de 1947.
El 19 de mayo de 1947 comenzaron a preparar el terreno con explosivos en la pétrea montaña. Y, desde el principio, comenzaron a llegar ríos de dinero para la Obra. Tuvo que pedir al Papa la exoneración del voto de pobreza para poder ser el administrador del dinero, lo que le concedió gustoso el Papa Pío XII.
Un paso importantísimo en la ejecución de las Obras de la Clínica Sollievo, llamada la catedral de la caridad, fue el apoyo brindado por Barbara Ward, redactora del periódico The economist de Londres. Llegó a san Giovanni Rotondo a conocer al padre Pío y vio que con 20 trabajadores estaba abriendo un camino para la construcción de la gran Obra. Preguntó y el padre Pío respondió que necesitaban unos 400 millones de liras. Ella le pidió que rezara por una gracia especial. Ella era católica, pero su novio era protestante y quería que se convirtiera. El padre respondió: Sí, si el Señor quiere, se convertirá. Y, si el Señor quiere, ahora mismo. La señorita no quedó satisfecha con la respuesta, pero al regresar a Londres se dio con la sorpresa que el mismo día y a la misma hora en que ella habló con el padre Pío se había convertido y bautizado su novio como católico. Ella reconoció que era un milagro y como agradecimiento le pidió al novio ir a visitar y agradecer al padre Pío personalmente. El novio, comandante Jackson, australiano, era consejero delegado de la UNRRA . Le dijo al padre Pío que, si consentía en dar a la Clínica que quería construir el nombre de Fiorello La Guardia, ex-alcalde de Nueva York, de origen italiano, él podía presentar su proyecto para pedir ayuda. Así, por providencia de Dios, le fueron asignados el 28 de junio de 1948 para la Clínica 400 millones de liras, que fueron enviadas al gobierno italiano, quien al final, se quedó con 150 millones y sólo dio por partes 250 millones.
Mientras se realizaba la construcción de la Clínica Casa Sollievo della sofferenza llegó una limosna de 10 dólares de un obrero italiano de Nueva York, llamado Mario Gambino, que siguió mandando periódicamente sus pequeñas limosnas a nombre suyo o de su esposa o de cada uno de sus hijos. Este rasgo de generosidad impresionó a los directores de la Clínica y organizaron una Fundación con su nombre, Fundación Gambino, con los pequeños fondos de miles de contribuyentes de distintos lugares. De esta manera cuando alguien no puede pagar los gastos o sólo puede pagar la mitad, el resto lo pone la Fundación Gambino, de modo que todos los enfermos salen de la Clínica con la factura pagada y así la economía se equilibra siempre.

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17 Oct, 13:10


Ya en 1951 se habían gastado en la Obra 450 millones de liras con los aportes de gente de todo el mundo. El 24 de julio de 1954 comenzó a funcionar, abriendo al público los servicios ambulatorios. El 10 de mayo de 1956 se internó el primer enfermo. Desde principios de 1957 ya estaban habilitadas 300 camas, que estaban siempre ocupadas. En 1972 ya había 900 camas disponibles y fueron hospitalizados 19.462 enfermos. La Clínica fue clasificada como hospital general provincial de carácter privado y con autonomía administrativa. El padre Pío, por testamento del 11 de mayo de 1964, nombró al Santo Padre como heredero universal de todos los bienes de la Clínica, dependiendo así de la Santa Sede. El Secretario de Estado del Vaticano es quien nombra al Presidente o director administrativo. La Obra fue constituida oficialmente como Fundación de religión y culto, reconocida por el Estado italiano.
En 1980 fue declarada la Casa Sollievo como hospital general regional. La Casa Sollievo tiene actualmente una capacidad de 2.000 camas y está siempre llena. A los enfermos los atienden cinco capellanes capuchinos. Y también hay 35 religiosas, apóstoles del Sagrado Corazón, que atienden en diferentes sectores del hospital.
Mientras el padre Pío estaba vivo, visitaba frecuentemente a los enfermos de la Clínica. A veces, les daba la bendición eucarística y, en algunas pocas ocasiones, les celebró misa, pero trataba de animar a todos. Algunos testigos refieren milagros patentes realizados por el padre Pío en algunos enfermos. Para él lo más importante era la parte espiritual: llevar a los enfermos a Dios. Cuenta el padre Mariano Paladino que un día el padre Pío, mirando por la ventana del pasillo a la Casa Sollievo della sofferenza, le dijo al padre Michelangelo: Mira esta Obra, bella y funcional. Me ha costado muchas lágrimas y sacrificios; pero, si pudiera evitar allá dentro un solo pecado mortal, no dudaría ahora mismo de encender un fósforo y quemarla .
Algo interesante de anotar es que el padre Pío quería que fuera, no un hospital como cualquier otro, sino una Casa, un Hogar Clínica, un lugar donde los enfermos se sintieran a gusto y estuvieran fortalecidos con los auxilios de la religión. Decía el padre Pío: En el enfermo está Jesús que sufre. En el enfermo pobre está Jesús dos veces. Y quiso que esa Clínica fuera de lo mejor. Por eso, actualmente es uno de los mejores hospitales de Italia, que va en vanguardia con todos los adelantos modernos de la ciencia.

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17 Oct, 13:10


CAPÍTULO VIII
SUS OBRAS

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15 Oct, 17:46


En diciembre de 1937, una semana después de la muerte del provincial Bernardo DAlpicella, por tres tardes consecutivas se le apareció al padre Pío que estaba en el coro. Vio que del altar de la Inmaculada de la iglesia de san Giovanni Rotondo regresaba a la sacristía. El padre Pío hablaba también de otras almas que se le aparecían para pedirle sufragios o para decirle que ya habían sido liberadas del purgatorio .
Fray Modestino declaró en el Proceso de canonización: El padre Pío me habló sobre la muerte de mi padre y me dijo: "Tu padre está en el purgatorio y tiene necesidad sufragios ”. Sobre la suerte del padre Guido afirmó: "Ni siquiera ha estado en el purgatorio, está ya en el paraíso”. Este padre había sufrido dos meses sin lamentarse de un dolorosísimo tumor al pulmón[167]. El padre Pierino Galerone certificó en el Proceso que un día se le presentó una madre cuyo hijo había desaparecido en Rusia, pidiéndole que le preguntara al padre Pío si su hijo estaba vivo. El padre Pío con lágrimas en los ojos respondió: Dile a la madre que yo mismo lo he acompañado al paraíso. Ella explotó en llanto, pero poco a poco se serenó y esperó a que pasase el padre Pío para agradecerle y besar su mano[168]. El mismo padre Pierino refiere: En 1948 alguien me preguntó sobre su hermana difunta. El año anterior el padre Pío había dicho que estaba todavía en el purgatorio, pero en esta oportunidad me respondió que ya estaba en el cielo .
El padre Nazareno certificó: Una vez una persona muy cercana al convento me pidió que le preguntara al padre Pío sobre la suerte de un hijo que estaba en la guerra. El padre Pío respondió que ya se encontraba en la gloria de Dios. Pero no todo eran buenas noticias. A una viuda de san Severo, que había mandado preguntar al padre Pío sobre la suerte eterna de su esposo, que se había suicidado, respondió: No hay ninguna esperanza.

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15 Oct, 17:46


LAS ALMAS DEL PURGATORIO
Muchos difuntos se le aparecían para pedirle ayuda y él oraba mucho por las almas del purgatorio. Cuando el padre Pío estaba en su pueblo de Pietrelcina por razón de enfermedad, el sacerdote que había sucedido al arcipreste Caporaso había notado en diferentes días que su predecesor ya difunto, estaba arrodillado detrás del altar. Lo mismo observó la mujer del sacristán, cuando por la mañana iba a la iglesia, pues veía un sacerdote celebrar la misa. El padre Pío también lo vio, pero no le dio importancia, pensando que era un sacerdote que había ido a rezar. Después de un mes, apenas terminada la misa, el difunto le dice al arcipreste: Ahora puedes estar tranquilo, pues ya no vendré más. Pero qué caro cuesta hacer la procesión del Corpus después de la misa, sin hacer la acción de gracias. El arcipreste le contó al padre Pío que, cuando vivía el padre Caporaso, con frecuencia, apenas terminada la misa, se iba a la farmacia que estaba junto a la iglesia sin hacer la acción de gracias .
En otoño de 1917, una tarde el padre Pío se sentó junto al fuego, porque estaba cansado y empezó a rezar el rosario. Se adormeció y, al despertarse, encontró un anciano junto al fuego envuelto en un capote. El padre Pío le preguntó:
- Tú ¿quién eres y qué haces?
- Yo soy tal y tal, que murió quemado en este convento y estoy aquí para descontar mi purgatorio.
El padre Pío le prometió celebrar la misa del día siguiente por él y le pidió que no se hiciera ver más. Un día refirió este suceso al padre Paolino. El padre Paolino fue a la alcaldía y encontró que, ciertamente, había muerto quemado en el convento un anciano de nombre N.N. todo tal como lo había contado el padre Pío . Se refería a Pietro Di Mauro, que había muerto quemado el 8 de setiembre de 1908.
El padre Marcelino cuenta que oyó más de una vez al mismo padre Pío lo siguiente: Una noche me quedé a orar en el coro y en cierto momento, oí ruido de candeleros proveniente del altar mayor. Pensé que algún hermano estaba en la iglesia, pero, continuando aquellos ruidos, pregunté:
- ¿Quién es?
- Soy un novicio que descuento mi purgatorio, haciendo la limpieza del altar mayor, porque la descuidé cuando debí hacerla. Ore por mí.
Después de unos momentos, salí del coro para acompañar a los hermanos que estaban calentándose en el fuego común, pero, apenas comencé a bajar las escaleras, encontré un joven desconocido. Sentí que era el novicio que me había hablado. Me dijo solamente: "Gracias ”. Y desapareció.
El 29 de diciembre de 1936 moría el padre Giuseppantonio. El padre Pío sabía que estaba muy grave. El día 30 el padre Pío lo vio en su habitación y le preguntó:
- ¿Cómo? ¿Me han dicho que estás gravemente enfermo y estás aquí?
- Ya se me han pasado todas las enfermedades.
Y desapareció.

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15 Oct, 17:46


El Papa Pío XI (1922-1939), en una primera etapa no estaba muy convencido de su santidad ante tantas denuncias recibidas en su contra, pero a partir de 1933 se convirtió en su defensor y mandó personalmente que le quitaran las restricciones en su ministerio.
Pío XII (1939-1958), como hemos anotado, se encomendaba a sus oraciones . A Francesco Messina, el autor del famoso Vía crucis de san Giovanni Rotondo, el Papa Pío XII le dijo en una audiencia privada: El padre Pío es un santo .
El Papa Juan XXIII (1958-1963) tuvo sus dudas, cuando en 1960 le llegaron las denuncias de inmoralidad que decían que eran ciertas y confirmadas por las grabaciones y cartas privadas. Felizmente, el arzobispo de Manfredonia, a quien pertenecía el convento del padre Pío, le aclaró que todo eran calumnias y le aseguró: Conozco al padre Pío desde 1933 y doy fe que ha sido y es un hombre de Dios, un santo. El Papa terminó la entrevista diciendo: Don Andrea, ¡qué alivio me has dado! Vete ahora mismo y cuenta todo esto al cardenal Ottaviani y al cardenal Tardini, porque mañana tendremos una reunión y hablaremos de esto.
Pablo VI (1963-1978) estaba convencido de su santidad desde que era cardenal, arzobispo de Milán. Decía: Una misa del padre Pío vale por toda una misión. El mismo Papa, en 1964, permitió al padre Pío tener plena libertad para ejercer su ministerio sacerdotal. El 12 de setiembre de 1968, unos días antes de morir el padre Pío, le escribió al Papa Pablo VI una carta en la que le decía: Santidad. Sé que su corazón sufre mucho estos días por la falta de obediencia de algunos, incluso católicos, a las altas enseñanzas que Vos dais en nombre de Dios, asistido por el Espíritu Santo. Os ofrezco mis oraciones y sufrimientos de cada día a fin de que el Señor os conforte con su gracia para continuar el recto y fatigoso camino de la defensa de la eterna verdad.
Me atrevo también a mostrar mi agradecimiento en nombre de mis hijos espirituales y de los Grupos de oración por las palabras decisivas expresadas en la última encíclica "Humanae vitae ” y reafirmo mi fe y mi obediencia incondicional a vuestras luminosas orientaciones .
Juan Pablo II (1978-2005) conocía personalmente al padre Pío desde que se confesó con él siendo simple sacerdote en 1947 y tenía al padre Pío en concepto de santidad. Siendo obispo de Cracovia y asistiendo en Roma al concilio Vaticano II, le escribió una carta el 17 de noviembre de 1962 para pedir su oración por la salud de una doctora-médico polaca, Wanda Poltawska, en la que le decía literalmente en latín: Venerable padre le ruego una oración por una madre de cuatro hijas, de 40 años, de Cracovia, Polonia, que durante la última guerra estuvo en un campo de concentración en Alemania y ahora está en peligro gravísimo de su salud y de su vida, debido a un cáncer, para que Dios, por intercesión de la Virgen María, le muestre su misericordia a ella ya su familia.
Cuando el administrador de la Casa Sollievo le leyó esta carta al padre Pío, él le dijo: Angelo, a esto no se le puede decir que no. Guarda esta carta, porque algún día podrá resultar importante.
A los pocos días, el 28 de noviembre de ese año 1962, el futuro Papa Juan Pablo II le volvió a escribir otra carta en la que le decía textualmente: Venerable padre. La señora médico de Cracovia, Polonia, madre de cuatro hijas, recuperó instantáneamente la salud el 21 de noviembre antes de la operación quirúrgica. Deo gratias. A usted también, padre, doy devotamente las más rendidas gracias en su nombre, de su marido y de toda su familia.

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15 Oct, 17:46


La doctora sanada acudió varias veces a visitar al padre Pío para agradecerle personalmente por sus oraciones. El Papa Juan Pablo II, siendo todavía cardenal, cuando ya había muerto el padre Pío, visitó san Giovanni Rotondo en 1974 y, siendo Papa, visitó el convento el 23 de mayo de 1987. En esta oportunidad bendijo la primera piedra de la Casa-Hogar para los ancianos, del Cenáculo de Santa Clara, de la Casa Albergue del peregrino enfermo, del Poliambulatorio y del Centro de espiritualidad Padre Pío. El padre Pío no era condescendiente con el error y mucho menos con el pecado, actuando enérgicamente como un buen padre con sus hijos. El padre Carmelo refiere que, en 1957, los protestantes de san Giovanni Rotondo lanzaron una campaña de evangelización para contrarrestar la afluencia de católicos que venía al pueblo a visitar al padre Pío. Construyeron una capilla y varios centenares de católicos ignorantes se hicieron rebautizar por ellos en la nueva iglesia protestante.
Dice el padre Carmelo: Una mañana el padre Pío me llamó a su celda y me preguntó: "¿Tú no sabes nada de lo que está sucediendo en la zona de san Onofrio en las afueras de san Giovanni Rotondo?
- No, padre.
- ¿No sabes que los protestantes han abierto un asilo infantil y que los niños que salen de allí dicen blasfemias horrendas contra la Virgen María? Haz algo y pronto. ¡Niños que blasfeman de la Virgen! Estaba conmovido.
- Padre, usted sabe que esa es la zona del arcipreste. Los religiosos no podemos actuar ahí.
- ¿A ti te interesa la amistad de los hombres o el bien de las almas inocentes? Vete en mi nombre y habla al arzobispo para que autorice abrir un asilo infantil cerca del de los protestantes. No tengas miedo”.
Fui a ver al arzobispo monseñor Cesarano quien me dio la autorización para abrir una escuela materna en la zona de san Onofrio. Después se llamó a las hermanas del Sagrado Corazón para que la dirigieran. La reacción, como estaba prevista, fue violenta e implacable, pero el 17 de diciembre de 1957 fue inaugurada la escuela materna "San Francisco de Asís”. Poco tiempo después, los protestantes debieron cerrar su asilo infantil por falta de niños y encontraron refugio en otra zona, pero allí también se instaló otra escuela materna, llamada "Paz y Bien ”. El programa del padre Pío era combatir el mal, no sólo con la oración, sino también con las obras .
También luchó contra el comunismo de la ciudad. Una de las cosas que más votos le daban a los comunistas de san Giovanni Rotondo era la floreciente Cooperativa de consumo. A ella acudían incluso organizaciones católicas, ya que los precios eran más bajos que en el mercado. El padre Pío aclaró que no se podía ayudar ni indirectamente al mal y que los católicos no debían ayudar a los enemigos de la Iglesia y quiso hacer su propia Cooperativa de consumo.
Encontró rápidamente un grupo de hijos espirituales, quienes organizaron la deseada Cooperativa de consumo, que se dedicó a san Francisco de Asís. En menos de dos años, los comunistas no pudieron continuar. Todavía permanece esa cooperativa de la Plaza Europa. Y, por medio de ella, se ha conseguido aliviar la miseria de tantos necesitados en nombre del padre Pío .

Caminos del Padre Pio

15 Oct, 17:46


Atilio de Sanctis, abogado ejemplar, contó un hecho que le ocurrió a él mismo: El 23 de diciembre de 1949 debía ir de Fano a Bolonia con mi mujer y dos de mis hijos (Guido y Juan Luis) para traer al tercer hijo Luciano que estaba estudiando en el colegio Pascoli de Bolonia. Salimos a las seis de la mañana, pero, como no había dormido bien, estaba en malas condiciones físicas. Guié hasta Forlíy cedí el volante a mi hijo Guido. Una vez que recogimos a Luciano del colegio, nos detuvimos algo en Bolonia y decidimos volver a Fano. A las dos de la tarde, después de haber cedido el volante a Guido, quise guiar otra vez. Una vez pasada la zona de san Lorenzo, noté mayor cansancio.
Varias veces cerré los ojos y cabeceé. Quise dejar el volante a Guido, pero se había dormido. Después, ya no me acuerdo de nada. A un cierto momento recobré el conocimiento bruscamente por el ruido de otro coche. Miré y faltaban sólo dos kilómetros para llegar a Imola. ¿Qué había sucedido? Los míos estaban charlando tranquilamente.
Les expliqué lo sucedido. No me creían. ¿Podían creer que el auto había ido solo? Después admitieron que yo había estado inmóvil un largo rato y no había respondido a sus preguntas ni intervenido en la conversación. Hecho el cálculo, mi sueño al volante había durado el tiempo empleado en recorrer unos 27 kilómetros.
Dos meses después, el 20 de febrero de 1950, volví a san Giovanni Rotondo y le pedí una explicación al padre Pío, que me respondió: "Tú dormías y tú ángel guiaba el coche. Sí, tú dormías y tu ángel guiaba el coche ”.
El señor Piergiorgio Biavate tuvo que viajar en su coche entre Firenze y san Giovanni Rotondo. A medio camino se sentía cansado y se quedó un rato en una estación de gasolina para tomar un café. Después continuó el viaje. Dice el protagonista: Sólo recuerdo una cosa, encendí el motor y me puse al volante, después no me acuerdo de nada más. No recuerdo ni un segundo de las tres horas pasadas manejando al volante. Cuando ya estaba frente a la iglesia de san Giovanni Rotondo, alguien me sacudió y me dijo: "Ahora toma tú mi puesto ”. El padre Pío, después de la misa, le confirmó: "Has dormido durante todo el viaje y el cansancio lo ha tenido mi ángel, que ha manejado por ti”.
Dice una de las hijas espirituales del padre Pío: Una de las devociones que nos inculcaba era la del ángel custodio, porque, como él decía, es nuestro compañero invisible que está siempre junto a nosotros desde el nacimiento hasta la muerte, por lo que nuestra soledad es sólo aparente. Nuestro ángel esta siempre a nuestro lado desde la mañana, apenas te despiertas, y durante toda la jornada hasta la noche, siempre, siempre, siempre. ¡Cuántos servicios nos hace nuestro ángel sin saberlo ni advertirlo! .
En carta al padre Agustín del 5 de noviembre de 1912, le escribía: El sábado me parecía que los demonios querían acabar conmigo. No sabía a qué santo dirigirme. Me vuelvo a mi ángel y, después de hacerse esperar un poco, al fin viene aleteando en torno a mí y con su angélica voz cantaba himnos a la divina Majestad. Le grité ásperamente de haberse hecho esperar tanto, mientras yo estaba pidiéndole su ayuda. Para castigarlo, no quería mirarlo a la cara, quería alejarme y huir de él, pero el pobrecito vino a mi encuentro casi llorando, me agarró para que lo mirara y lo vi apenado. Me dijo: "Estoy siempre a tu lado. Estaré siempre junto a ti con amor. Mi afecto por ti no desaparecerá ni con tu muerte. Sé que tu corazón generoso late siempre por nuestro común Amado ”. ¡Pobre angelito! El es demasiado bueno. ¿Conseguirá hacerme conocer el grave deber de la gratitud?

Caminos del Padre Pio

15 Oct, 17:46


Otro episodio hermoso. Cuando el padre Pío estaba en el ejército, le dieron licencia por convalecencia. Debía viajar de Benevento a su pueblo de Pietrelcina y no tenía más que 0.50 liras, cuando el billete costaba 1.80. Él contaba lo sucedido: En la estación de autobús no encontré ninguna persona conocida que me prestara para pagar el billete de Benevento a Pietrelcina. Confiando en la providencia de Dios, subí al autobús y tomé sitio en uno de los últimos lugares para poder hablar con el cobrador y asegurarle que pagaría el porte a la llegada. A mi costado tomó lugar un hombre grande, de bello aspecto. Tenía consigo una maletita nueva y la apoyó sobre sus rodillas. Partió el autobús y el cobrador se iba acercando a mi puesto.
El señor que estaba a mi lado sacó de su maletín un termo y un vaso, echando en el vaso café con leche bien caliente. Me lo ofreció, pero, agradeciéndoselo, traté de no aceptar. Dada su insistencia, acepté mientras él se servía para beber en el vaso del mismo termo. En ese momento llegó el cobrador y nos preguntó adónde íbamos. Todavía no había abierto yo la boca, cuando el cobrador me dijo: "Militar, su billete a Pietrelcina ya ha sido pagado”. Yo pensé: "¿Quién lo habrá pagado?”. Y le agradecí a Dios por aquel que había hecho esa buena obra. Por fin llegamos a Pietrelcina.
Varios pasajeros bajaron y también bajó antes que yo el señor que estaba a mi lado. Cuando me doy la vuelta para saludarlo y agradecerle, no lo vi más. Había desaparecido como por encanto. Caminando, me volví varias veces en todas las direcciones, pero no lo vi más .
El padre Pío contaba muchas veces este suceso a sus hermanos, reconociendo que aquel joven había sido su ángel de la guarda. El padre Pío no consentía que en su presencia se hablara mal de las autoridades de la Iglesia. Amaba a la Iglesia como a una madre y se ofrecía por ella. El padre Rafael manifestó que el 9 de julio de 1931, cuando el Papa dirigió una carta a los obispos con ocasión de la persecución fascista contra la Iglesia, el padre Pío declaró: "El Papa está a salvo, porque hay almas que se han ofrecido como víctimas por la Iglesia”. No dijo más, pero con seguridad una de ellas era él mismo.
Cada día el padre Pío ofrecía la vida por la Iglesia y por el Papa. En 1954 llegó una carta al convento de parte del Papa Pío XII, agradeciendo al padre Pío por rezar por su salud y enviándole la bendición apostólica. El padre Pío se había ofrecido por la salud del Papa[158]. En febrero de 1952, el mismo Papa Pío XII había pedido que el padre Pío celebrara una misa según una intención suya especial, reconociendo de alguna manera la santidad del padre Pío. También se ofreció el padre Pío por la salud de Juan XXIII y Pablo VI. Tenía mucho respeto por los obispos y se arrodillaba a besarles la mano, pidiéndoles su bendición. Incluso, cuando se le comunicó la muerte de monseñor Gagliardi, que tanto lo había hecho sufrir, él respondió: "Mañana celebraré la misa por él ”.
A la muerte del Papa Pío XII, el padre Pío sufrió varios días de una otitis dolorosa y tuvo que dejar de confesar durante dos días. Pero el Señor le hizo ver al Papa en el cielo. Ante la elección del nuevo Papa Juan XXIII, el padre Pío se alegró y rezó por él.
Un día, ante las disposiciones del Santo Oficio en 1923, un religioso manifestó de modo violento su desacuerdo ante él, pero el padre Pío respondió con fuerza: Nosotros debemos respetar las decisiones de la Iglesia. Si el Santo Oficio ha decretado estas cosas es para evitar el fanatismo que tanto nos fastidia a todos. Nosotros debemos callar y sufrir.
Al único Papa que conoció personalmente fue a Benedicto XV (1914- 1922). Fue al ir a Roma del 16 al 23 de mayo de 1917, para acompañar a su hermana Graziella, que entraba como religiosa de santa Brígida. En 1921 este Papa le decía a Fernando Damiano, vicario general de Salta: El padre Pío es uno de esos hombres que Dios manda de vez en cuando al mundo para convertir a los hombres .