...ESPECIALMENTE CUANDO TU MATRIMONIO PARECE NO TENER ESPERANZA
Por Mark Mallet, Escritor Católico
Febrero 13, 2025
Dios hace que todas las cosas sean posibles, incluida la resurrección de un matrimonio que parece estar prácticamente muerto. Si tu matrimonio se encuentra en esta situación o incluso si recién está comenzando, te aliento a leer esto con tu cónyuge, hablarlo abiertamente y luego tomar decisiones concretas para permitir que Dios obre milagros en su relación. Mark Mallet
1. RELACIÓN
¿Tienes tu una relación con Dios? El Catecismo es claro en cuanto a lo que define esa relación:
El hombre, creado a su vez a “imagen de Dios”, está llamado a una relación personal con Dios… La oración es la relación viva de los hijos de Dios con su Padre infinitamente bueno, con su Hijo Jesucristo y con el Espíritu Santo. — Catecismo de la Iglesia Católica (CIC) , n. 299, 2565
Si no estás orando, no tienes relación. Pero ¿qué es la oración?
La oración contemplativa, en mi opinión, no es otra cosa que un compartir íntimo entre amigos; significa tomarse con frecuencia tiempo para estar a solas con Aquel que sabemos que nos ama. —CIC, 2709 (Santa Teresa de Ávila)
SI NO HABLAS CON JESÚS NI ESCUCHAS SU VOZ, NO HAY RELACIÓN.
2. RELACIÓN = COMPROMISO
Como decía Santa Teresa, la oración es tomarse un tiempo a solas. Y así,
…la vida de oración es el hábito de estar en presencia de Dios tres veces Santo y en comunión con Él… La oración contemplativa busca a aquel “a quien ama mi alma.” —CIC, 2709,
Por lo tanto, la relación requiere el sacrificio de tiempo.
Cuando tomo la “decisión” de poner a mi cónyuge por delante de todas las demás posibilidades y exigencias, en particular mis propios intereses, en realidad se revelan los “secretos del corazón”: ¿es mi cónyuge una prioridad? ¿Se están satisfaciendo sus necesidades y su corazón? ¿O sólo estoy esperando que mi cónyuge satisfaga mis necesidades?
Así también, la sana unión entre marido y mujer va mucho más allá de una vida sexual normal. La unión marital puede sin duda contribuir a la intimidad y al crecimiento del amor y la amistad, ¡pero no necesariamente! Puede incluso ir en contra de ella si no existe una relación de la que hablar. Como la Misa, puede reducirse a simplemente cumplir con lo que se debe. Por lo tanto, es esencial que marido y mujer “se tomen tiempo frecuentemente para estar solos” a fin de permitir un “compartir en profundidad” y escuchar el corazón del otro.
No importa qué pruebas o sequedad experimente en nuestra relación, son precisamente estos tiempos dedicados a solas juntos donde abriremos nuevos pozos de gracia.
3. ESCUCHAR DA VIDA A LAS RELACIONES
El obispo Eugene Cooney me dijo una vez que nunca conoció a un sacerdote que abandonara el sacerdocio que no hubiera dejado primero de orar.
También corremos el riesgo de hablar con Dios todo el día (si es que lo hacemos) y nunca detenernos a escucharlo. Es precisamente esta soledad con Dios la que aquieta nuestros corazones para poder escuchar su Palabra vivificante.
La mayoría de los matrimonios se quedan sin respiración artificial cuando se interrumpe la comunicación significativa. No basta con intercambiar conversaciones triviales aquí y allá, respuestas gruñonas o asentir con la cabeza a medias. Tenemos que tomarnos el tiempo para escuchar al otro, “oyendo” la palabra del otro. Esta escucha, dice el Catecismo, es “el compromiso amoroso” que me conecta con mi cónyuge para escuchar y comprender al otro y aprender lo que debo hacer para dar fruto en mi matrimonio.
Si su relación ha perdido la vida, en algún momento, es probable que hayan dejado de escucharse el uno al otro por diversas razones, entre ellas, las heridas que se hayan podido causar mutuamente. Es hora de comenzar a escucharse mutuamente y permitir que la sanación de Dios entre en su relación…
4. EL FUNDAMENTO DE LA RELACIÓN AUTÉNTICA
Debido a que tenemos una naturaleza caída y continuaremos luchando contra la “carne”, somos propensos a caer en nuestra debilidad. Por lo tanto,