044.-Ten un Nuevo Esposo para el Viernes
MARTES
CRIATURAS DE OTRO PLANETA….¿O CRIATURAS DE HÁBITO?
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Todas esas cosas pueden ser ciertas en el caso de tu esposo, en mayor o menor grado, pero la mejor respuesta es. . .¡la D, la última! Con los niños y los hombres, la vida es una competencia. Los jóvenes entrenadores muy pronto asumen esa naturaleza competitiva. Es una cosa dirigir la práctica del equipo de los chicos, pero si quieres más intensidad, tendrás que hacer de la práctica una competencia, poniendo a una mitad del equipo en contra de la otra. Entonces verás cómo todos dan lo mejor de sí. Una ciudad del noroeste decidió que la competencia entre chicos pequeños era «mala influencia», por lo que los entrenadores decidieron que ya no llevarían cuenta del puntaje en los juegos de béisbol. Les dijeron a los chicos que jugaran lo mejor que pudieran y luego, cuando ellos preguntaban quién había ganado, les decían: «No importa. Lo que importa es que diste lo mejor de ti». El experimento no funcionó, porque muchos de los chicos seguían llevando cuenta del puntaje. Les importaba si ganaban o perdían. ¿Por qué no iba a importarles? Una de las lecciones más importantes de la vida es aprender a perder, levantarse y seguir andando. Muchos de esos chicos el día de mañana se presentarán para conseguir empleos en los que solo se elegirá a una de cada diez o incluso una de cada mil personas. Necesitan aprender a competir, a dar lo mejor de sí y a enfrentar el placer del logro o el dolor de fallar. Por eso, por la competencia, se hizo tan popular el juego Xbox Online entre los varones. Esa es una de las razones. Es que la naturaleza competitiva de los chicos llega al punto de que hasta entre hermanos pelearán a muerte por disputas sin solución, como quién come el último trozo de pastel, o quién fue el último corredor en el juego de béisbol que ganó o no. Tu esposo creció en ese mundo, siempre peleando por obtener su parte. Oí algo muy gracioso —y típicamente de varones— cuando una madre vio que sus dos hijos peleaban por quién se comería el primer panqueque. La mujer pensó que era una excelente oportunidad para darles una lección moral, por lo que les dijo: «Si Jesús estuviera sentado aquí, diría: “Dale el primer panqueque a mi hermano. Yo puedo esperar”». El hermano mayor miró al menor y le dijo: «Bien, Ryan, tú harás de Jesús».
(Continuará...)
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