El Departamento de Justicia de EE. UU. (DOJ) está investigando a Tether, y, en mi opinión, su final podría estar cerca. A pesar de años de promesas de transparencia y auditorías, Tether no ha proporcionado ninguna verificación fiable de sus reservas financieras. En 2015, Tether afirmó que realizaría una auditoría en asociación con la empresa blockchain Factom, pero eso nunca ocurrió. En lugar de auditorías, Tether ofrece “atestados”, que son verificaciones momentáneas de sus reservas, sin el rigor de una auditoría formal. Esto ha dejado a Tether operando en un vacío regulatorio, sin restricciones sobre sus reservas o auditorías.
Las atestaciones no son auditorías. No examinan riesgos a fondo, solo muestran una imagen temporal de las reservas, sin garantizar su integridad a largo plazo. Además, el PCAOB advierte que estos informes son engañosos y no proporcionan garantías significativas a los inversionistas. A pesar de representar activos en un momento específico, no verifican los pasivos ni la disponibilidad de los fondos en el futuro. Esto genera dudas sobre la confiabilidad de Tether, dejando a los inversores en una posición de riesgo.
Las operaciones de Tether muestran numerosas "banderas rojas": si sus registros son tan confusos que llevan años para aclararse, eso refleja problemas en sus controles internos. Tether ha sido sancionada anteriormente por mentir sobre sus reservas. En 2021, pagó $18.5 millones para resolver una investigación con la Fiscalía General de Nueva York, que acusó a Tether de mentir sobre el respaldo de sus monedas con dólares. Además, el DOJ ha estado investigando a Tether por fraude bancario, y un informe del Wall Street Journal incluso sugiere que Tether podría haber facilitado el financiamiento de actividades delictivas.
Aunque Tether se presenta como una empresa "regulada," esto es engañoso. A diferencia de las estrictas regulaciones de la SEC en EE. UU., el simple registro con FinCEN solo implica el cumplimiento de reglas básicas contra el lavado de dinero, sin exigir auditorías o licencias formales. Esto permite a Tether operar sin las protecciones básicas que existen en el sistema financiero tradicional, como auditorías, ciberseguridad y estándares de capital.
Tether intenta legitimar su operación mediante la colaboración con el FBI y otras agencias, pero esto no reemplaza la falta de auditorías financieras reales. Los encuentros con reguladores y conferencias no justifican una conducta delictiva ni reemplazan la transparencia en sus estados financieros. Tether, con una capitalización de mercado de $120 mil millones, podría estar operando como una "gran caja negra regulatoria," y sin la supervisión de la SEC, sus inversionistas carecen de protecciones básicas.
Al comparar bancos con empresas de criptomonedas como Tether, se destaca que los bancos están altamente regulados, mientras que las criptoempresas no ofrecen seguro ni controles de ciberseguridad. Afirmar que los riesgos en bancos y cripto son equivalentes es incorrecto.
El mantra "Code Is Law" en el mundo cripto es peligroso y engañoso, especialmente cuando los contratos inteligentes no ofrecen protección al usuario en caso de errores o fraudes. Estos contratos pueden ser manipulados para llevar a cabo estafas, como el caso de Forsage, donde los fundadores desviaron $340 millones de los inversores.
Aunque Tether promociona su utilidad en mercados emergentes, como en Turquía y Argentina, los datos sugieren que su adopción global es más anecdótica que real. Además, la naturaleza delictiva del ecosistema cripto se ve agravada por su anonimato, lo cual dificulta su rastreo y facilita actividades ilícitas como el financiamiento del terrorismo y la evasión de sanciones.
En conclusión, Tether no ofrece la transparencia y la seguridad que deberían esperarse de una empresa en el sector financiero. Sin regulación ni auditorías reales, los usuarios de Tether están en riesgo. En mi experiencia, Tether se asemeja a una enorme casa de naipes, y la recomendación para los inversores es clara: salir de Tether mientras puedan.