A pesar de esta anomalía, llevó una vida normal: trabajaba en la administración, estaba casado y era padre de dos hijos.
Los médicos descubrieron la condición cuando acudió al hospital con dolor en la pierna.
Una resonancia magnética reveló que su cerebro estaba casi completamente lleno de líquido. Este sorprendente caso desafía nuestro conocimiento sobre la neuroplasticidad y la naturaleza de la conciencia.