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«Me he cansado ya de ser moderno, ahora quiero ser eterno»

EL ESCUDO CATÓLICO (Spanish)

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Nuestro lema es «Me he cansado ya de ser moderno, ahora quiero ser eterno», y eso es lo que reflejamos en cada publicación, en cada reflexión, en cada oración compartida. Queremos conectar a personas de todas partes que comparten la fe católica y desean profundizar en ella.

¿Quiénes somos? Somos un grupo de católicos comprometidos con la evangelización a través de las redes sociales. Nuestro objetivo es llevar el mensaje de Cristo a cada rincón del mundo virtual, inspirando, educando y acompañando a quienes nos siguen.

¿Qué ofrecemos? En El Escudo Católico encontrarás una variedad de contenido, desde citas de santos y escrituras hasta reflexiones sobre la actualidad desde una perspectiva católica. También compartimos recursos, oraciones, noticias de la Iglesia y mucho más. Todo ello con un enfoque en la calidad y la fidelidad a la doctrina de la Iglesia.

Si buscas un lugar donde nutrir tu fe, compartir tu amor por Dios y aprender más sobre la riqueza de la tradición católica, ¡este canal es para ti! Únete a nuestra comunidad, participa en las conversaciones, comparte tus inquietudes y crece junto a nosotros en tu camino de fe.

En El Escudo Católico, la fe no es solo una creencia, es un compromiso. ¿Estás listo para sumergirte en esta experiencia única? ¡Te esperamos con los brazos abiertos! 🙏🕊️

EL ESCUDO CATÓLICO

12 Jan, 07:25


JAQUE MATE AL PROTESTANTISMO El Problema REAL de la Sola Scriptura

Gran vídeo del ex-evangélico y ya católico Santiago Alarcón. Recomendamos su canal.

#VÍDEOS

EL ESCUDO CATÓLICO

11 Jan, 07:00


#IMÁGENES #CASTIDADYMATRIMONIO

EL ESCUDO CATÓLICO

10 Jan, 07:06


ARTÍCULOS RELIGIOSOS

"Dos anécdotas relacionadas con la gracia.

En una ocasión fui a predicar un sermón en una parroquia parisina. Me alojé en un hotelito (…) y en una de las salitas había un inglés tocando el piano. Después de [escuchar] un rato, le dediqué unos elogios y lo invité a cenar.

Durante la cena me dijo:

—Me gustaría contarle el problema que tengo. Jamás he conocido a un hombre o a una mujer buenos.

Le di las gracias. Me contó que un año antes se había encontrado con una mujer que estaba intentando disolver un terrón de azúcar en el café. Se le acercó, [ésta] le contó lo mal que se portaba su marido con ella y él le dijo: «Vente a vivir conmigo».

—Ahora me he cansado de ella; ha pasado un año y estoy harto de todo. Esta mañana he recogido su ropa, la he dejado en la portería y le he dicho que se vaya. Ella me ha dejado una nota diciendo que, si no seguimos viviendo juntos, se suicidará tirándose al Sena. El problema es el siguiente: ¿tengo que dejar que siga viviendo conmigo para evitar que se suicide?

—No —le dije—. Nunca se puede obrar un mal para conseguir un bien. Y lo que es más importante: no se suicidará.

Se hacía tarde.

—¿Adónde va usted ahora? —me preguntó.
—Voy a subir a Montmartre.
—Estaba empezando a pensar que es usted bueno y resulta que se va a meter en los infiernos parisinos.
—En la colina de Montmartre hay algo más que antros y bares de mala muerte —repuse—: también está la basílica del Sagrado Corazón. Cientos de personas pasan toda la noche adorando al Señor ante el Santísimo Sacramento. Véngase conmigo.

Subimos juntos a Montmartre.

—¿Cuánto tiempo va a estar usted?
—Me gustaría quedarme toda la noche, pero me iré cuando usted diga.

Se quedó toda la noche. Creo que fueron entre 800 y mil personas las que estuvieron toda la noche rezando. Por la mañana celebré misa y nos fuimos.

—Es la primera vez en toda mi vida que me he encontrado con el bien.

Me pidió que me quedara unos días en París para que le diera unas clases. Quedé con él esa noche. A la hora de la cita se presentó (…) con otra mujer que no era la de la historia que me había contado.

—Salgamos a cenar los 3 juntos —dijo.
—No, esta noche con quien quiero hablar es con usted —contesté.

Y le llamé aparte.

—Ayer recibió usted una gracia inmensa. Por primera vez rozó el bien, el amor y la santidad. Hoy tiene que elegir: o se va usted con esa mujer, o se viene conmigo. ¿Qué decide?

Estuvo unos minutos dando vueltas por el patio y regresó.

—En fin padre, creo que me iré con ella —dijo.

(...) Ahora la otra anécdota. En Londres estuve un tiempo trabajando en la parroquia de St. Patrick, en el Soho. Una fría mañana del mes de enero, fiesta de la Epifanía, abrí la puerta de la iglesia y entró alguien caminando con paso inseguro. Era una joven de unos 23 años.

—¿Y cómo es que está usted aquí? —le pregunté.
—No sabía ni dónde estaba entrando. ¿Sabe, padre?: yo fui católica, pero ya no lo soy.
—Pero ¿qué hace aquí? Da usted la impresión de haber bebido. ¿De qué está huyendo?
—De unos hombres que creen que estoy enamorada de ellos —contestó.

Le pregunté cómo se llamaba y, cuando me lo dijo, señalé un cartel colgado al otro lado de la calle.

—¿La de la foto del cartel es usted?
—Sí —dijo ella—. La protagonista de esa comedia musical soy yo.

La mujer tenía mucho frío. Le hice un café y le dije que volviera antes de la función matutina.

—Con una condición —me dijo—: que no me pida que me confiese.
—De acuerdo —contesté—. Le prometo que no le pediré que se confiese.

Volvió antes de la función matutina.

—En la iglesia tenemos un Rembrandt y un Van Dyck preciosos. ¿Le gustaría verlos?

Mientras recorríamos el pasillo central, le di un «empujoncito» hacia el confesonario. No le pedí que se confesara, pero se confesó. Ahora la actriz es monja en un convento inglés de adoración perpetua. He aquí 2 historias de respuesta a la gracia. En ambos casos había una voluntad humana libre. En uno de los casos hubo correspondencia y en el otro rechazo (…)”

El mundo, el alma y las cosas” – Venerable Fulton Sheen

#ARTÍCULOSRELIGIOSOS

EL ESCUDO CATÓLICO

09 Jan, 07:00


#IMÁGENES #BENEDICTOXVI

EL ESCUDO CATÓLICO

08 Jan, 07:04


CASTIDAD Y MATRIMONIO

“El error no es otra cosa que el pensamiento del hombre que abusa de su razón y pretende formarse a sí mismo su creencia y su ley. Cuando él ha formado este pensamiento culpable, procura hacer que pase al espíritu de la mujer [que] si tiene la desgracia de aceptar (…) este error del (…) hombre, lo concibe verdaderamente en sí misma, y después de haberlo modificado a su manera por la fuerza de su imaginación y de haberlo formulado por la precisión de su lenguaje, da a luz en la familia este monstruo, lo alimenta, lo desarrolla y lo hace crecer en ella. Y cuando el error se introduce de esta manera en las familias por la influencia de la mujer, es cuando se hace social y público y cuando de las costumbres pasa a las leyes; las cuales las sostienen, porque ellas están a su vez sostenidas por las costumbres domésticas, por la influencia oculta; pero omnipotente, de las mujeres.

El epicureísmo (…) llevado de Atenas a Roma, al principio no tuvo partidarios más que entre los hombres, y solo más tarde fue cuando las mujeres lo acogieron, y con mucho más ardor (...) hasta el punto de no haber una mujer distinguida que no llevase la imagen de Epicuro pendiente de su collar y de sus brazaletes; hasta el punto de hacerse moda entre las mujeres ser epicúreas (…) mientras que la filosofía de Epicuro en Roma no salió de las academias, ni fue más que un objeto de discusión para los hombres, no causó un gran mal. Pero cuando (…) se pegó como una peste a las mujeres, se encarnó en la mujer, se hizo mujer, y por la mujer invadió la familia, entonces, y solo entonces, fue cuando se extendió por todas partes, todo lo corrompió, todo lo manchó, y produjo aquella espantosa corrupción de costumbres que fue la verdadera causa de la caída del imperio romano.

Todas las falsas religiones en los tiempos antiguos así como todas las herejías, el protestantismo y sobré todo el filosofismo en los tiempos modernos, se han establecido en el mundo por el concurso de las mujeres.

No hay secta alguna herética que no haya procurado ante todo asociarse a la mujer e iniciarla en sus errores. San Pablo nos representa a los primeros herejes del cristianismo procurando atraer a su secta a todas las mujercillas vanas, ligeras e impúdicas, y valiéndose de ellas para introducir y perpetuar en las familias sus funestas doctrinas: que se introducen en los hogares, seduciendo a mujeres frívolas y llenas de pecados, que se dejan arrastrar por toda clase de pasiones (II, Timot., III).

San Epifanio refiere que los gnósticos en sus misiones por el Oriente en provecho de Satanás, iban siempre precedidos por una gran multitud de mujeres tan notables por su belleza como por su desenvoltura y sus artificios; que ellas atraían los hombres a los desórdenes; y de este modo los preparaban a la pérdida de la fe; y que el mismo santo Obispo se vio en peligro de caer en los lazos de aquellas sirenas del infierno.

También el protestantismo (…) se estableció en (...) Europa por el concurso de las mujeres (…) Solo después que (…) lo aceptaron como el sistema religioso más conforme a sus costumbres actuales fue cuando algunos eclesiásticos sin conciencia [formaron] de él una religión, y los gobiernos sin pudor (…) una ley de estado (…) como decía S. Cipriano de los apóstatas de su tiempo, no fue el protestantismo quien hizo apostatar a tantos pueblos en la Alemania, ni quien los separó del catolicismo; lo que hizo el protestantismo fue descubrir y probar que aquellos (...) pueblos habían dejado mucho tiempo antes de ser católicos por el libertinaje de las mujeres.

(…) la historia (…) de la apostasía del Edén (…) se repetirá continuamente en el mundo. Satanás, haciéndose serpiente u hombre, es quien inventa el error y Eva, la mujer, es quien lo persuade, lo propaga y lo afirma.

Pero que no se ofendan las mujeres (…) si es cierto que por ella se ha establecido el error en los países donde reina, también lo es que por ella se ha conservado la verdad en los países donde se encuentra”

La mujer católica” - R. P. Ventura Raulica

#CASTIDADYMATRIMONIO

EL ESCUDO CATÓLICO

07 Jan, 07:00


#IMÁGENES #FELICIDAD

EL ESCUDO CATÓLICO

06 Jan, 07:15


«Cuando hubo nacido Jesús en Betlehem de Judea, en tiempo del rey Herodes, unos magos del Oriente llegaron a Jerusalén, y preguntaron: “¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos visto su estrella en el Oriente y venimos a adorarlo”». Mateo 2, 1-3.

EL ESCUDO CATÓLICO

04 Jan, 07:00


#IMÁGENES #PERFECCIÓNESPIRITUAL

EL ESCUDO CATÓLICO

03 Jan, 07:06


ARTÍCULOS RELIGIOSOS

Jesucristo:

- Amó a los pobres. Antes de Jesucristo nada semejante se había oído (…) Marco Aurelio, Emperador de Roma, declara que «compadecer al desgraciado y llorar con los que lloran, es una debilidad». Séneca, el moralista más célebre de la antigüedad, dice: «La misericordia es un vicio del corazón. Los hombres honrados la evitaran con cuidado» Cicerón agrega: «Los hombres compasivos son los necios y los aturdidos. El hombre verdaderamente hombre no se deja nunca enternecer ni ablandar. Es un crimen escuchar la compasión»

Jesucristo aparece. Va a principiar su vida evangélica. Al pie de una montaña hace un día su 1ª predicación ¿Qué dice? (…) «Bienaventurados los pobres, porque de ellos es el reino de los cielos»

La clase pobre era antes mirada con desprecio. Aristóteles decía que «la virtud nada tenía que hacer con aquellas muchedumbres» y escribía Cicerón: «Los artesanos, por su profesión, son todos gentes despreciables, y nada noble puede albergarse en una tienda o en un taller»

(…) Nuestro Señor nació pobre y pasó treinta años en un taller, trabajando con sus manos, ganando su vida con el sudor de su frente (…) Y luego para apóstoles de su doctrina elige no a los sabios ni a los poderosos sino a doce pobres pescadores.

- Amó a los enfermos. (…) Los Romanos «mandaban a la isla del Tíber a los esclavos enfermos para que muriesen, evitándose así, dice Suetonio, el fastidio de curarlos» y Platón prodiga elogios al famoso médico Esculapio «que no quiso nunca encargarse de prolongar la vida y padecimientos de las personas atacadas de males crónicos é incurables; porque esto, decía, no traía ventajas ni a dichas personas ni al Estado.»

(…) Jesucristo se presenta y lo cambia todo. Atiende a los enfermos, los cura, hace por ellos mil milagros. Se le presentaban en muchedumbre rogándole les permitiese tocar siquiera el borde de su manto, y todos quedaban sanos (...)

- Amó a los niños. (…) «En Esparta, dice Plutarco, luego que nace un niño se delibera acerca de su vida o muerte: si es de complexión vigorosa, se le conserva la vida; si es débil o deforme, se le arroja desde la cima del monte Taigeto.» En Atenas, las leyes de Solón autorizaban formalmente el asesinato de los niños cuyos padres eran dueños de hacer con ellos lo que quisieran. En Roma, «Si el niño es contrahecho, decía la ley de las Doce Tablas, el padre, sin dilación ni formalidad, por su propia mano déle la muerte.»

Pero ¡hubo un día mejor en la historia de la humanidad! ¿Qué voz se oyó de repente?: «Dejad a los niños que se acerquen a mí, porque de ellos es el reino de los cielos» dijo Jesús. Después añadió: «El que recibe en mi nombre a uno de estos niños a mí me recibe.» «Y al que escandalizare a uno solo de estos pequeñitos, mejor le fuera que colgasen a su cuello una piedra de molino, y le arrojasen con ella en lo profundo del mar.» ¡Qué día tan grande aquél para las madres! Ellas comprendieron desde entonces a Jesús y le siguieron presurosas.

- Amó a los pecadores. Este fue el amor por excelencia de Jesús. Abiertamente se declara amigo de los pecadores. «No vine a salvar a los justos sino a los pecadores» dijo y los fariseos se escandalizaban. La ternura que les manifiesta, la compasión que le inspiran (…) leed la historia de Magdalena pecadora, de la mujer adúltera, de la Samaritana, mujer perdida, leed las parábolas del Buen Pastor y del Hijo Pródigo; son una cosa extraordinaria (…)"

Catecismo en ejemplos” - Padre Camilo Ortuzar

#ARTÍCULOSRELIGIOSOS

EL ESCUDO CATÓLICO

02 Jan, 07:00


#IMÁGENES

EL ESCUDO CATÓLICO

01 Jan, 07:00


#IMÁGENES

EL ESCUDO CATÓLICO

31 Dec, 07:00


#IMÁGENES #CASTIDADYMATRIMONIO

EL ESCUDO CATÓLICO

30 Dec, 07:05


CONVERSIÓN DE JANNE HAALAND (1957)

"A pesar de haber nacido en un ambiente cristiano luterano, desde sus primeros años, se hizo agnóstica, rechazando toda religión y, concretamente, el cristianismo (…) apto para retrógrados. Pero, estudiando filosofía, pidió luces sobre la filosofía de Santo Tomás de Aquino a un dominico de Oslo. Durante año y medio, fue todas las semanas a visitarlo para hablar de santo Tomás; y, poco a poco, se iba sintiendo atraída hacia la cultura católica.

Un día tuvo su primer encuentro con Cristo (...) Estaba sentada con el dominico, en los jardines del claustro (...) Le dije que la persona de Cristo había aparecido en la escena de forma misteriosa. Nunca había rezado y a duras penas vivía fuera de los libros. Pero, de pronto, me había sucedido este hecho inquietante, intuí que el catolicismo no era un precioso sistema filosófico, sino una persona que exigía derecho a estar hoy tan vivo como hace dos mil años... De repente, empecé a interesarme por Cristo y por su vida ¿Podría ser verdad todo lo que los cristianos creían? Ahora Cristo era como una llama que me iluminaba de vez en cuando.

Esperaba con ilusión la misa del domingo, me dediqué a leer historias de conversiones y empezaron a interesarme los escritores místicos... La cuestión de la conversión volvía a mí continuamente, pero pensar en las reacciones negativas (…) me echaron para atrás. Pensaba en mis padres, en mis compañeros de estudio, en mis amigos y en el sentimiento general anticatólico de Noruega. Los católicos eran vistos todavía como extraños y papistas antinoruegos.

El descubrimiento de que Cristo estaba presente en la Eucaristía la llenó de alegría y dice: Yo captaba que el verdadero amor y el verdadero sentido de la vida estaban allí escondidos, frente al tabernáculo, donde la hostia consagrada se guarda en la iglesia... Después de un tiempo valoraba tanto la misa que empecé a anhelarla durante toda la semana... Uno no llega a entender nunca el misterio de la presencia real, pero se sienten sus efectos de verdad. Hay una presencia en la Iglesia para los que quieren experimentarla.

(…) me convertí [en la] Pascua de 1982. Tenía 25 años (…) Había ido de la razón a la fe o, por lo menos, a cierta fe. Ésta no era muy sólida, pero yo amaba a la Iglesia. No sé de dónde provenía ese amor. Pero sabía que si borraba a la Iglesia de mi vida, sería una desgraciada.

Después de convertirme, viví durante muchos años en lo que yo llamo estado de cristiano dominguero. Iba a misa cada domingo y vivía el resto de la semana como si ese domingo no tuviese nada que ver con mi vida cotidiana. Cumplía con las obligaciones de la Iglesia y me consideraba una buena católica.


En 1992 (…) conoció a un monje que sería su amigo y confidente durante muchos años (…) Era un sabio, mayor, aunque joven de espíritu y de mente abierta. Era un hombre lleno de alegría y de juventud interior, pese a su avanzada edad. Este monje era una fuente de agua viva.

Hablé con él. Jamás pensé que la confesión funcionaría y hubiese querido evitarla... De pronto, sucedió la cosa más asombrosa e inesperada. Me recorrió una oleada de inmensa alegría que no se parecía a nada que me hubiese ocurrido antes. No puedo explicarlo con palabras, pero fue un giro absoluto a mi vida como católica. Dios, que hasta ese momento me resultaba una entidad bastante lejana, se convirtió en un Dios personal allí y en ese momento. El brillo de aquella experiencia duró mucho tiempo. Ahora estaba suspirando por Cristo, mi amigo. Ya no era una posibilidad teológica, sino una realidad íntima y personal. Era la segunda vez que Cristo se me hacía presente de forma directa (…) Yo me hice católica, porque buscaba la verdad, pero una vez que empecé a frecuentar la misa fui inmersa en la fuente de felicidad de la Eucaristía. Siempre volvía por la alegría que podía encontrar allí de un modo completamente misterioso

"Ateos famosos convertidos Tomo II" - Padre Ángel Peña O. A. R.

#CONVERSOS

EL ESCUDO CATÓLICO

28 Dec, 07:00


#IMÁGENES

EL ESCUDO CATÓLICO

27 Dec, 07:05


PERFECCIÓN ESPIRITUAL

“(...) para que podamos apartarnos mejor del pecado [San Francisco de Sales] nos prohíbe que perdamos la paz. Sabe muy bien que nada bueno se hace, cuando se obra con inquietud y enfado. Como hábil médico, sabe que para llevar a cabo una amputación difícil, hay que acariciar al enfermo y no tratarlo bruscamente: el éxito de la operación será tanto más rápido y seguro, cuanto con mayor tranquilidad se haga. Por eso, ante todo, hay que restablecer la tranquilidad y la calma (...)

Un piadoso sacerdote hacía unos días de retiro bajo la dirección del P. Roothan. Durante esos días, éste fue llamado urgentemente a Roma, donde fue elegido General de la Compañía de Jesús. Cuando ya se había despedido de todos, y a punto de marchar, se volvió atrás y entrando donde estaba el ejercitante, le dijo: «Señor cura, se me había olvidado hacerle una recomendación muy importante: suceda lo que suceda, no os desaniméis jamás, jamás.»

San Juan Crisóstomo no se cansaba de repetirlas: «¡No desesperéis nunca! Os lo diré en todos mis discursos, en todas mis conversaciones; y si me hacéis caso, sanaréis. Nuestra salvación tiene dos enemigos mortales: la presunción en la inocencia y la desesperación después de las caídas; este segundo es con mucho el más terrible.

«Hay que morir antes que ofender consciente y deliberadamente a nuestro Señor; pero, si llegamos a caer, hay que perderlo todo antes que perder el ánimo, la esperanza y la resolución» (…) «Si os ocurre cometer alguna falta, no perdáis el ánimo, sobreponeos inmediatamente, como si no hubieseis caído» (…) «La flaqueza no es un mal grande, con tal de que haya un valor grande para levantarse poco a poco: así os conjuro que hagáis» (…) «Es preciso que de ninguna manera os desaniméis, sino que con un valor lleno de paciencia, emprendáis con calma y cuidado el trabajo de curar vuestra alma de las heridas que en los ataques haya recibido» (…) «Es preciso tener un ánimo invencible, para no cansarse de nosotros mismos, porque siempre tendremos algo que rectificar o que cortar. ¿Veis lo que hacen quienes están aprendiendo a montar a caballo? A menudo caen, pero no se desaniman, porque una cosa es verse alguna vez en tierra y otra muy diferente darse definitivamente por vencido»

(…) lo que alegra al enemigo no son tanto vuestras faltas como el abatimiento y la desconfianza en la misericordia divina que os producen. «Este es, dice el P. de la Coombiére, éste es el mayor mal que puede sobrevenir a una criatura. Mientras uno puede defenderse de este mal, nada hay que no se pueda cambiar en bien y de lo que no sea fácil sacar alguna ventaja... Todo el mal que habéis hecho no es nada en comparación con el que hacéis si os falta confianza. Esperad hasta el fin; os lo mando con todo el poder que me habéis dado sobre vos. Si me obedecéis en este punto, respondo de vuestra conversión».

«La soledad tiene sus asaltos, el mundo tiene sus peligros; en todas partes es necesario tener buen ánimo, porque en todas partes el Cielo está dispuesto a socorrer a quienes tienen confianza en Dios, a quienes con humildad y mansedumbre imploran su paternal asistencia».

(…) «Conservad la paz. Cuando sucede que, por un pronto de amor propio y de las pasiones, hemos faltado a las leyes (…) inclinemos nuestro corazón delante de Dios cuanto antes y digámosle con espíritu de confianza y de humildad: Señor, misericordia, porque estoy enfermo (Sal. 7, 2). Levantémonos con paz y tranquilidad (…) y sigamos en nuestra tarea. No es necesario romper las cuerdas y arrojar el laúd cuando vemos que está desafinado, sino que hay que poner oído atento para descubrir dónde está el desconcierto, y tensar o aflojar la cuerda nuevamente, según lo requiera el caso»”

El arte de aprovechar nuestras faltas” - Padre José Tissot

#PERFECCIÓNESPIRITUAL LEER LIBRO

EL ESCUDO CATÓLICO

25 Dec, 07:00


«El ángel dijo a los pastores: "No temáis, os traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo: hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor."» Lucas 2, 10-11

Feliz y Santa Navidad. Que el Niño Dios os colme de sus gracias.

EL ESCUDO CATÓLICO

24 Dec, 07:00


#IMÁGENES #FULTON

EL ESCUDO CATÓLICO

23 Dec, 07:05


DE LA NECESIDAD DE UNIÓN ENTRE LOS CATÓLICOS

“Cuando el ejército va desconcertado y desordenado, más va al matadero que a pelear, no hay cosa más encomendada en la disciplina militar que no romper ni desordenar el escuadrón, sino procurar que esté siempre muy unido y ordenado, y que cada uno mire por el otro y guarde su puesto.

Y no sólo el bien común, sino el bien particular de cada uno depende de que este orden se guarde, porque perdido el escuadrón, se perderá él también. Pues de la misma manera será en nuestra Compañía y escuadrón. Si nos unimos y nos ayudamos unos a otros y vamos todos a una, romperemos los enemigos, y de nadie seremos vencidos ni desbaratados. Dice el Sabio (Prov 18, 19): El hermano que es ayudado de su hermano es como una ciudad muy fuerte (…) Cuando muchos cordeles se juntan y se hace uno de ellos, queda muy fuerte. En la cuerda de la ballesta, aquellos hilos de que se compone, cada uno por sí tiene poca fuerza o ninguna, y muchos juntos vemos que son bastantes para doblar un fortísimo acero. Así seremos nosotros, si estamos unidos y vamos todos a una (…) de aquellos ejércitos copiosos de más de trescientos mil hombres, dice la Sagrada Escritura en los libros de los Reyes (1 Sam 11, 7) que iban como si fueran un hombre solo, porque iban todos con una misma voluntad y ánimo, y de esa manera ponían temor y espanto a sus enemigos y alcanzaban grandes victorias. Pues de esa manera habremos de pelear nosotros las guerras espirituales del Señor, y así haremos grande fruto en las almas con nuestros ministerios, y pondremos grande espanto a nuestros enemigos. El mismo demonio, dice San Basilio, temerá y no se atreverá contra nosotros, porque desmayará viendo tantos tan unidos contra él y desconfiará de podernos hacer daño.

[Dice San Ignacio de Loyola:] «La unión y conformidad de unos con otros debe muy diligentemente procurarse, y no permitir lo contrario, para que con el vínculo de la fraterna caridad unidos entre sí, mejor puedan y más eficazmente emplearse en el servicio de Dios y ayuda de los prójimos.» (…) Cosa cierta es que en habiendo divisiones, bandos o disensiones acá dentro, no sólo no alcanzaremos (…) ganar almas para Dios (…) ni nos podremos regir ni conservar a nosotros mismos. Si los soldados que se habían de unir para pelar contra los enemigos, se vuelven a pelear entre sí, unos con otros, claro está que no sólo no vencerán, sino que ellos se destruirán y asolarán a sí mismos. (Os 10, 2): Se han vuelto los soldados a pelear contra sí, unos con otros: ellos se perderán. Así dice el Apóstol (Gal 5, 15): Si entre vosotros os mordéis y coméis, mirad que no os consumáis.

Si entran entre vosotros discordias, envidias y murmuraciones, sin duda os iréis consumiendo y destruyendo unos a otros. Y esto es lo que hay que temer en la Religión, no los enemigos de fuera, ni las persecuciones y contradicciones que en el mundo se nos pueden levantar, que ésas no nos dañarán.”

Ejercicio de perfección y virtudes cristianas - Parte 1” - Venerable Padre Alonso Rodríguez S. J. LEER LIBRO

#PERFECCIÓNESPIRITUAL

EL ESCUDO CATÓLICO

21 Dec, 07:00


#IMÁGENES #ÁVILA

EL ESCUDO CATÓLICO

20 Dec, 07:04


ARTÍCULOS VARIOS

“Joven, fija la atención en cada uno de tus días, y recapacita seriamente sobre el empleo que has hecho de ellos; verás que has gastado inútilmente la mayor parte del tiempo, y que hay muy pocos instantes cuyo uso puedas justificar de todo punto, no digo a los ojos de la conciencia y de la fe, más ni aun a los de la razón natural y del simple buen juicio. ¿A dónde has ido a buscar distracciones para tu espíritu, y descanso para tu corazón? ¿No te han ocupado los placeres mucho más seriamente que el trabajo? ¿No has salido de los sitios a donde ibas a divertirte más cansado que cuando acababas de estudiar? ¿No has hallado más desazones, más fatigas y más angustias en los teatros, en las casas de juego o de placer que en las bibliotecas o en las iglesias? Y si hubiéramos de enumerar y clasificar las causas de las enfermedades que han atormentado o acortado tu vida, ¿no resultaría que los placeres de que la has abrumado han contribuido a ese fatal resultado mucho más que los sacrificios que ha exigido de ti algunas veces el deber? Tiende los ojos en derredor de ti, y di si el placer no ha hecho y no hace aun todos los días más víctimas que el trabajo, y si el hombre puede impunemente sustraerse a la ley de su naturaleza y al mandamiento de Dios, que quiere que trabaje no menos para ser feliz que para ser bueno.

Considera cada uno de los placeres a que has dado sucesivamente entrada en tu alma y pésalos en la balanza de la razón y de la fe: en una y en otra los hallarás igualmente ligeros y vacíos, y acaso igualmente culpables y vergonzosos. ¿Qué haces cuando asistes en el teatro a alguna pieza peligrosa, y que no puede tener atractivo más que para aquella parte inferior del alma que se complace en las regiones ínfimas de la vida, y no comprende sino lo que es trivial y grosero? ¿Qué pueden ganar el gusto y la moral en esos espectáculos donde el vicio aparece siempre seductor o amable, al paso que la virtud se pinta con colores que la hacen odiosa o ridícula? La probidad, la fidelidad conyugal, la sumisión de los hijos a sus padres, todas las virtudes que garantizan la seguridad de los Estados y el descanso de las familias, ¿son tan comunes y están tan sólidamente establecidas entre nosotros que se pueda sin peligro hacer reír a su costa a la muchedumbre? ¿Y no basta el vilipendio de que se procura cubrirlas para destruir, en el corazón de los que todavía las estiman, las últimas reliquias del respeto que han conservado hacia ellas?

Los que más declaman contra el espíritu de insubordinación y de orgullosa indocilidad que hace tan difíciles en el día todas las relaciones sociales, son muchas veces los que más placer reciben en ver representadas en la escena las acciones que reprenden con inflexible rigor. El padre llevará a su hijo al teatro para que se ría allí a costa de un padre hábilmente engañado por su hijo, y para que aprenda a sustraerse con la astucia a una vigilancia demasiado activa. El marido llevará allí a su mujer para que se divierta viendo representar bajo los colores más seductores el adulterio y las intrigas que le han preparado. Así vamos todos, todos sin excepción, a reírnos a nuestras propias expensas, de las cosas que más tememos y en las que nunca deberíamos pensar sino con mucha seriedad.”

Las horas serias de un joven” – Padre Carlos Sainte Foix

#ARTÍCULOSVARIOS

EL ESCUDO CATÓLICO

07 Dec, 07:00


#IMÁGENES #MILAGROSYPROVIDENCIA

EL ESCUDO CATÓLICO

06 Dec, 07:05


LA FELICIDAD

“No hay manantial más rico de alegría que la fe, porque establece el alma en ese sosiego y esa seguridad que son las dos primeras condiciones de la felicidad (…) Desde el momento en que la fe es ahuyentada del corazón, se lleva consigo todas las esperanzas que aun podrían regocijarla y consolarla (…) El hombre que no cree deja pronto de amar, porque el amor reposa sobre la fe como la flor sobre su tallo. La luz que Dios había depositado en su corazón, para que con ella iluminase y diese calor a los otros, no hallando salida para exhalarse y comunicarse, se concentra y se vuelve contra él. No es ya una luz benéfica que brilla y calienta, sino un fuego que consume y devora. El amor, que no vive y no se conserva sino difundiéndose, se corrompe estancándose en las profundidades del alma, y se convierte en egoísmo. En su espantosa soledad el corazón se mancilla y se ahoga en cierto modo, abrasándose a sí mismo en los rebatos de un desenfrenado amor propio.

Desde que la fe se ha retirado del corazón de la mayor parte de los hombres, la vida parece haber perdido todo lo que podía derramar sobre ella algún halago o alguna dulzura: las relaciones se han hecho menos íntimas, los afectos menos profundos. Una invencible desconfianza se ha apoderado de todas las almas (…) ¿Qué tienen de extraño las discusiones que dividen a las familias; la instabilidad de los afectos más sagrados, la poca seguridad de las relaciones más naturales, las discordias que amenazan perpetuamente el sosiego de la sociedad, cuando se piensa que Dios está ausente del espíritu y del corazón de los hombres?

La fe es el principio del amor. Es preciso creer en la persona a quien se ama, y desde el momento en que no se cree en los hombres, se deja de amarlos: —así vemos que la incredulidad ha desecado todos los corazones y entibiado todas las almas: como cada cual no cree más que en sí mismo, cada cual se ama a sí mismo exclusivamente. Todos los pensamientos, todos los deseos y todas las esperanzas se concentran únicamente en el bienestar y en los goces materiales de la vida. El dinero es cada día más objeto de toda la actividad humana: su movilidad es cabalmente lo que le hace más precioso y más deseable. Lo más común es desdeñarse de asentar cada cual su caudal sobre la tierra, o de aumentarle con sacrificios cuyos resultados solo el porvenir puede ver, porque lo que se quiere es más bien gozar del tiempo presente que asegurar el venidero, es decir, vivir no para los otros sino para sí mismo, y de este modo, retirándose cada uno en sí mismo y encerrándose en su egoísmo como en una fortaleza, es imposible que haya unión ni confianza entre los hombres. De día en día va siendo más imposible la sociedad, pues esta no es más que el movimiento de los corazones atraídos mutuamente unos hacia otros, y su unión en un mismo pensamiento y en un amor común.

Una indefinible desazón trabaja las inteligencias: casi nadie está o quiere estar en su puesto, el orgullo, la ambición y la vanidad sacan perpetuamente de su esfera a la mayor parte de los hombres, la vida se pasa en esfuerzos fatigosos y superfluos, y el que es bastante feliz para conseguir el objeto de sus esperanzas, rara vez lo es bastante para conservar mucho tiempo lo que una vez ha adquirido. Apenas ha llegado a la cima de la grandeza o de la opulencia cuando un capricho de la suerte lo derriba, y después de haber subido más arriba de lo que debía solicitar, baja más de lo que debía temer, hallándose así superior o inferior a su posición natural, y no pudiendo a causa de esto disfrutar del descanso o de la felicidad a que aspiraba. Ese continuo desbarajuste es también por su parte un fecundo manantial de tristeza y de continuo escozor, porque todo, en el estado actual de las cosas, parece que conspira contra el hombre y le condena a vanos esfuerzos y a un inútil afán. El contento está en la serenidad de una buena conciencia, y el que la busca en otra parte solo hallará mentira y acerbos desengaños.”

Las horas serias de un joven” – Mons. Carlos Sainte Foix

#FELICIDAD

EL ESCUDO CATÓLICO

05 Dec, 07:00


#IMÁGENES #CASTIDADYMATRIMONIO

EL ESCUDO CATÓLICO

04 Dec, 07:05


LA MUERTE DE LOS SERES QUERIDOS

“más que la (…) muerte propia, la muerte de los seres queridos (…) suele llenar a los hombres de indecible angustia, hasta empujarles (…) a las fronteras mismas de la desesperación [No obstante] el P. Garriguet escribe:

«(…) Dios ha tenido en cuenta una de las más vivas aspiraciones del corazón humano. Este corazón tiene necesidad de experimentar que la muerte no rompe en modo alguno los sagrados lazos que la vida había creado entre ciertos seres (…)».

Creer en la supervivencia de los lazos y sentimientos legítimos establecidos en la tierra, es una necesidad de nuestra naturaleza, es Dios mismo quien la ha puesto en nosotros. Y ciertamente que no la ha puesto para dejarla insatisfecha y para hacemos sufrir (…) Si ha puesto Él mismo en nosotros esa necesidad es para satisfacerla plenamente.

La muerte, entre los bienaventurados, lejos de extinguir o apagar el amor que sentían por los seres queridos que dejaron en la tierra, lo vuelve, por el contrario, más activo y compasivo. (…) allá arriba en los cielos, piensan en nosotros, se acuerdan de nosotros, se interesan por nosotros, nos siguen queriendo siempre e incluso mucho más que cuando estaban en medio de nosotros.

Aunque ya no están entre nosotros, no por eso les somos extraños. Aunque hayan entrado en la otra vida, la madre no olvida a su hijo, ni la esposa a su marido, ni el hermano al hermano. Los lazos que les unieron acá en la tierra habían sido atados por Dios mismo; la muerte los ha transformado, pero no suprimido. En el cielo se purifican los afectos humanos, pero no se ahoga ninguno de los que son nobles, santos, queridos por la Providencia.

Aunque absorbidos por Dios y perdidos en la contemplación de su divina esencia, los bienaventurados conservan el recuerdo de los años que pasaron en la tierra. La imagen de los seres queridos continúa viva en su espíritu. No se ha levantado un muro de tinieblas entre su existencia presente y la pasada. Su antigua personalidad no ha sido aniquilada, sino que ha sobrevivido a la muerte, continúa únicamente en condiciones diferentes.

«La inmensidad del cielo -ha dicho San Bernardo- ensancha el corazón. Lejos de restringir el amor, le da mayor comprensión. A la luz de Dios, el recuerdo, lejos de apagarse se hace más nítido. A esta luz se aprende lo que se ignoraba, sin olvidar nada de cuanto ya se sabía».

Y en el sermón pronunciado ante sus religiosos con motivo de la muerte de su hermano Gerardo, exclamó el propio San Bernardo:

«No. Tu amor hacia mí no se ha extinguido sino que ha sido glorificado. Te has revestido de Dios, es verdad, pero no te has despojado del recuerdo de los tuyos, puesto que el mismo Dios se ocupa de nosotros. Te has desprendido de todo lo que era debilidad, pero no de tus sentimientos fraternales y afectuosos hacia mí. Estoy completamente cierto de que continúas llevándome en tu espíritu y en tu corazón. Y hasta me parece percibir en mis oídos tu voz inconfundible que me dice: ¿Podrá una madre olvidarse del hijo de sus entrañas? Pues aunque ella se olvidare yo no te olvidaré jamás (Is 49, 15)».

Todo verdadero amor va acompañado de la necesidad de manifestarse, y se manifiesta por los beneficios que reparte. No se ama verdaderamente si no se experimenta el deseo de venir en ayuda de los seres queridos, de sostenerles en sus dificultades, consolarles en sus penas, socorrerles en sus necesidades. Y no podemos dudar de que este deseo lo sienten muy al vivo los bienaventurados en el cielo. Satisfacerlo, es un gozo que viene a añadirse al gozo esencial proveniente de la visión y posesión de Dios.”

Nada te turbe. Nada te espante” – Padre Antonio Royo Marín

#ARTÍCULOSRELIGIOSOS #PROBLEMAMAL

EL ESCUDO CATÓLICO

03 Dec, 07:00


#IMÁGENES #PASCAL

EL ESCUDO CATÓLICO

02 Dec, 07:05


CASTIDAD Y MATRIMONIO

“Hay dos clases de amor: (...) El primer amor es carnal y el segundo espiritual. El amor carnal sólo conoce a la otra persona en un sentido biológico. El amor espiritual conoce a la otra persona en todos los instantes y sentidos. En el amor erótico los defectos ajenos estorban nuestra felicidad. En el amor espiritual los defectos de otros son oportunidades de servicio (…)

El amor se ha vulgarizado tanto, que hasta los que creen en él temen usar esta palabra. Hoy (...) su significado versa más sobre glándulas que sobre voluntades, centrándolo en la biología más que en la personalidad. Incluso si se disfraza de locura de amor por otro, en realidad no pasa de ser un deseo de amor a sí mismo.

Sin embargo el amor puramente humano es el embrión del Amor Divino. Se pueden hallar ecos de esta idea en Platón, quien propone que la función del amor es iniciar el camino hacia la religión. Él sostiene que el amor hacia las personas bellas se transforma en amor por las almas virtuosas, luego en amor por la justicia y la bondad, y finalmente en amor por Dios, que es su fuente. El amor erótico es, por tanto, un puente que se cruza, no un contrafuerte donde uno se sienta y descansa; no es un aeropuerto sino un avión; siempre va hacia otra parte, hacia arriba y hacia delante. Todo amor carnal viene acompañado de incompletitud, insuficiencia, anhelo de plenitud y atracción por algo más, pues todo amor es un vuelo hacia la inmortalidad.

Toda forma de amor erótico encierra una forma de amor divino, por reflejo, como la superficie del lago refleja la luna. La única razón por la que sentimos amor por otras criaturas en nuestros corazones es que éste puede conducirnos al amor al Creador. Como el alimento es para el cuerpo, como el cuerpo es para el alma, como lo material es para lo espiritual, como la carne es para lo eterno. Por eso, en el lenguaje del amor humano muchas veces se pueden hallar expresiones que remiten al lenguaje propio de lo divino, como por ejemplo “mi ángel” y “te adoro”.

(…) Dado que es parte de la intención Divina servirse del amor erótico como un camino hacia el amor Divino, siempre ocurre que en un corazón moralmente equilibrado, con el tiempo, este amor erótico va cediendo terreno al amor espiritual. Por eso, en los verdaderos matrimonios, el amor a Dios se fortalece con los años. Se ama más a Dios sin que disminuya el afecto entre los esposos. El amor evoluciona pasando de una atracción superficial a adentrarse en los recovecos más profundos de la personalidad donde habita el Espíritu Santo.

Pocas cosas en la vida son tan bellas como contemplar que la intensa pasión entre un hombre y una mujer, que ha traído a la vida unos hijos como expresión viva de su amor, más tarde se convierte en "pasión desapasionada y tranquilidad salvaje" ”

El camino de la felicidad” – Venerable Fulton Sheen

#CASTIDADYMATRIMONIO

EL ESCUDO CATÓLICO

30 Nov, 07:00


#IMÁGENES #PROBLEMAMAL

EL ESCUDO CATÓLICO

29 Nov, 07:05


ARTÍCULOS RELIGIOSOS

"En cierta ocasión asistí a un partido de fútbol de chicos de categoría alevín. Estaba con uno de mis hermanos, que me arrastró hasta allí para que viésemos jugar a uno de mis sobrinos —con el tiempo, ese sobrino se decantó más por el baloncesto, en el fútbol no destacaba—. En un determinado momento del partido uno de los jugadores marcó un gol francamente bueno, comenzaron los abrazos y los gritos habituales y, pasado el jaleo, el padre del goleador, lleno de una alegría incontenible, nos dijo: «¡Ese es mi chico!».

Un gol es normalmente el resultado de un esfuerzo grande —y más, cuando se trata de niños. Suele ir precedido de una carrera, unos regates y una patada al balón que logre confundir al portero, o sea más rápida y diestra de lo esperado. Aquel padre reconoció a su hijo en la fuerza y calidad de su disparo, y no pudo callarse: «¡Ese es mi hijo!».

No querría llevar la comparación demasiado lejos, pero quizá nos ayude a entender que Dios nos reconoce cuando nos ve esforzándonos, sacrificándonos, o simplemente cuando mostramos nuestra disposición de hacerlo. Es entonces cuando Dios Padre exclama, lleno de orgullo —como lo hizo sobre Jesús—: «¡Este es mi hijo!».

Por el contrario, cuando el hombre se encierra en su egoísmo, cuando las personas no queremos entregarnos, ni estamos dispuestos a tomar la cruz, el Padre no encuentra la imagen suya que creó en el hombre, no distingue en nosotros lo que nos hace amables, respetables, hijos suyos. Y quizá diga: «¿Tú, quién eres?», «no te conozco», «no te reconozco».

Cuando era pequeño y me portaba mal —le quitaba, por ejemplo, un juguete a alguno de mis hermanos—, mi madre solía decir, y resultaba duro escucharlo, «pero tú, ¿de quién eres? ¡Eso no lo has aprendido en esta casa!». Los padres muestran un cierto rechazo a sus hijos cuando, en lugar de esfuerzo, encuentran desidia; en lugar de generosidad y entrega, egoísmo. Los padres se enorgullecen del hijo generoso: «¡Este es mi hijo!». Y rechazan al niño egoísta.

Nuestro Dios es un Padre bueno al que le basta con muy poco para sentirse orgulloso de sus hijos. Indudablemente, espera que lleguemos a la santidad, y nos comportemos como exige nuestra “sangre” de reyes… Nos ha dado tanto que tiene razones para esperar mucho. Pero se conforma con bien poco: “Al menos, pide perdón”, “por lo menos inténtalo otra vez”, “cuéntamelo y te ayudaré”. El amor de Dios es poderoso y su misericordia infinita. Pero la libertad humana es también poderosa —dicen que es la única piedra que Dios no puede mover— y podría ser que un hombre hiciera irreconocible la imagen de Dios que hay en él.”

Viaje al corazón del Evangelio” – Padre Alfonso Sanz

#ARTÍCULOSRELIGIOSOS

EL ESCUDO CATÓLICO

28 Nov, 07:00


#IMÁGENES #PADUA

EL ESCUDO CATÓLICO

27 Nov, 07:05


LA FELICIDAD

“(…) hay [una] tristeza frívola y ligera, sin causa ni fin, ininteligente, vaga y oscura, móvil e indeterminada en sus formas, que absorbe la mente sin ocuparla, que devora el corazón sin fijarle, que embota todas las facultades del alma y las sumerge en una estéril languidez y como en un marasmo inexplicable. A esta tristeza se ha dado el nombre de melancolía (…) la enfermedad de nuestro siglo, que es en cierto modo una vergüenza parecer exento de ella, y que la mayor parte de los hombres ponen todo su conato en persuadir a los demás y en persuadirse a sí mismos de que les falta algo, de que sus almas desfallecen en este mundo, y de que sus esperanzas son demasiado altas para que puedan jamás satisfacerlas.

La felicidad ha llegado ya a parecer cosa baja y trivial: entre las más de las gentes pasa irremisiblemente por el indicio de un alma prosaica que no se halla contenta en el desierto de esta vida sino porque se satisface con poco, y que fácilmente se llena porque es demasiado estrecha para contener muchas cosas. En efecto, casi siempre la melancolía tiene su origen en el orgullo, y esto es acaso lo más evidente que hay en la naturaleza de ese mal, en todo lo demás tan oscuro e indefinible. Todos los que le padecen se quejan de que no los comprenden, lo que es un medio más diestro y más modesto de dar a entender que son demasiado superiores a la multitud para que esta los comprenda, y que viven aislados porque tienen la desgracia de estar colocados en demasiada altura. Quisieran que los otros los juzgasen tales cuales se juzgan ellos a sí mismos, y meter tanto ruido en el mundo como meten en su propio corazón.

La tristeza que procede del orgullo separa de los hombres e indispone contra ellos. El que está atacado de esta enfermedad no puede perdonar a los demás el poco caso que hacen de él, y para vengarse de ellos los toma en odio o en lástima, y desahoga así su orgullo humillado o su vanidad ajada.

A cualquier parte a donde uno vuelva los ojos en el día está seguro de encontrar algunos arrogantes insensatos que, exagerándose su mérito y sus fuerzas, aspiran a cosas demasiado altas, y llevan demasiado lejos sus deseos o sus esperanzas. Defraudados en sus ambiciosos proyectos, y no pudiendo conseguir ocupar a los demás con la fama de sus hechos, prefieren acusar a la sociedad de injusticia a convenir en que se han engañado: por todo pasarían antes que por creer que se han hecho ilusión estimándose en más de lo que valen en efecto.

A veces la melancolía proviene de esos desengaños prematuros que muchas veces inician a un joven en los misterios más dolorosos de la vida, antes de que la experiencia haya fortificado su carácter y corroborado su juicio. Al que en su juventud se ha visto vilmente abandonado por un amigo débil e inconstante, o vendido más vilmente aun por un hombre falso y disimulado, suele serle muy difícil a veces reponerse del abatimiento en que necesariamente deben sumergir su alma tan crueles desengaños. Aplicando a los otros hombres a quienes no conoce la medida que está precisado a aplicar a los que le han engañado, confunde a la sociedad entera en una aversión común. Su juicio sobre los hombres se forma bajo la impresión que ha producido en él la injusticia de que ha sido víctima, y para no volver a ser engañado, cree que ya no le queda otro medio que una desconfianza universal de los hombres o un soberano desprecio hacia ellos.

[Otras] Muchas veces la melancolía no es más que una forma más disimulada del remordimiento. Es difícil que la alegría ilumine un alma oscurecida por el pecado, y la tristeza que éste deja en el corazón no es entonces más que la sensación del vacío que ha ocasionado en él.”

Las horas serias de un joven” – Mons. Carlos Sainte Foix

#FELICIDAD

EL ESCUDO CATÓLICO

26 Nov, 06:05


#IMÁGENES #PERFECCIÓNESPIRITUAL

EL ESCUDO CATÓLICO

25 Nov, 07:05


PERFECCIÓN ESPIRITUAL

“[Dice] Pieper que “en todo el tratado de Santo Tomás sobre la humildad y la soberbia no se encuentra ni una frase que dé pie a pensar que la humildad pueda tener algo que ver, como tampoco lo tiene ninguna otra virtud, con una constante actitud de autorreproche, con la depreciación del propio ser y de los propios méritos o con una conciencia de inferioridad

La humildad se relaciona, en primer lugar, con la inteligencia (…) No puede haber humildad sin un adecuado conocimiento de sí mismo [por eso dice] san Agustín: Señor, que te conozca y que me conozca (…) la verdad sobre nuestras miserias es un buen punto de partida para la humildad; pero muchos no [entienden] que la verdad que está en la base de la humildad es la verdad íntegra, que incluye también nuestros aspectos positivos. “La humildad debe fundarse en el conocimiento verdadero y recto de nuestro ser, de nuestros méritos, tanto en el orden de la naturaleza cuanto en el orden de la gracia”. Nuestros dones y méritos no obstaculizan la humildad porque todos ellos son esencialmente participados y recibidos de Dios. “¿Qué tienes que no hayas recibido? Y si lo has recibido, ¿por qué te glorias como si no lo hubieras recibido” (1Co 4, 7).

la humildad (…) ordena el “apetito de excelencia” De hecho, la soberbia no es el apetito de la propia excelencia sino el apetito desordenado de esta última. Esto supone que hay un honor recto, y, además, que toca a la virtud procurarlo. Este honor o excelencia de la que aquí hablamos no es otra cosa que el reconocimiento de los dones que objetivamente tenemos en cuanto recibidos de Dios; la humildad no se contrapone al reconocimiento de los mismos, sino a su exageración o al olvido (voluntario) de su carácter de recibidos (participados).

(…) La humildad es un hábito que, basándose en la verdad presentada por la inteligencia, modera el apetito para que éste ocupe su justo lugar ante Dios y ante el resto de los hombres. “Refrena la esperanza o confianza en sí mismo”, dice Santo Tomás (…) Refrena el deseo de la propia excelencia o exaltación indebida, la búsqueda de honores que no corresponden a los auténticos méritos de la persona.

Desde este punto de vista la humildad conduce a la justicia, porque establece la respectiva posición de Dios y del hombre. Se concreta en una doble dirección: una hacia el superior, otra hacia el igual y el inferior. Hacia el superior, especialmente respecto de Dios, se manifiesta como “la virtud de saber ocupar el puesto de creatura”, es la actitud correcta de la criatura ante el dominio absoluto de Dios. Hacia el igual y el inferior se manifiesta en el respeto por los dones que Dios ha puesto o puede llegar a poner en los demás. Pero la humildad cristiana tiene otro aspecto esencial y exclusivamente suyo (no lo conoce ninguna otra religión o filosofía) y es la humildad del superior frente al inferior, el inclinarse del grande hacia el pequeño, que es lo que Dios mismo hizo en Cristo.

(…) ante Dios jamás podemos rebajarnos lo suficiente como para dejar clara la distancia infinita que va de la creatura al Creador. Ninguna humillación (es decir, rebajamiento) sería excesivo en este sentido. Hasta a una santa Catalina que se definía “nada”, Dios la corrige para decirle: “nada más pecado”. El beato Allamano recordaba a aquel predicador que decía a sus ejercitantes sacerdotes: “¡Todos somos polvo! Monseñor polvo, Padre polvo, Canónigo polvo, Párroco polvo, todos polvo!” Y añadía: “Asimilemos. Nunca seremos suficientemente humildes”.

la humildad no es la más importante de las virtudes; pero sin ella cualquier otra virtud carece de solidez (…) Nobleza, riqueza, talentos, ciencia, belleza, virtudes, y todos los demás dones naturales, ¿qué son sino el poncho regalado a un mendigo?”

Naturaleza y Educación de la Humildad” – Padre Miguel Ángel Fuentes I. V. E.

#PERFECCIÓNESPIRITUAL

EL ESCUDO CATÓLICO

24 Nov, 07:35


LA IGLESIA Y COCA-COLA - Padre Javier Olivera Ravasi

#VÍDEOS

EL ESCUDO CATÓLICO

23 Nov, 07:00


#IMÁGENES #CIENCIAYFE

EL ESCUDO CATÓLICO

22 Nov, 07:05


MILAGROS Y PROVIDENCIA: SAN CHARBEL MARKHLUF

[Muchos milagros por intercesión de San Charbel han sido investigados y registrados por la Iglesia Católica y por ello fue beatificado en 1965 y canonizado en 1977, siendo desde ese año el primer santo católico del Líbano]

“El milagro de su cuerpo que parecía vivo, dejaba atónitos a los sabios. Después de más de cien años de muerto (+1898) su cuerpo seguía sudando un líquido sanguinolento que no se puede explicar humanamente.

Varias veces fue exhumado para comprobar este milagro. En una oportunidad, dicen las crónicas del Monasterio: Depositamos el cuerpo sobre la terraza para que se secara la sangre que brotaba de la espalda y costado. Era tan abundante la sangre, que empapaba totalmente las dos telas que habían envuelto el cadáver y debían ser cambiadas diariamente. Cuatro meses duró la exposición.

A pesar de estar expuesto su cuerpo al sol durante cuatro meses, no hubo señales de corrupción. Le hicieron algunas punciones en el costado y la sangre seguía brotando. Empaparon muchos algodones con esta sangre bendita y los enfermos se sanaban.

Los médicos del Líbano y especialistas de distintas partes del mundo quisieron examinar este milagro extraordinario de la exudación e incorrupción. El Dr. Nagib el Khuri quiso hacer una prueba decisiva especial. Ordenó que lo pusieran de pie y que los pies estuvieran envueltos en cal viva, la que absorbería la transpiración sanguínea y quemaría los pies hasta disolverlos. Pero eso no ocurrió. Por eso, afirmó: Constato que este cuerpo se conserva gracias a un poder que es inalcanzable. No hay duda de que todo es efecto de la santidad del padre Charbel.

El Dr. Jorge Chukrallah, uno de los más célebres médicos libaneses, después de haber examinado el cuerpo treinta y cuatro veces en diecisiete años, certificó: Después de haber examinado a menudo este cuerpo intacto, siempre he quedado pasmado de su estado de conservación y, sobre todo, de ese líquido rojizo que rezuma. Yo mismo he consultado, en ocasión de mis viajes, a excelentes médicos de Beyrut y de Europa. Nadie supo explicarme el hecho... Supongamos que el líquido secretado del cuerpo no pesara más que un gramo al día. En un año serían 365 gramos. Y en los primeros 70 años desde su muerte 365x70=25.550 gramos, o sea 25 litros y medio. Pero la cantidad media de la sangre y otros líquidos contenidos en el cuerpo humano gira alrededor de cinco litros. Ahora bien, lo menos no da lo más. Es un principio científico indiscutible. Pero el líquido exudado por el cuerpo del padre Charbel supera con mucho el gramo diario. Mi opinión personal, fundamentada en el estudio y la experiencia, es que el cuerpo se conserva gracias a un poder sobrenatural.

En 1965 fue, al parecer, la última exhumación. Y se certificó: El cuerpo está todavía discretamente conservado y está sumergido en cinco centímetros de líquido rojizo.

Los milagros existen” - Padre Ángel Peña O. A. R.

#MILAGROSYPROVIDENCIA

EL ESCUDO CATÓLICO

21 Nov, 07:00


#IMÁGENES

EL ESCUDO CATÓLICO

20 Nov, 07:05


CASTIDAD Y MATRIMONIO

“(...) hay en el matrimonio bien contraído una (…) vida intelectual (…) al casarte no abdicarás la facultad y ejercicio de pensar; y como el pensar a solas, cuando se vive a dúo, es una manera de divorcio (…) sentirás la necesidad de hallar en tu mujer algún eco o resonancia de tus pensamientos. Circunstancia es ésta en que se piensa poco en el fervor del enamoramiento juvenil.

(…) ¡qué decepción ha de ser para un hombre de talento (…) ver que de esa boca que se le había antojado tan atrayente, no salen más que puras y simplicísimas tonterías...!

No quiero yo que la mujer piense como un filósofo; no es ése comúnmente su papel en la vida intelectual del matrimonio. No te aconsejo precisamente que te cases con una doctora, y pido al Señor te libre de una intelectual. La pedantería, vicio intolerable en cualquier varón, es cosa abominable en la mujer (…) Si hubiera alguna causa atenuante del suicidio, creo yo que habría de ser una el verse indisolublemente atado a una semejante Enciclopedia con faldas (…)

No te pongo, por consiguiente, como requisito para la vida intelectual del matrimonio, el que tu mujer sea erudita, o esté adornada de grados académicos. Pero sí que no sea ruda e ignorante en tales términos, que las ideas que tú concibas puedan hallar en ella alguna resonancia y simpatía.

Si la mujer ha de ser compañera del varón, y no un mero instrumento al servicio de sus comodidades y bajos apetitos; si ha de compartir con él la vida, en la más amplia y honda acepción de la palabra; menester es que pueda interesarse por lo que a él más le interesa; por sus trabajos, sus aspiraciones, y aun sus ilusiones del orden científico y artístico, comercial y político. Y para esto es necesario que la mujer de un hombre culto como tú, posea alguna general cultura.

No es menester que iguale la formación científica o literaria de su esposo. Basta que pueda ser para él, lo que para un maestro un inteligente y aplicado discípulo. Para que, como el maestro se goza comunicando a un discípulo tal sus científicas investigaciones, así el esposo pueda descargar en la inteligencia de su mujer esa necesidad que nos mueve a comunicar nuestras ideas; sin lo cual, nuestros trabajos más ideales carecen de su más dulce sabor y embeleso.

Si el esposo encuentra en su mujer una constante incapacidad para participar de su vida intelectual, acabará menospreciándola, y poco a poco renunciará a ella (…) en estas comunicaciones más elevadas de su alma. La mujer acaba entonces decayendo de la alta dignidad para que la creara Dios en el principio, y en que la repuso Jesucristo, y va descendiendo de su pedestal, al humilde lugar de juguete o de sirvienta.

Sea, pues, lo primero que mires en tu futura esposa, su formación intelectual que la haga capaz de convivir contigo en las regiones donde tú comúnmente vives. Aun cuando en ellas haya de penetrar siempre cogida de tu mano y dependiente de ti; lo cual, si llegan a interesarla tus ideas, será un suavísimo y estrechísimo vínculo de amor. Al contrario de lo que acontecerá, si sabe o imagina saber tanto, que se atreve a sostener sus opiniones frente a las tuyas, y por ventura a considerarte como inferior a ella en talento y formación científica o intelectual. Que éste es, además de la pedantería, el peligro de las mujeres sabias.

La mujer ha de ser bastante alta para ser compañera, pero no ha de empinarse tanto que pueda pasarle por la mente la tentación de convertirse en guía; pues esta igualdad, y aun pretendida superioridad intelectual, es de suyo obstáculo para la dulce subordinación que toca a la mujer en la divina economía del hogar, donde su reinado no se ha de fundar en la superioridad, sino en la abnegación y el amor.”

Antes de que te cases” – Padre Ramón Ruiz Amado, S. J.

#CASTIDADYMATRIMONIO

EL ESCUDO CATÓLICO

19 Nov, 07:00


#IMÁGENES #PROBLEMAMAL

EL ESCUDO CATÓLICO

18 Nov, 07:05


PERFECCIÓN ESPIRITUAL

“Un día Jesús hacía oración a la vista de sus apóstoles, y uno de ellos le pidió: «Maestro, enséñanos a hacer oración» (Lc 11:1). Tenían ante sí el espectáculo de Jesucristo hablado en su interior con el Padre. El recogimiento y la concentración de Jesús debían ser impresionantes. Pero no podían ver los pensamientos que circulaban entre el Padre y el Hijo (…) querían saber qué fenómeno era aquel de la oración (…) experimentar también ellos cómo era tener en la cabeza y en el corazón a Dios (…)

No se hizo de rogar el Salvador, y, saliendo de aquel estado maravilloso de quien está unido a lo que más ama, les dijo: «Cuando oréis, decid: Padre…».

Y allí en lo alto del Monte de los Olivos, según la tradición, salió de la boca de Jesús lo que había en su corazón y en sus pensamientos: «Padre…» (…) Cuando le piden que les enseñe a hablar con Dios, responde: «Cuando lo hagáis, decid: Padre».

En la liturgia de la Misa, cuando se acerca el momento de la comunión, el sacerdote incoa el Padrenuestro para que todos lo recitemos juntos, en voz alta. Pero antes lo introduce, generalmente con estas palabras: «Fieles a la recomendación del Salvador, y siguiendo su divina enseñanza, nos atrevemos a decir…». Está claro que es una recomendación del Salvador, y quizá más que eso. Es un imperativo: «Cuando oréis, decid…».

Pero llama la atención la expresión «nos atrevemos a decir». ¿Por qué dice que nos atrevamos? ¿Dónde está el atrevimiento? ¿Acaso rezar es algo arriesgado? En Misa estamos todos a salvo. ¿Dónde está el riesgo?

Si me dicen: «Vamos a bajar la montaña por esa ladera tan inclinada. ¿Te atreves?». O si me piden que monte sobre un caballo desconocido o a medio domar, pues sí, hay que echarle valor. Pero, para rezar un Padrenuestro, ¿qué valor se necesita? ¿Por qué dice «nos atrevemos»?

Llamar a Dios así, Padre, dirigirnos a él con esa palabra, es fatal. Es devastador, osado, atrevido. Porque es reconocerse hijo. El que llama a Dios “Padre”, está diciendo: “tengo alguien por encima”; “no soy yo la ley”; “no soy el que manda”; “no tengo la última palabra”; “hay alguien a quien debo obedecer…” El que llama a Dios “Padre” se está reconociendo indigente. A Él le pido el pan, la felicidad, el perdón de mis ofensas, y además me someto a su voluntad: «Hágase tu voluntad».

Hace falta valor para rezar el Padrenuestro.

San Marcos (14:36) nos muestra a Jesús llamando a Dios Padre, pero añadiendo un matiz muy revelador (…) se refiere a Dios como Abbá. Es una palabra aramea (…) Parece ser que en el destierro en Babilonia fueron abandonando el hebreo, que era una lengua pobre, y aprendieron el arameo, mucho más rico (…) Abbá vendría a significar, no ya padre, sino más bien “Papá”. Es decir, lo mismo que padre, pero con un añadido afectuoso cargado de amor (…)

Abbá, padre, papá (…) Eso es Dios, y más. Así hemos de llamarle, así tenemos que tratarle.”

Viaje al corazón del Evangelio” – Padre Alfonso Sanz

#PERFECCIÓNESPIRITUAL

EL ESCUDO CATÓLICO

16 Nov, 20:05


#IMÁGENES #CASTIDADYMATRIMONIO

EL ESCUDO CATÓLICO

15 Nov, 07:06


UNA EXPERIENCIA DEL INFIERNO - PARTE 2 DE 2

Ellos hablan de lo que dice el Papa, pero el Papa está pasado de moda”. Y yo les enseñé los métodos de planificación para no quedar embarazadas. Pero les fallaron y tres sobrinas mías y la novia de un sobrino abortaron por mis consejos. A algunas yo les di el dinero para el aborto. Yo usaba la T de cobre, que es abortiva, y vi a cuántos bebés yo había matado también, que habían sido concebidos y después expulsados...

También había creído en supersticiones. A una señora, que iba a mi consultorio, le dije que no creía en esas cosas, pero que por si acaso, echara esos “riegos” para la buena suerte. En un rincón, donde no lo veían mis pacientes, había colocado una penca de sábila con una herradura, para alejar las energías negativas. Otro punto importante, que me hizo ver el Señor, fue mi mentira. Desde pequeñita aprendí a evitar los castigos de mi mamá, que eran bastante severos, con mentiras, empezando a volverme mentirosa. A medida que iba creciendo y crecían mis pecados, mis mentiras eran más grandes.

Criticaba mucho a los sacerdotes. En mi familia, desde pequeños, criticábamos a los sacerdotes, empezando por mi papá, que nos decía que eran mujeriegos y tenían más plata que nosotros. Pero el Señor me dijo: “¿Quién eres tú para hacerte Dios y juzgar a mis ungidos?”. Recuerdo también que el Señor me hizo ver aquella vez en que robé 4.500 pesos. Una señora me dio 4.500 pesos de más en un supermercado de Bogotá. El Señor me hizo ver que para mí no eran nada, pero para aquella mujer, que cobraba el sueldo mínimo, era la alimentación de tres días. Y me mostró cómo sufrió y aguantó el hambre dos días con sus dos hijos por mi culpa.

Cuando se cerró el Libro de la vida y terminó la revisión de vida, me vi que estaba en el hueco a punto de que se abriera la puerta del infierno. Entonces, empecé a gritar: “Jesús, ten compasión de mí Señor, dame una segunda oportunidad”. Y ése fue el momento más bello. No tengo palabras para describir ese momento. Jesús me levantó y me hizo ver la importancia de la oración de muchas personas, que habían orado por mí. Vi a un hombre pobrecito. Jesús me dijo: “Esa persona te ama tanto que ni siquiera te conoce”. Y me mostraba que vivía al pie de la Sierra Nevada de Santa Marta. Y había comprado una panela, que le dieron envuelta en una hoja del periódico “El Espectador” del día anterior. Allí estaba mi fotografía de quemada por el rayo. Cuando el hombrecito leyó la noticia, empezó a llorar con un amor tan grande, que decía: “Señor, ten compasión de mi hermanita, sálvala. Si salvas a mi hermanita, te prometo que voy al Santuario de Buga y te cumplo una promesa, pero sálvala”. Y me dijo el Señor con todo su amor: “Eso es amar al prójimo. Vas a volver, vas a tener tu segunda oportunidad, pero vas a repetir tu historia no mil veces, sino mil veces mil”. Y eso es lo que estoy haciendo por el mundo entero


El cielo y el infierno, experiencias reales” - Padre Ángel Peña O.A.R.

#PURGATORIO

EL ESCUDO CATÓLICO

15 Nov, 07:05


UNA EXPERIENCIA DEL INFIERNO - PARTE 1 DE 2

“Gloria Polo es una odontóloga colombiana que va por el mundo, compartiendo su testimonio. El 5 de mayo de 1995, estando en la Universidad Nacional de Bogotá, se acercó a protegerse de la intensa lluvia debajo de unos árboles con su sobrino. En ese momento, les cayó un rayo y quedaron los dos carbonizados y dados clínicamente por muertos, con paro cardíaco. Su sobrino murió definitivamente. Ella pudo volver para contarlo. Y dice:

Me encontré dentro de un túnel y me salieron al encuentro mis bisabuelos, mis padres y muchos otros familiares y personas con las cuales tuve algo que ver en mi vida. El Señor me concedió el regresar, al acordarme de mis hijos y de mi esposo. Y me encontré en una camilla de la enfermería de la Universidad Nacional. Después de estar tres días en coma me llevaron al Seguro Social y me operaron para raspar todos los tejidos de mi cuerpo, quemados por el rayo. Al estar anestesiada, vuelvo a salir de mi cuerpo. Veo desde arriba lo que estaban haciendo los médicos con mi cuerpo y paso por muchos túneles que van hacia abajo. Al principio, tenían luz, pero fui descendiendo y la luz se iba perdiendo. Comienzo a andar por unos túneles de tinieblas espantosas. Lo más oscuro de lo oscuro terrenal, es luz del mediodía allá. Había un olor nauseabundo. Y veo un vacío, donde había muchísima gente. Lo más horroroso era que allí no se sentía ni un poco de amor de Dios ni una gota de esperanza. Y vi muchos demonios y mucha gente con miradas de odio tan espantosas que daban terror. Pero el tormento más terrible era la ausencia de Dios. No se sentía a Dios.

Entonces, me agarran por los pies. Mi cuerpo entra en un hueco, pero mis pies están sostenidos desde arriba. Fue un momento terrorífico y empecé a gritar: “Almas del purgatorio, sáquenme de aquí”. De pronto, veo una lucecita en medio de aquella gran oscuridad. Veo unas escaleras encima del hueco y veo a mi papá, que había fallecido cinco años antes, y un poco más arriba veo a mi mamá con mucha más luz y en posición de estar orando. Cuando los vi, sentí una gran alegría y empecé a gritar: “Papito, mamita, por favor, sáquenme de aquí”. ¡Si hubieran visto el dolor tan grande que ellos sintieron! Mi papá empezó a llorar y mi mamá oraba y comprendí que no me podían sacar de allí.

Al punto, comenzó la revisión de toda mi vida. ¡Tenía tantos pecados! Había creído en la reencarnación y me di cuenta que era mentira, pues allí estaban mis bisabuelos y familiares, que no habían regresado a la tierra con una nueva vida. A los 13 años hice mi última confesión, después dejé de creer en Dios. Creía que el hombre era fruto de la evolución. No creía en el diablo ni en el infierno, pero ahora lo estaba experimentando.

Yo había sido una mujer de mundo, una intelectual, esclavizada del cuerpo. Cuatro horas diarias de aeróbicos, masajes, dietas. Una rutina esclavizante para tener un cuerpo bello. El amor a mi cuerpo era el centro de mi vida. Y Dios permitió que mi cuerpo quedara carbonizado con muchos tejidos quemados en las piernas, en los senos...Entonces, comprendí que cada vez que había estado con mis senos descubiertos y mi cuerpo con ropa corta, estaba incitando a los hombres a que me miraran y tuvieran malos pensamientos, y así los hacía pecar.

Yo aconsejaba a otras mujeres que, si sus esposos les eran infieles, que ellas hicieran lo mismo o que se divorciasen. Defendía el aborto, el divorcio y la eutanasia. Yo había abortado a mis 16 años. Convencía a las jóvenes para que estuvieran a la moda y exhibieran sus cuerpos, y les decía: “Sus mamás les hablan de virginidad y castidad, porque están pasadas de moda; ellas hablan de una Biblia de hace dos mil años y los curas no se han modernizado.


#PURGATORIO

EL ESCUDO CATÓLICO

14 Nov, 07:00


#IMÁGENES #CASTIDADYMATRIMONIO

EL ESCUDO CATÓLICO

13 Nov, 07:05


PERFECCIÓN ESPIRITUAL

“(...) el educando debe captar con claridad meridiana una idea firmísima: las convicciones se defienden primero con la vida ejemplar en el trabajo, estudio, profesión, familia, calle, diversión, etc., viviendo a lo Cristo y no a lo pagano, haciéndolo todo por amor a Dios Padre, en Quien todos nos reconocemos hermanos.

Al joven, al hombre, le cuesta menos hablar que hacer. Se muestra ardoroso en hablar de sus ideas, sobre todo cuando poseyendo un gran corazón se enamora de la visión cristiana de la vida, del amor, de la mujer, de la familia. Hasta entonces es un militante magnífico. Pero cuando llega el momento de estudiar o trabajar sin tener ganas, de hacer oración cuando parece que le están pinchando para salir de la iglesia, de reprimir su genio o ejercitar la paciencia, entonces se olvida de la hermosura de las ideas que le cautivaron. De militante se convierte en un vulgar vegetante de la vida fácil. ¡Qué difícil persuadirle de que las ideas hay que defenderlas y propagarlas, sobre todo con la vida ejemplar!

Puede ayudar para ello el insinuarle, mediante hechos concretos, que los hombres están hartos de palabras oídas o escritas, y están ansiosos de vidas que encarnen las ideas, porque las palabras convencen pero los ejemplos arrastran (...)

Esas ideas se defienden y propagan además -después que con el ejemplo- con la palabra, es decir, con argumentos convincentes. El joven se convence que tiene que robar mucho tiempo a la diversión frívola, al ocio, incluso a la aparente actividad apostólica, para consagrar horas a formarse mediante el estudio y la lectura metódica.

Además de perfeccionar su formación técnica y profesional que le capacite para realizar con responsabilidad servicios en la empresa o en la sociedad, debe adquirir conocimientos de Historia y Filosofía, de Religión y de Arte. Debe sumergirse en el conocimiento profundo de la historia de España en su repercusión en el mundo, leer biografías de grandes hombres, etc. Y debe sobre todo, leer y estudiar a Cristo en el Evangelio, en la Historia de su Iglesia, en las vidas de los santos, en los documentos conciliares y pontificios de este siglo, al mismo tiempo que le contempla alegre en las bellezas de la naturaleza y habla con El íntimamente en la soledad del Sagrario.

Pero el ejemplo de vida y las palabras no bastan en algunos casos para defender las ideas. Entonces, cuando el adversario ataca violentamente, algunas veces tendrá que responder incluso con su misma vida.

Dentro del Evangelio están dos actitudes dibujadas: presentar la otra mejilla, y enarbolar el látigo, según convenga. El que se asusta de este modo expeditivo de apologética de las ideas; quien, para ocultar su cobardía, dice que es contraproducente, piense en el ejemplo de Cristo cantando con crudeza las verdades a aquellos fariseos, «raza de víboras, sepulcros blanqueados» (Mt 23, 33 y 27).

Cierto que éste no será el procedimiento habitual para propagar y defender las ideas. Pero habrá que emplearlo siempre que haga falta.

Alguien podrá pensar que este método es incompatible con el diálogo amistoso y fraternal que debe mantenerse con todos los que no piensan como nosotros. Distingamos: si el contrincante está dispuesto al diálogo leal y sincero, la defensa de las ideas con las palabras es el único procedimiento cristiano. Pero si el contrincante no sólo no está dispuesto al diálogo, sino que ataca, no nos vamos a cruzar de brazos y sonreír con placidez. Lo pide la virilidad más elemental, que no está reñida con el cristianismo auténtico.”

Forja de hombres” – Venerable Padre Tomas Morales S. J.

#PERFECCIÓNESPIRITUAL

EL ESCUDO CATÓLICO

12 Nov, 07:00


#IMÁGENES

EL ESCUDO CATÓLICO

11 Nov, 07:05


CASTIDAD Y MATRIMONIO

“la mayoría de los esposos se ven a sí mismos tan injustos como sus esposas se ven justas (…) llega un punto en el matrimonio en el cual la esposa (…) ve injusto a su esposo. Como ella es quien constantemente parece tener que estar encima de las cosas, tales como corregir a los hijos (y a él), se desliza sin advertirlo hacia una actitud de fariseísmo. Suele ser subconsciente, pero un sutil espíritu de crítica viene sobre la mujer (…)

Para ver un ejemplo bíblico, vayamos a la escena donde Jesús visita el hogar de Marta y María. Marta estaba excedida de trabajo y ansiosa por los preparativos que realizaba para la cena. Le dijo a Jesús: «Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude» (Lucas 10.40). Aquí Marta no está haciendo una pregunta; está declarando lo que ella cree que es un hecho. Está mirando a los ojos del Amor mismo y lo llama ignorante e indiferente, porque él parece no estar interesado en lo que ella cree que es importante.

En vez de corregir con severidad a Marta, Jesús la reprende tiernamente por estar preocupada y alterada, mientras se perdía lo que era verdaderamente importante: la comunión con él. Podría hablarse mucho más de este relato (…) pero la cuestión aquí es que Marta estaba equivocada. Estaba mirando al mundo a través de su marca especial de anteojos rosa, y estaba haciendo evaluaciones incorrectas. La pregunta es: ¿sería posible que a veces usted estuviera equivocada por alguna de esas mismas razones? ¿Y podría ser que su esposo estuviera tratando de ayudarla, y no solo fuera crítico e indiferente?

Lo esencial para valorar el deseo que un hombre tiene de analizar y aconsejar, es darse cuenta de que él sí tiene discernimiento; y tener cuidado con cualquier actitud farisaica que pudiera socavar ese discernimiento. La pretensión de superioridad moral puede engañarla más que cualquier otro pecado. Si usted se ve a sí misma como mucho mejor que su esposo, especialmente en el reino espiritual, él se retraerá de usted espiritualmente y es probable que de otras muchas maneras también. Con el paso de los años, su esposo dejará de darle consejo en casi todo nivel. ¿Qué puede decirle él a una persona que siempre tiene razón y siempre es justa? ¿Qué puede decirle él a una esposa que lo mira con desdén? Él se ve a sí mismo como que tiene todos los problemas, mientras que ella no tiene ninguno. Así que se torna callado, temiendo más censura. Al darse cuenta de su silencio, una esposa suele decir: «¿Por qué siempre estás callado?». Y él termina por pensar: si digo algo, estoy en problemas. Si no digo algo, estoy en problemas. Pero si no digo algo, estoy en menos problemas. Ese es un comentario triste, pero es lo que muchos hombres están pensando.

Cuenta una vieja historia que Gretel le dice exasperada a su esposo Hans: «Sabes que estamos peleando y discutiendo demasiado, Hans. Y he estado pensando, creo que necesitamos orar que nuestro amado Señor se lleve a uno de nosotros al cielo, al que está causando el problema. Así que tú ora por que se lleve a uno de nosotros, y yo oraré que lleve a uno de nosotros, y después podré mudarme con mi hermana».

Es una historia graciosa, especialmente si usted es mujer. Cuídese de creer que él es el centro de todos los problemas. Admita que usted también tiene pecados, problemas y debilidades (en áreas en que él tiene puntos fuertes), y que no tiene el criterio perfecto en cada caso. Se asombrará al ver cómo alienta esto el alma de su esposo. Siempre que se acerque a él, dándole lo que Dios ha dispuesto que necesite —respeto—, él sentirá cariño en su corazón hacia usted. Como reflexionaba una esposa:

He dejado de dar mi opinión a menos que él me la pida, y su confianza ha florecido. ¡Qué carga se me ha ido! ¡No tengo que «pensar» por ambos! Las cosas que solía considerar irritables (porque él no pensaba como yo) ahora son un gozo y una delicia, porque Dios ha abierto mis ojos a su genialidad creativa al hacer a mi esposo como es. Formidable.

Amor y respeto” - Emerson Eggerichs

#CASTIDADYMATRIMONIO

EL ESCUDO CATÓLICO

10 Nov, 07:00


Abracen, besen y escuchen a sus hijos o crearán monstruos.

#VÍDEOS #CASTIDADYMATRIMONIO

EL ESCUDO CATÓLICO

09 Nov, 07:00


#IMÁGENES #CASTIDADYMATRIMONIO

EL ESCUDO CATÓLICO

08 Nov, 07:05


ARTÍCULOS RELIGIOSOS

“(…) Yo nunca me he reído de ese pobre hombre de pueblo, ingenuo y crédulo, que llega a Madrid y se deja timar (…) Nuestro hombre se encuentra en la calle con un desconocido [que] tiene entre manos (…) un negocio redondo (…) para realizarlo le hacen falta urgentemente unas pesetas, pocas, total unas 500; si alguien se las prestara, ese mismo día los 2 se harían ricos. Nuestro hombre piensa: «¿Y si se las prestara yo mismo? Vengo del pueblo, soy pobre, esta misma tarde podré ser rico...» Le alarga las 500 pesetas que su imaginación ve ya convertidas en un gran fajo de billetes. El desconocido las coge, le vuelve a prometer su negocio fabuloso y se aleja (…) y no vuelve.

—¡Se puede saber a cuento de qué viene esta historia?
—Recordarás (…) que el sábado anterior te dije que la fe cristiana que has perdido casi del todo no la has perdido tú, sino más bien te la han hecho perder, y te prometí explicarte de qué manera te la han hecho perder.
—Lo recuerdo; pero todavía no comprendo por qué ha empezado usted contándome esa historia del timo.
—Verás. A ti te ha ocurrido lo que a ese hombre del pueblo, ingenuo y crédulo. No me reproches, que te lo diga tan a las claras. Ya dije que yo nunca me he reído de esos pobres hombres, víctimas de la astucia de un pillo.
—Total, que usted cree que a mí me han timado como a un vulgar isidro.
—Ni más ni menos. Tú eras un hombre bueno, ingenuo, algo crédulo. Eras un niño. No eras rico, pero te sentías feliz; tenías la fe cristiana; creías en la Iglesia Católica, cumplías sus mandamientos, acudías al templo (…) rezabas a los santos... Poseías una conciencia tranquila y limpia (…) En tu casa había paz y sosiego (…) no eras rico, pero te sentías feliz, porque eras dueño de un tesoro espiritual: la fe cristiana. ¿No es así?
—Así era, en efecto.
—Pero un día, un día aciago de tu vida, te encontraste con un desconocido que te dijo: «¡Qué lástima! ¡Con lo que tú podrías ser! No sé cómo te puedes contentar con esa vida que llevas (…) serás toda tu vida un pobre, no llegarás nunca a disfrutar de los grandes placeres del mundo, vivirás siempre en una miserable vivienda sin saber lo que es un palacio, pisarás un duro suelo de ladrillos en vez de muelles alfombras; no saldrás de tu rincón a recorrer mundo... Eres un desgraciado. Tú no te das cuenta apenas, pero eres un pobre diablo, un explotado, el hazmerreír de los afortunados. ¿Y no piensas probar fortuna? ¿Vas a ser siempre un desgraciado? No; tú puedes llegar a mucho, puedes llegar a ser un hombre feliz.» Hasta aquí no hizo más que pintarte un presente desdichado y un porvenir brillante. Fue la tentación, una tentación seductora. Luego continuó: «Yo te puedo ayudar a labrarte ese porvenir feliz. Podrás labrártelo con toda posibilidad y muy pronto. Pero como el que algo quiere algo le cuesta, tendrás que desprenderte de ese pequeño caudal que ahora tienes. Ganarás con el cambio y harás un negocio fabuloso. Apártate de la Iglesia, deja de ir al templo, acaba de rezar a los santos; eso se queda para los que ya son felices (…) Las creencias cristianas, que ahora crees que te hacen feliz, lo que hacen es estorbarte, entorpecer tu libertad y echarte cadenas en pies y manos.» Todo esto te susurró al oído aquel desconocido y tú te pusiste a pensar: «Pues es verdad. Puedo ser feliz. ¿Por qué no he de tentar fortuna? Me quedaré sin mis prácticas religiosas; pero, en cambio, tendré libertad y un día podré ser algo.» Después, el desconocido se fue y tú te quedaste sin el tesoro de tu fe. Y ahora, ¿qué? ¿Te sientes de verdad feliz?
—Feliz, lo que se dice feliz, no; pero...
—Pero ¿qué? No hay pero que valga. Te han timado, han explotado tu ingenuidad y tu credulidad; te prometieron un paraíso que no acaba de llegar y te despojaron de tu fe cristiana. Te han timado. Pero, te vuelvo a repetir, yo nunca me he reído de las víctimas de un timo. Por eso no me río tampoco de ti, sino que lamento tu desgracia.”

Conversaciones con un escéptico” - Padre Venancio Marcos O. M. I.

#ARTÍCULOSRELIGIOSOS

EL ESCUDO CATÓLICO

07 Nov, 07:00


#IMÁGENES #CASTIDADYMATRIMONIO

EL ESCUDO CATÓLICO

06 Nov, 07:05


PERFECCIÓN ESPIRITUAL

“Hay hombres que imaginan que la oración consiste en pronunciar ciertas palabras en las que exponemos a Dios nuestras necesidades y le pedimos sus mercedes. Parece, al oírlos, que el hombre necesita acudir en ayuda de la inteligencia de Dios, y que Éste no comprenderá lo que queremos decir si no nos tomamos el trabajo de explicárselo menudamente. A la verdad no saben cómo conciliar la idea que se han formado de la oración con la recomendación que muchas veces nos ha hecho el mismo Jesucristo de orar sin cesar (…)

La recomendación de orar continuamente (…) nada tiene de imposible ni aun de difícil; todo se reduce a entenderse bien acerca de su naturaleza. La oración es juntamente una elevación y una dirección del espíritu y del corazón hacia Dios; se compone de dos movimientos, de los cuales el uno saca al alma de las regiones inferiores, y el otro la exalta hacia su verdadero objeto, que es Dios. Por consiguiente, siempre que nuestro pensamiento, nuestra voluntad o nuestra acción sube hacia Dios o reposa en él, hacemos oración. La hacemos cuando pensamos en los medios de glorificar a Dios por nuestra vida, o cuando meditamos piadosamente sobre las grandes verdades del cristianismo; la hacemos cuando nuestra voluntad se arma de valerosas resoluciones para hacer el bien o evitar el mal; la hacemos cuando obramos en Dios y por él, y cuando nuestra acción, en virtud de la intención que la produce o la dirige, va como por sí misma a hallar el objeto que nos hemos propuesto antes de empezarla. De estas tres formas, o más bien, de estos tres grados de la oración, el último es el más perfecto, pues que es el complemento y el fin de los otros dos, que serían infructuosos para nosotros si no nos impulsasen a la acción.

No hay un solo instante de nuestra vida en que no estemos ocupados en pensar, en querer o en obrar (…) ya pensemos, ya queramos o ya obremos, debemos ténder hacia Dios, como hacia el objeto supremo de nuestra vida (…)

Si alguno infiriese de mis palabras que repruebo o siquiera que conceptúo inútil la oración oral, se engañaría [Al] reloj que nos distribuye el tiempo señalando las horas le damos cuerda por la mañana, y una vez puesto en movimiento el muelle que le hace andar, seguirá andando hasta que haya consumido la suma de movimientos para la que se ha calculado el muelle. Lo mismo sucede con la oración; [es necesario darle cuerda] porque el corazón que lleva o arrastra consigo se entibia pronto o se para fácilmente (…) es como un reloj al que damos cuerda de vez en cuando hasta que se acaba la virtud de su muelle [y para darle cuerda usamos la oración [oral] que debe ser tanto más frecuente cuanto (…) ese muelle de la voluntad humana (…) se cansa más pronto.

Muchas causas pueden contribuir a cansarla: cuanto más dura y rápida es la cuesta que tenemos que subir, más nuestra voluntad está expuesta a esos desfallecimientos de que no puede verse libre sino en tanto que la oración [oral] viene a darle una nueva vida; de modo que, para prescribir a cada uno el tiempo que debe consagrar a esta especie de oración, es menester tomar en cuenta la pereza de su voluntad, la naturaleza de su carácter, sus hábitos, su posición, el número y la importancia de sus deberes, y en fin, la cantidad y la fuerza de los obstáculos que debe encontrar.”

[“El Escudo Católico” ha reelaborado un tanto el sentido de los 2 últimos párrafos respecto al texto original por cuestiones de espacio y para cerrar y facilitar la comprensión del tema de la oración]

Las horas serias de un joven” – Monseñor Carlos Sainte Foix

#PERFECCIÓNESPIRITUAL

EL ESCUDO CATÓLICO

05 Nov, 07:00


#IMÁGENES

EL ESCUDO CATÓLICO

04 Nov, 07:05


CASTIDAD Y MATRIMONIO

"(…) escribió Luis Vives 3 libros sobre la Educación de la mujer cristiana (…) los cuales dedicó a la reina doña Catalina, para la educación de su pupila, la princesa María.

En ninguna cosa insiste Vives tanto como en fijar el fin de la educación de la mujer, la cual, aun tratándose de una princesa destinada a ocupar el trono de una poderosa nación, nada ha de procurar con más ahínco que la honestidad.

«En la educación de la mujer -dice en el capítulo IV- la honestidad reclama la principal solicitud, por no decir la única.»

«El varón (…) necesita muchas cualidades: prudencia, elocuencia, sagacidad política, ingenio, [etc] y cuando le falta alguna de estas excelencias, se le tiene por menos digno de reprensión con tal que posea otras. Mas en la mujer nadie echa menos la elocuencia, o el Ingenio, o la sagacidad [etc] ni hay quien exija de ella otra cosa sino la honestidad; la cual, si le falta a la mujer, es como si al varón le faltan todas las cualidades; como quiera que, para la mujer, la honestidad está en lugar de todas las otras... (…) asegurada la honestidad, todas las otras cosas están en salvo (…) cuando se pierde, arrastra consigo a la ruina todo lo demás.»

(…) en el capítulo X inculca: «(…) la castidad es la principal de las virtudes femeniles, y por sí sola equivalente a todas las demás (…) si ésta se posee, ninguno echa menos las otras; pero si falta, nadie hace caso de las restantes (…) la honesta y pudorosa, es la hermosa, la agraciada, la dotada, la noble, la fecunda, y poseedora de todos los bienes más excelentes (…) la impúdica es como un mar y universidad de todos los males

(…) muchos (…) estimaran esta exposición (…) de medieval, monástica y (…) anticuada. Pero (…) no la hemos ido a buscar en un San Bernardo o en otros escritores eclesiásticos (…) sino en un autor mundano, erudito de una época de brillante cultura (…) Si (…) propone como blanco (…) único, de esa educación la honestidad, no lo hace inducido por prejuicios monásticos o medioevales (…) sino guiado por la luz de la razón (…) en la entraña misma de las relaciones naturales y sociales.

(…) Aun a riesgo de molestar a algunos de nuestros lectores, queremos dejar (...) la palabra [a Rousseau] padre de casi todos los errores políticos modernos, a quien sus innumerables prejuicios no pudieron vendar tanto los ojos (…):

«La deshonestidad de la mujer -dice- disuelve la familia y rompe todos los lazos de la naturaleza, y dando al marido hijos de dudoso origen, hace traición a los unos y a los otros, y añade la perfidia a la infidelidad. Trabajo cuesta hallar otro desorden, otro crimen, que pueda compararse con este (…) No basta, por tanto, que la esposa sea fiel; sino es menester que sea juzgada tal por su marido, por sus parientes, por todo el mundo; que sea modesta, cauta, recatada, y que lleve las credenciales de su virtud a los ojos de todos (…)»

Quien atentamente pondere estas frases de Rousseau, no podrá continuar teniendo por extremadas las aseveraciones de Vives (…) la honestidad (…) se ha de proponer como supremo blanco de la femenina educación.

(…) a la mujer no le basta obrar con rectitud, y ser interiormente inculpable sino necesita, por razón de su elevada vocación social, ser además exteriormente irreprensible. Por eso no empleamos el vocablo general de moralidad, al tratar de la mujer, sino el especial de honestidad; el cual no solo comprende la pureza de cuerpo y alma, sino además la modestia, el recato, el pudor, el rubor, y cierta manera de timidez de quien está persuadido que, como dice el Apóstol, lleva un precioso tesoro en vaso de barro; y ese tesoro es de tal condición, que no peligra solo si el vaso se quiebra, sino pierde su fragancia si se airea, y su matiz purísimo si le da mucho la luz."

"La educación femenina" - Padre Ramón Ruíz Amado

#CASTIDADYMATRIMONIO

EL ESCUDO CATÓLICO

03 Nov, 07:00


#VÍDEOS #CIENCIAYFE

EL ESCUDO CATÓLICO

02 Nov, 07:00


PURGATORIO

"El acto llamado heroico es ceder a las almas purgantes todas las riquezas expiatorias de nuestras buenas obras y de todas las riquezas de la Iglesia que podríamos reservar para nuestra ventaja. Es un acto de caridad agradable a Dios, muy provechoso para nosotros, obteniendo la misericordia y la generosidad divina hacia nosotros, y comprometiendo a las almas del purgatorio a rezar por nosotros y a socorrernos. Para demostrar el agradecimiento de Dios por este acto de caridad, citaré un hecho que me ocurrió en mi juventud. Hacia el año 1890, vino un jesuita que fue maestro de matemáticas de mi padre, y nos habló de muchas cosas espirituales y en particular de este acto heroico, exhortándonos a hacerlo. Debía de ser Noviembre de 1890, el jesuita era el padre Salvatore de Filippis. Yo tenía entonces ocho años y aunque pequeño y débil fui impactado por el discurso sobre el acto heroico, y decidí hacerlo e induje a lo mismo a mi hermano mayor, Elio, que tenía diez años. Pero ¿Cómo hacerlo?; había comprendido la belleza del acto, pero no había comprendido cómo realizarlo. Entonces, en mi ingenuidad dije a Jesús: “Cuanto desearía un librito que me lo explique, uno para mí y otro para mi hermano”. Me quedé dormido con esta petición. En la mañana siguiente acompañaba a mi madre a la iglesia llamada del Purgatorio, para la Misa y la Comunión que ella hacía diariamente. Yo todavía no había hecho mi Primera Comunión. Vivíamos en Vico Milo Nº 26, cercano a la Plaza Cuerpo de Nápoles. Eran cerca de las cuatro treinta de la mañana y llovía… Las calles no tenían veredas y el agua pasaba como un torrente por el medio. Nos acercamos al muro de la derecha para no ser arrojados. En la mitad de la calle vi una cosa blanca llevada por el agua, y por curiosidad avancé en el agua para tomarla. Eran dos libritos y para mi sorpresa tenían este título: “Explicación del voto heroico para las almas purgantes”. Exactamente uno para mí y otro para mi hermano. Cierto que con aquella lluvia y aquella hora fue extraño que encontrara arrastrado por el agua dos libritos, y justo dos. El Señor quiso escuchar mi plegaria y hasta ahora hago actos heroicos por las almas purgantes"

"El Purgatorio" - Padre Dolindo Ruotolo

Para todos los interesados aquí disponen de más información de lo que significa y de cómo hacer el "Acto heroico de caridad"

#PURGATORIO

EL ESCUDO CATÓLICO

02 Nov, 07:00


ORACIÓN DIARIA POR LAS ALMAS DEL PURGATORIO

#IMÁGENES #PURGATORIO

EL ESCUDO CATÓLICO

01 Nov, 07:05


CONVERSIÓN DE JERÓNIMO DE COMTES

"Nacido de padres nobles, hizo los estudios de la carrera eclesiástica, señalándose por su talento, aplicación e intachable conducta (…) muy pronto subió a la cima de las dignidades eclesiásticas. Ocupó un asiento entre los canónigos de Mantua. Mas poquito a poco fue rodando al abismo. «Olvidándome -dice- de que sólo el que obra según la verdad, llega a la luz, fui osado de someter al tribunal de mi orgullosa razón las verdades de mi fe católica, olvidando que Dios resiste a los soberbios y da la gracia a los humildes. Y en esta obra de duda y desconfianza daba cada día algún paso, hasta venir por último a desechar como absurdas las verdades de la Religión, como contrarios a la razón muchos de sus dogmas y arbitrarios sus preceptos

Grande brecha había abierto Satanás (…) y por ella entraría a saco en su alma con toda las tinieblas (…) apostató de la fe, tiró los hábitos, e ingresó en la Iglesia anglicana. Después de la escandalosa caída, escribió a París a un amigo (…) quien voló a la capital de Inglaterra con el fin de aislarlo de aquel ambiente (…) corrompido, trayéndole a París (…) venía dispuesto a luchar con los maestros de la Verdad católica [Allí] tuvo la fortuna de avistarse con el P. Ventura Raulica, quien oyendo la triste historia (…) hubo de contestarle con amargo acento: «(…) me produce gran sorpresa lo que me dice, pues precisamente cuando los hombres más preclaros en virtud y ciencia del Anglicanismo como Newman, Manning y otros le vuelven hoy las espaldas, para ir a Roma, usted se decide por él (…)»

(…) para justificar su apostasía [repitió] objeciones mil veces refutadas en cualquier manual de Apologética. El P. Ventura le deshizo una por una todas (…) hasta que el desventurado excanónigo no supo qué contestar [confesando] su yerro. En tal disposición, el P. Raulica le apretó un poco más, diciéndole que pues había causado tan enorme escándalo en la Iglesia, estaba obligado a repararlo, cantando la palinodia públicamente.

Pero hay una distancia muy grande entre el corazón y la cabeza. Aquella proposición de humildad lo hería en lo más vivo de su orgullo.

Prosiguió el P. Raulica: Usted acaba de confesarme los errores de su entendimiento, mas no sólo es preciso ver la verdad (…) hay que confesarla a la faz de todo el mundo. Bien veo que para esa empresa se siente usted desfallecido y sin virtud (…) mas puédela usted recibir con la divina gracia. Pídala a Dios: váyase al templo de Nuestra Señora de las Victorias, y haga oración ante el Altar del Corazón Inmaculado de María.

El apóstata obedeció; y su obediencia fue una victoria de la fe y de la Virgen. «Cosa singular -dice el convertido- María ha querido vengarse de una manera muy propia de su bondad, de mi impiedad para con Ella. Nunca se borrará de mi memoria, el delicioso recuerdo del domingo que fui (…) a la Iglesia de Nuestra Señora de las Victorias. Lo primero, habiendo sentido disgusto de entrar en la Iglesia, padecí en ella violencia; después comencé a disgustarme de mi vida con muchas ganas de llorar. Mi aflicción fue tan amarga y terrible que me vi a punto de sucumbir en el interior combate.

Pero en aquel mismo punto levanté los ojos, haciendo el postrer esfuerzo, para mirar la imagen de la Santísima Virgen y un rayo de consuelo hirió súbitamente mi alma, brotando de lo más hondo de mi corazón, como señal de vida que sale del pecho de un moribundo un suspiro ardiente, claro indicio de la saludable crisis de la conversión y de la gracia que me había alcanzado María
»

Fortalecido con esta gracia, volvió al P. Raulica, le contó lo acaecido y le suplicó que le oyese en confesión y asistiese en la abjuración de sus errores [acudió además] al Obispo [que] le recibió con alegría, ayudándole en su vuelta a la Iglesia (…) Se refugió en un convento de Franciscanos reformados, donde vivió santamente, cantando la misericordia sin límites de la Madre de los pecadores y convertidos, la Inmaculada Virgen María."

La Virgen en la historia de las conversiones” - R. P. Fr. Victorino Capanaga de S. Agustín

#CONVERSOS

EL ESCUDO CATÓLICO

31 Oct, 07:00


#IMÁGENES #JERÓNIMO

EL ESCUDO CATÓLICO

30 Oct, 07:05


PERFECCIÓN ESPIRITUAL

“San Francisco de Sales quería que las personas encargadas de la dirección de las almas cuidasen especialmente de levantar el ánimo y estimular la confianza. Por eso escribía a una Superiora, que llegó a ser tristemente célebre, a propósito de una joven que él le había confiado: «Sois un poco demasiado severa con esa pobre joven. No hay necesidad de reprenderla tanto, pues tiene buenos deseos. Decidle que por mucho que tropiece no se asombre ni se impaciente consigo misma; que vuelva su mirada hacia nuestro Señor, que desde el Cielo la ve como un padre a una hija que, todavía débil, está empezando a dar los primeros pasos, y le dice: «Despacio, hija mía». Y si cae la anima: «Te has caído, pero no importa, no llores», se acerca y le tiende la mano. Si esa joven es una niña en humildad, y sabe que es una niña, no se asombrará de caer y no caerá de tan alto».

El bondadoso Doctor daba instrucciones semejantes, y más concretas todavía, a los confesores. Después de recordarles que los penitentes les llaman con el nombre de «padre» y que deben tener un «corazón paternal, recibiéndolos con el máximo amor, a pesar de sus defectos», añade: «Aunque el hijo pródigo volvió harapiento, lleno de suciedad y hediondo por haber estado entre cerdos, su padre, sin embargo, lo abraza, lo besa amorosamente y llora sobre su hombro; porque era padre, y el corazón de los padres es tierno para el corazón de los hijos.»

Indica también el Santo la manera de recibir a un penitente propenso al desaliento y a la desesperación:

«Si le veis temeroso, abatido y con desconfianza de obtener el perdón de sus pecados, animadlo, haciéndole ver el gran contento que Dios tiene con la penitencia de los grandes pecadores; que cuanto mayor es nuestra miseria, más glorificada es la misericordia de Dios; que nuestro Señor pidió a su Eterno Padre por aquellos que o estaban crucificando, para hacernos saber que, aunque le hubiésemos crucificado con nuestras propias manos, nos perdonaría con mucha liberalidad; que Dios tiene en tanta estima la penitencia, que la más pequeña del mundo, si es verdadera, hace que se olvide de toda clase de pecados, de manera que, si los condenados y los mismos demonios la pudieran tener, todos sus pecados les serían perdonados; que los mayores Santos han sido grandes pecadores: San Pedro, San Mateo, Santa María Magdalena, David, etc.; y en fin, que el mayor agravio que puede hacerse a la bondad de Dios y a la muerte y pasión de Jesucristo, es no tener confianza de obtener el perdón de nuestras iniquidades; y que la remisión de los pecados es un artículo de nuestra fe, con el fin de que no dudemos de obtenerla, cuando recurrimos al sacramento que nuestro Señor ha instituido para este efecto»”

El arte de aprovechar nuestras faltas” - Padre José Tissot

#PERFECCIÓNESPIRITUAL LEER LIBRO

EL ESCUDO CATÓLICO

29 Oct, 07:40


#IMÁGENES #CASTIDADYMATRIMONIO

EL ESCUDO CATÓLICO

28 Oct, 07:05


ARTÍCULOS RELIGIOSOS

“la perfección tiene que consistir en las operaciones del alma, o sea en el conocimiento y en el amor. Y si queremos fijar cuál de estas operaciones tiene la primacía, habrá que distinguir entre esta vida y la otra.

Mientras vivimos en este mundo es más el amar que el conocer; porque la verdad, objeto del conocimiento, sólo puede entrar en nosotros a la manera nuestra, mientras que el amor es una fuerza que nos obliga a salir de nosotros mismos para ir a la conquista del bien, tal cual es en sí. Al conocer una cosa más alta que nosotros, tenernos que ir como recortándola, empequeñeciéndola, oscureciéndola, tanto más cuanto más alta sea, a fin de que entre dentro de nosotros; no nos elevamos a ella sino que la rebajamos hasta nuestro propio nivel, haciéndola de algún modo proporcionada con nosotros mismos, con nuestra capacidad intelectiva, sacando de ella una imagen que pueda penetrar por la puerta más o menos angosta de nuestras potencias cognoscitivas.

Y tratándose de Dios, un tal conocimiento, hecho a nuestra medida, pero infinitamente desproporcionado respecto de Dios, que es su objeto, claro está que no nos da la perfección.

En cambio el amor no trae las cosas a sí, sino todo lo contrario; el amor nos arrebata hacia la persona amada; es el amante el que tiende a asimilarse al amado, saliendo en busca suya. Con el amor ocurre de muy distinto modo que con el conocimiento; amando cosas bajas, nos rebajamos; amándolas iguales, quedamos en nuestro propio ser; amándolas altas, ellas nos engrandecen. De aquí viene aquella conocida frase de San Agustín: «Si amas tierra, tierra eres; si amas espíritu, espíritu eres; si amas a Dios..., pues ¿qué he de decir, sino que eres Dios...?»

Esto se entiende en esta vida; porque en la otra, abierta ya la inteligencia de par en par, esa inteligencia sin obstáculos, sin velos, es absorbida en Dios, levantada hasta Dios, reforzada en su capacidad e iluminada con la luz misma de Dios, llegando a contemplarle, no por espejos y en enigmas, como ahora, sino cual es en sí, cara a cara. Es como si Dios nos prestara algo de la potencia visiva con que Él a sí mismo se ve, algo de sus ojos o de su divino entendimiento, que es lo que quiere decir esa infusión del lumen gloriae, lumbre de gloria, que se nos comunicará al entrar en el Cielo y por la cual vendremos a ser bienaventurados.

De este conocimiento perfecto fluye naturalmente, como efecto de su causa, el perfecto amor y la felicidad verdadera. Por eso allí tiene el conocimiento la primacía, porque a Dios, primariamente, formalmente, podríamos decir en lenguaje filosófico, se le posee conociéndole, de donde todo lo demás se sigue. Pero aquí lo que nos hace poseer a Dios es el amor, porque apartados de Él como estamos, el amor es lo que hacia Él nos lleva.

Pudiéramos decir que el amor nos lleva a la unión; pero la forma de esa unión la da el conocimiento. El conocimiento es como la mano que agarra, y el amor como la fuerza nerviosa que hace que la mano apriete. Por eso, mientras estamos in via, es más importante el amor aunque en definitiva la posesión y el descanso sean obra del conocimiento.

La ciencia del amor” - Fr. A. G. Menéndez Reigada O. P.

#ARTÍCULOSRELIGIOSOS

EL ESCUDO CATÓLICO

27 Oct, 07:00


¿Cuál es la fe fundante del pueblo inglés?

#VÍDEOS

EL ESCUDO CATÓLICO

26 Oct, 06:00


#IMÁGENES #MILAGROSYPROVIDENCIA

EL ESCUDO CATÓLICO

25 Oct, 06:05


PROBLEMA DEL MAL

“Un psicólogo que fue instruido en teorías erróneas en la concepción del hombre no está capacitado para ver lo más profundo del drama humano: la rebeldía a la realidad. El dolor y la enfermedad mental son fruto de un desorden y de una situación que "clama" por el orden que debe llevar al hombre a su verdadero fin. Recordemos las palabras de San Agustín: "nos creaste para Ti y nuestro corazón andará siempre inquieto hasta que descanse en Ti".

(…) Muchas veces se toman actitudes equivocadas no sólo frente a situaciones traumáticas reales, sino también frente al propio dolor, que se agudiza cuando no se acierta el verdadero camino. Respecto a esto dice San Francisco de Sales:

Proviene la [mala] inquietud de un inmoderado deseo de librarse del mal que se padece o de alcanzar el bien que se espera, y con todo, la inquietud y el desasosiego es el que más empeora el mal y aleja del bien, sucediendo lo que a los pajarillos, que al verse entre las redes y lazos se agitan y baten las alas para salir, con lo cual se enredan cada vez más y quedan presos.

La disconformidad consigo mismo y como consecuencia con los demás, la rebeldía y la "bronca" por la realidad no deseada, la incapacidad de sacar bienes de los males acontecidos, la transgresión a la ley natural, son algunas manifestaciones evidentes de que se han tomado actitudes erróneas. Los sufrimientos de la vida, mal encarados, agravan cuando la persona se rebela.

(…) También es cada vez mayor la dificultad para ver la realidad y subordinarse al orden objetivo de valores (…) esto ya es indicativo de una neurosis (…) una rebelión inconsciente (…) o mal consiente contra la realidad y los valores (…) la neurosis así entendida, es contrariar la ley natural que no permite ser violada sin asegurarse el castigo. San Agustín expresa esto de la siguiente manera:

Con todo, Tú castigas lo que los hombres se hacen entre ellos de malo; porque cuando pecan contra Ti se perjudican ellos mismos. La iniquidad se miente a sí misma (Salmo 26,12) cuando corrompe y pervierte la naturaleza que Tú creaste y ordenaste, o usando sin moderación de las cosas permitidas o ardiendo en deseos de lo no permitido en un uso contra naturam.

(…) Esta no-aceptación de sí mismo (y de la realidad) genera una desvalorización (o imagen equívoca del propio valor) que se concreta en un sentimiento de baja autoestima. Este lleva a "crearse" una nueva imagen de sí mismo y de su realidad, artificiosa y egocéntrica. En el fondo, no puede desconocerse una actitud soberbia que pretende remedar y corregir lo que Dios, con tanto amor, ha pensado para cada uno de nosotros.

La persona inventa, en muchos casos inconscientemente, su propio mundo donde ella es el "centro" de esta creación, que se forma según criterios subjetivos (…) Este mundo imaginado para sí mismo, no sólo lo sumerge en una gran insatisfacción, sino que le impide el desarrollo de sus auténticas capacidades. Es por esta razón que muchas veces aparece como síntoma concomitante, la inmadurez.

(…) Se percibe aquí una actitud errónea, pues el desamor no se cura con más desorden (muy por el contrario, se potencializa) sino con el amor ordenado y ordenador de la realidad. El joven de nuestro ejemplo debería haber escuchado este sabio consejo de San Francisco de Sales:

Quien ame más será el más amado y el que haya amado más será el más glorificado. Amad mucho a Dios y por amor a Dios a todas las creaturas, sobre todo a aquellas que os menosprecien, y no os inquietéis por nada más. [...] No sembréis vuestros deseos en el jardín de otro; cultivad bien el vuestro. No deseéis no ser lo que sois, pero desead ser excelentemente lo que sois."

La psicología ante la gracia” – Ignacio Andereggen y Zelmira Seligmann

#PROBLEMAMAL

EL ESCUDO CATÓLICO

24 Oct, 06:05


#IMÁGENES

EL ESCUDO CATÓLICO

23 Oct, 06:20


#IMÁGENES #PURGATORIO

EL ESCUDO CATÓLICO

23 Oct, 06:20


¿Querías a alguien pero murió? ¿Tu padre, madre, esposa o esposo? ¿Abuelos, hermanos o algún amigo? ¡¡Que sepas que aún puedes hacerles mucho bien!!

Mañana
comienza la "Novena por las almas del Purgatorio". Esta novena la rezamos por nuestros difuntos y las otras almas del Purgatorio, para que nuestras oraciones y sufragios de buenas obras les aprovechen y lleguen pronto a unirse con Dios en el cielo tal y como enseña nuestra amada Iglesia Católica.

¡ANÍMATE A REZARLA!

#PURGATORIO

EL ESCUDO CATÓLICO

22 Oct, 06:05


#IMÁGENES

EL ESCUDO CATÓLICO

21 Oct, 06:05


SOBRE EL PURGATORIO

“(…) Sobre el Monte Palomar, en América, está instalado el más colosal telescopio del mundo, [su] lente tiene un diámetro de 5 metros y está montado en una cúpula con una abertura al cielo (…) Para lograr que el lente fuera puro y limpio, sin ninguna imperfección (…) ni una pequeñísima mancha, se necesitó 12 años de trabajo, empleando para purificarlo, 70 toneladas de abrasivo especialísimo (…) para transportar el lente (…) se debió perforar el cerro con un vasto túnel, fue necesario construir puentes y caminos especiales (…) está prohibido, a toda persona, fuera del científico, entrar a la cúpula, porque la respiración de una sola persona, aún en un colosal ambiente impediría la completa y límpida observación del astro. ¿Ustedes comprenden? Para observar una estrella era imprescindible tan absoluta pureza en un lente, tan prolongados y penosos trabajos de tantos operarios.

El alma nuestra no va a observar una estrella sino a Dios, y va a observarlo no con un lente, sino con la luz de la gloria, y esta luz no puede iluminarla totalmente si queda en ella una mancha que pueda oscurecerla. [El purgatorio] es un baño que [el alma] debe hacer [para] presentarse limpia a las nupcias eternas de la felicidad sin fin.

(…) relatamos una revelación de Santa Mª Magdalena de Pazzi. Una tarde, mientras [paseaba] con algunas religiosas fue cogida en éxtasis y se le escuchó gritar varias veces: “Sí, daré una vuelta” y con estas palabras obedecía a la invitación de su ángel custodio que la exhortaba a visitar el Purgatorio (…) después escribió una espléndida narración (…) se detenía a mirar con señales manifiestas de horror y de compasión aquello que el ángel le mostraba. De tanto en tanto se le oía gritar: ¡Oh qué pena! ¡misericordia Dios mío, misericordia! Y vio el lugar más profundo del Purgatorio donde estaban los sacerdotes y religiosos, exclamando: ¡cómo! ¿sacerdotes y religiosos en este lugar tan horrible? ¡oh, mi Dios! ¡cuán atormentados los veo! Y diciendo esto, temblaba y sufría. Después (…) fue a aquel de las almas simples, de niños, y de las almas incultas, las cuales tienen sus culpas aminoradas por la ignorancia. Vio que había hielo y fuego, y las almas pasaban alternativamente de uno a otro tormento. Sufrían penas y, sin embargo, estaban contentas porque sabían que esos tormentos las llevarían al camino a la felicidad. Vio también, un lugar de nauseabundos demonios que atormentando las almas, las insultaban, eran almas que en vida habían sido vanidosas e hipócritas para agradar a los otros. Vio asimismo otro lugar, y en él, una muchedumbre que avanzaba como aplastada por un enorme peso, eran las almas que en vida fueron impacientes y desobedientes. Entró en un lugar muy cercano al Infierno, donde estaban los mentirosos y engañosos, sumergidos en un estanque helado, mientras se derramaba en su boca plomo derretido. Vio a los avaros, que estaban como licuados por el fuego, como plomo en el horno. Vio a los impuros, cuyos pecados les habían sido perdonados, pero no los habían expiado bastante en vida. Su puesto de expiación era sórdido y maloliente que de solo verlo daba horror y apretaba el corazón… Vio la cárcel de los ambiciosos y los vio sufrir agudos dolores en medio de densas tinieblas… “¡Oh, pobres miserables! – gritó – que por haber querido elevarse sobre los otros, están ahora condenados a tanta oscuridad”. Después vio las almas de aquellos que fueron ingratos con Dios, duros de corazón, que no supieron nunca lo que es amar a su Creador, Redentor y Padre. Ella los vio sumergidos en un lago de plomo derretido, en castigo por haber hecho estériles, con su ingratitud, las fuentes de la gracia. Finalmente, le mostraron una última prisión donde estaban las almas que por no haber tenido en vida ningún vicio particular, se mancharon con pequeñas faltas y vio que todas sufrían castigos correspondientes a sus faltas, pero en pequeñas proporciones (…)”

El Purgatorio” – Padre Dolindo Ruotolo

#PURGATORIO

EL ESCUDO CATÓLICO

19 Oct, 06:00


#IMÁGENES #JERÓNIMO #CASTIDADYMATRIMONIO

EL ESCUDO CATÓLICO

18 Oct, 06:05


DE CÓMO LOS RUSOS FUERON CONVERTIDOS AL CRISTIANISMO

«Imposible, dice César Cantú, es darse cuenta de la barbarie que oscurecía a Rusia en el siglo nono. Tinajas fijas en tierra e imitando en la parte superior figuras humanas, eran sus dioses a quienes ofrecían cebollas, carne, leche y licores espirituosos. Si durante la noche los perros se comían la carne, inferían que los dioses habían aceptado y consumido la ofrenda. La falta de pudor y de moral excedía toda ponderación. Al que caía enfermo le levantaban una tienda apartada y le dejaban en ella provisión de pan y agua sin prestarle ningún otro auxilio. Si sanaba volvía a los suyos, pero si moría le quemaban con la tienda. Cuando moría un magnate, una esclava debía inmolarse voluntariamente entre las ceremonias más crueles, y ser degollada por una vieja a quien se daba el nombre de ángel de la muerte.»

En tiempo del emperador Rurick, llegaron allí algunos sacerdotes y un obispo de la iglesia de Oriente. Rurick se conmovió al conocer la nueva doctrina, interrogó al obispo sobre los misterios del cristianismo y reunió el consejo de la nación a fin de deliberar sobre si debía abandonar el culto de sus abuelos para adoptar la religión de Jesucristo,

El obispo abrió el Antiguo Testamento y los Santos Evangelios, refirió los milagros de Jesucristo y la misericordia y amor de Dios hecho hombre. Después de esta exposición, Rurick consultó al consejo. Éste respondió:

- Si no vemos alguna maravilla semejante a la que se nos acaban de contar, no creeremos en las palabras de este extranjero; que nos muestre un milagro como el de los tres niños en la hoguera y nos haremos cristianos
.
- Aunque no se puede tentar a Dios y exigirle un prodigio, sin embargo -dijo el obispo- si estáis sinceramente resueltos a convertiros, pedid lo que queráis y yo no dudo de que el Señor os lo conceda.
- Bien -replicaron ellos- arrojad en el fuego el libro que tenéis en la mano, y si no se quema, creeremos en Jesucristo.

El obispo hizo la señal de la cruz y elevando al cielo sus manos suplicantes, exclamó: «Glorificad, Señor, vuestro santo nombre, a fin de que este pueblo crea en Vos.» Arrojó en seguida el libro a las llamas, y quedó intacto. Lo sacaron después de una hora y los rusos, proclamado el milagro, a grandes voces pidieron el bautismo y se convirtieron.

Catecismo en ejemplos” - Padre Camilo Ortuzar

#ARTÍCULOSVARIOS

EL ESCUDO CATÓLICO

17 Oct, 06:00


#IMÁGENES #CIENCIAYFE

EL ESCUDO CATÓLICO

16 Oct, 06:05


CASTIDAD Y MATRIMONIO

"Me sentí como el marido que, después de 4 años de matrimonio, se da cuenta de repente de que ya no siente deseo, ternura ni aprecio por la mujer que una vez amó; ningún placer en su compañía, ningún interés en gustarle, ninguna curiosidad por nada que ella pudiera hacer, decir o pensar; ninguna esperanza de que las cosas se arreglarán, ningún sentimiento de culpa por el desastre (…) durante 3 años y medio conocí sus hábitos de desaliño, descubrí lo rutinario y mecánico de sus encantos, sus celos y su egoísmo. El encantamiento había terminado y ahora la veía como a una antipática desconocida con la que me había unido indisolublemente en un momento de locura. Evelyn Waugh - Retorno a Brideshead

(…) hay épocas en las que [el amor] se percibe y siente como algo doloroso, se vive la relación (…) como un lazo al que uno se ha atado de manera firme... y no acaba de entender cómo fue capaz de hacer semejante cosa, [cómo] se metió en semejante tortura (…) Hay épocas en las que el amor se siente así, y solemos asustarnos. Como quien encuentra en su cuerpo un pequeño bulto fuera de lugar y enseguida cree hallarse ya en la recta final de sus días (…) quien encuentra en su amor estos sentimientos cree hallarse ya en la recta final de sus días de amor encantado, entendiendo que el desamor ha plantado la semilla de la muerte en su relación. Pero no es así. Este modo de sentir el amor, doloroso, de rechazo (…) que fuerza a echar la mirada atrás, que invita al arrepentimiento de las decisiones pasadas, que llena la boca de sabor amargo..., corresponde a una época buena —que no es lo mismo que agradable— del amor porque significa que este se halla en crisis, en crisis de crecimiento; «la carne que había echado al asador» de mi relación de amor ya se ha consumido; el amor necesita nuevas entregas, nuevos lazos, una relación más espiritual (…)

«¿Por qué hablan tan bien del amor, lo pintan feliz, si duele tanto?» (…) poco tiempo después de haber vivido un pasional e inesperado amor-enamorado aquellos encantos han pasado rápidos, y ahora son (…) ocasión de dolor (…) en ocasiones, la vivencia interior del amor, el modo de sentirlo, es el dolor (…) Toda historia de amor es una historia (…) de amor y de tragedia. La realidad de aquel proyecto ambicioso y feliz (…) es costosa: el amor hay que «realizarlo», y, en ocasiones, crecer en amor duele (…) «No todo es tan bonito como lo pintan» cuando por «bonito» se entiende cómodo, fácil, placentero y, por lo tanto, irreal. (…) Recuerdo el comentario de un buen amigo que, mientras tomábamos algo en la cafetería de un hotel, me mostraba el folleto de promoción de aquel lugar, y me decía con cierto desencanto: «Cuando hice mi compromiso de amor, el planteamiento que tenía era similar al que puede hacerse quien tiene entre sus manos uno de estos folletos de propaganda: fotos reales de salas y salones, habitaciones y servicios, zonas verdes vitalizadas por la presencia de un sol estático y fiel al hotel en cuestión. Sin embargo, el día a día me está haciendo ver que en el hotel también cuesta levantarse; que los mejores lujos son compatibles con el dolor de muelas; que el olor grasiento que sale de la cocina e impregna las paredes de las salas del hotel no había impregnado la foto del folleto..., y tantas otras realidades que, fríamente consideradas, podrían calificarse de trágicas»

Es preciso realizar una correcta lectura de las crisis. La crisis no es síntoma de que ya no vive el amor; no significa que ese amor «ya no sirve», sino todo lo contrario. No hay crisis sin vida, por lo que la crisis es síntoma de que hay vida, de que hay amor. Pero es precisamente la vitalidad de ese amor la que exige, en un momento determinado, que se la depure de adherencias mortecinas, de esquemas pequeños, egoístas o desgastados. Por eso, toda crisis, sea la que sea, es una posibilidad de ascender en la calidad del amor. Las crisis son fuente de vida. Y, a veces, necesarias fuentes de vida”

Construir el amor” – Padre José Pedro Manglano

#CASTIDADYMATRIMONIO

EL ESCUDO CATÓLICO

15 Oct, 06:00


#IMÁGENES #CASTIDADYMATRIMONIO

EL ESCUDO CATÓLICO

14 Oct, 06:06


CONVERSIÓN DE SERGEI KOURDAKOV (1951-1973) PARTE 2 DE 2

"Estaba en un estado interior de gran confusión, pero un día sucedió algo durante una intervención. Quería pegarle (a una anciana) con todas mis fuerzas para acabar con ella. Entonces, se produjo una de las cosas más extrañas. No puedo describirla bien. Alguien me agarró por la muñeca y dio un tirón hacia atrás. Me quedé estupefacto. Me hizo mucho daño; y no era pura imaginación. Alguien apretaba de verdad mi puño con tal fuerza que me lastimaba. Pensé que se trataría de un creyente y me volví para golpearle. ¡Pero allí no había nadie! Miré detrás de mí. Nadie había podido cogerme el brazo y, sin embargo, alguien me había agarrado. Todavía sentía el dolor. Me quedé confundido. La sangre se me subió a la cabeza… Las lágrimas empezaron a caer por mis mejillas.

Ésta fue su última intervención. Además, se había ya desilusionado de los jefes del partido comunista. En una fiesta, organizada por las altas autoridades del partido en Kamchatka, había observado su vida a todo lujo y cómo ellos, al estar borrachos, decían no creer en el comunismo. Aquellos hombres no creían en el sistema, sino que lo utilizaban para su provecho personal… Mi idealismo decepcionado murió aquella noche del centésimo aniversario del nacimiento de Lenin, el 22 de abril de 1970.

Renunció a su trabajo en la policía secreta y fue transferido a la Academia naval de Tomsk; donde, en enero de 1971, obtuvo el diploma de oficial telegrafista de la marina soviética. Lo destinaron a trabajar en distintos barcos y, estando de servicio en la nave espía Elagin, a pocos kilómetros de las costas canadienses, decidió huir hacia la libertad la noche del 3 al 4 de septiembre de 1971, lanzándose al mar en plena tempestad. Después de muchas dudas, el gobierno canadiense le concedió asilo político y su caso fue publicado en periódicos, radio y televisión del mundo entero. Para él lo más importante era encontrar a Dios, no sólo la libertad. Y lo encontró. Valió la pena arriesgarse y lanzarse al mar en una noche oscura y borrascosa, prefiriendo morir antes que llevar aquella vida sin Dios y sin libertad.

Las últimas palabras de su libro se las dedica a Natacha: Natacha, en gran parte ha sido gracias a ti como mi vida ha cambiado y yo soy un creyente en Jesucristo, como tú. Tengo una nueva vida por delante. Dios me ha perdonado, espero que tú también me perdones. Gracias, Natacha, dondequiera que estés. ¡Jamás te olvidaré! ¡Jamás!

Pero la KGB, la policía secreta rusa, le seguía la pista. Él ya había anunciado que, si le pasaba algo, todo tendría la apariencia de un accidente. Lo mataron el 1 de enero de 1973 por traidor al régimen comunista; sin embargo, seguirá viviendo en la paz de Dios y será siempre un ejemplo para los jóvenes valerosos que lo arriesgan todo por Dios y por la libertad.”

Ateos famosos convertidos Tomo II” - Padre Ángel Peña O. A. R.

#CONVERSOS

EL ESCUDO CATÓLICO

14 Oct, 06:05


CONVERSIÓN DE SERGEI KOURDAKOV (1951-1973) PARTE 1 DE 2

“A los 4 años quedó huérfano de padre, que fue fusilado (…) Al poco tiempo, murió (…) su madre y fue enviado a un orfanato del Estado, donde sufrió mucho por la dureza y crueldad de sus educadores; pero donde llegó a ser, por su carácter fuerte y decidido, el líder de todos los jóvenes del colegio.

En 1966, a los 15 años, fue designado jefe de la organización juvenil comunista de Barysevo, lo que le dio la oportunidad de entrar a estudiar en la Academia naval de Leningrado, a donde fue destinado. Al pasar por Moscú, fue a visitar la tumba de Lenin, pues era un comunista aguerrido y ateo convencido. Dice en su autobiografía: Cuando me aproximé a los restos mortales del Padre Lenin, fui invadido por un sentimiento de temor y veneración. Me acerqué y miré tranquilamente el cuerpo del hombre que había ocupado tantas horas de mi estudio y que era un dios para mí. Estaba en el origen de mi religión, que me había ofrecido algo en lo que creer por primera vez en mi vida… Me incliné y le dirigí una oración. Fue efectivamente una oración. No puedo llamarlo de otra forma. Recé: Ayúdame a comprender tus enseñanzas y asimilarlas. Aparta los obstáculos y los peligros de mi camino y de mi vida. Escúchame y guíame. Ayúdame, Padre Lenin.

En 1968 lo destinaron a la Academia naval de Petropavlovk (...) Allí lo nombraron jefe de la liga juvenil comunista de la Academia, que tenía unos 1.200 alumnos. En mayo de 1969, lo hacen jefe de un grupo especial, al que pertenecían 20 alumnos escogidos, destinados a luchar contra la religión. Los habían convencido de que los creyentes en Dios eran los peores enemigos del Estado, pues se reunían secretamente para complotar contra el país. Por eso, había que eliminarlos a toda costa. Por cada intervención que hacían les pagaban 25 rublos al mes, cuando a los alumnos de la Academia les pagaban 7 rublos y a un oficial naval, recién salido de la Academia, le pagaban unos 70 rublos.

Durante dos años, hizo unas 150 intervenciones en reuniones clandestinas de creyentes, a quienes mataban, golpeaban sin piedad o llevaban presos. A todos ellos los fichaban y muchos eran condenados a trabajos forzados en Siberia. En 1970, durante una operación en la calle Okeansakaya N° 66, encontró a una bellísima joven, Natacha Zdanova. A los tres días, la encontró de nuevo en otra reunión de creyentes. Le habían pegado ferozmente, le habían amenazado, le habían hecho advertencias. Había soportado sufrimientos inimaginables, pero allí estaba de nuevo… Ella tenía algo que nosotros no teníamos. Me entraron ganas de salir corriendo y preguntarle: ¿qué es? Yo me encontraba muy impresionado y, al mismo tiempo, profundamente confundido por aquella heroica joven cristiana, que tanto había sufrido entre nuestros puños.

Esta bellísima y valiente joven le hizo darse cuenta seriamente, por primera vez en su vida, de que los creyentes no debían ser tan locos ni tan enemigos del Estado como le habían hecho creer. Natacha le había cambiado su opinión sobre ellos.

Un día de julio de 1970, mientras estaba leyendo unos escritos que les había quitado a los creyentes, vio una hoja manuscrita del capítulo 11 del evangelio de san Lucas. Mientras leía, me llamaron la atención algunas palabras. Eran como una oración… Aquello no era en absoluto un escrito antiestatal. Decía cómo ser mejores y perdonar a quienes nos han ofendido. Me pareció que aquellas palabras saltaban del papel y se me grababan en el corazón… Era como si allí a mi lado hubiera alguien que me enseñaba aquellas palabras y me las explicaba. Me causaron un gran impacto. Las releí varias veces y me puse a meditarlas, perdido en lo que me parecía una maravilla… Era un sentimiento totalmente nuevo para mí. Durante los días y las semanas que siguieron, aquellas palabras de Jesús me acompañaban. No conseguía quitármelas de encima… Me guardé aquellas páginas y durante semanas no hice más que leerlas y releerlas.

[CONTINUA EN EL SIGUIENTE POST]

#CONVERSOS

EL ESCUDO CATÓLICO

12 Oct, 06:10


¡FELIZ DÍA DE LA HISPANIDAD!

Este texto, escrito por Cristóbal Colón, forma parte de sus relatos sobre el encuentro con los habitantes de las tierras que descubrió durante su primer viaje al Nuevo Mundo.

#IMÁGENES

EL ESCUDO CATÓLICO

11 Oct, 06:05


ARTÍCULOS RELIGIOSOS

"Cuando nos pasa algo destacable, sea lo que sea, sentimos inmediatamente la necesidad de contarlo: si me toca la lotería, si me doy un golpe con el coche, si me conceden un premio… no son cosas que uno pueda callar. Hay sucesos que por su relevancia o naturaleza claman por ser contados.

El encuentro con Jesucristo es uno de esos hechos que no se pueden mantener en silencio mucho tiempo. Un encuentro con Cristo marca el corazón de la persona y, aunque se tenga una cierta discreción, habrá personas de confianza con las que no podemos no compartirlo. «No podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oído», dicen los apóstoles.

No sé si es una historia real o un cuento. Leí en alguna parte que, hace muchos años, había un aeródromo en un pueblo de Valladolid llamado Villanubla. El nombre del pueblo hace intuir que, en esas tierras, no era infrecuente la niebla. Pues bien, eran otros tiempos y, por lo que fuera, había un paisano que atravesaba la pista de aterrizaje para llegar a sus campos. El hombre llegaba al borde del aeródromo, desde su tractor echaba un vistazo en los dos sentidos, comprobaba que no había ningún avión despegando, ni aterrizando... y entonces cruzaba la pista.

Cierto día, iba el campesino a sus campos con el tractor, el remolque, y en el remolque una vaca. Llegó al pequeño aeropuerto, se asomó y no vio venir ningún avión. Debía de ser un día de niebla… Cuando se encontraba con el tractor, el remolque y la vaca en el centro de la pista, oyó de pronto un ruido ensordecedor y fue atropellado por un bombardero.

El hombre resultó ileso. No se pudo decir lo mismo de la pobre vaca, ni del vehículo. Enseguida fue asistido por el personal de socorro. Cuando comprobaron que estaba indemne lo llevaron ante el responsable de la base. El coronel pidió disculpas, naturalmente, y se ofreció a resarcir el daño. Ya digo que más bien este relato suena un poco irreal pero, al parecer, la conversación giró pronto en torno a la compensación económica. Hay que decir que el campesino era un hombre sencillo y no muy letrado.

El coronel le ofreció diez mil pesetas por el perjuicio ocasionado, con la condición de que el agricultor no relatara a nadie lo sucedido. Desde su punto de vista tenía sentido intentar que no trascendiera. El campesino rechazó la oferta sin dar muchas explicaciones. El coronel dobló la cantidad. El paisano mantuvo su negativa. Por tercera vez, el primero le ofreció más dinero, insistiendo en la condición de mantener silencio. La reiterada negativa del pueblerino resultaba incomprensible. El jefe le pidió que le explicara el motivo, pues la suma ofrecida era ya considerable.

He aquí el argumento del campesino: la vida de un hombre de campo es enormemente monótona. De casa al trabajo, y del trabajo a casa. Nunca había pasado nada relevante en su vida. Cuando sale el sol, se levanta y trabaja, y a la puesta de sol se recoge en torno al hogar con su pequeña familia. Tampoco eran tiempos en que hubiese televisión. A lo sumo, oía un rato la radio en su pequeño transistor o bajaba al pueblo a tomar un vino con los conocidos. «Pero hoy me ha atropellado un bombardero... Y esto tengo que contárselo a mis hijos, y mis hijos se lo contarán a mis nietos. Algo así no puedo callarlo... Es el suceso de mi vida».

No era cuestión de dinero.
Era algo mucho más profundo.

(...) No podemos dejar de contar las cosas importantes que nos suceden. No mencionar que acabas de tener un hijo resulta antinatural. Guardar silencio tras presenciar un golazo de tu equipo de fútbol no es lógico. No compartir lo vivido al regresar de unas magníficas vacaciones en Tahormina, es absurdo. Casi inhumano.

Porque la condición humana pide comunicarse, compartir.

Cuando alguien se encuentra con Dios sucede lo mismo (...) Un cristiano corriente que ha descubierto el amor de Dios, un amor que le llena de plenitud, acabará por comunicar a su familia y a sus amigos ese tesoro que endulza su vida.

«No lo puedo callar, lo tengo que contar»."

"Viaje al corazón del Evangelio" - Padre Alfonso Sanz

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EL ESCUDO CATÓLICO

10 Oct, 06:00


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EL ESCUDO CATÓLICO

09 Oct, 06:04


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"(…) el Cristianismo desarrolla la idea de que el verdadero sacrificio tiene su origen en el amor. La Cruz es amor; y aunque todos pueden hacer sacrificios para alcanzar un fin (pues no hay ideal humano que pueda conseguirse de otro modo, tanto que aun el egoísta sigue el camino del sacrificio y hasta el avaro no llena su caja de hierro sin sacrificio) el cristiano es el que se sacrifica por amor.

Pero aún no es suficiente.

Una madre pagana puede sacrificarse por amor a sus hijos; un soldado griego o romano puede morir bravamente por amor a la patria.

Para tener un sacrificio cristiano es necesario algo más, que se añada a todo eso y lo transforme divinamente.

El pensamiento es sencillísimo.

Estamos unidos a Jesucristo y constituimos un mismo organismo con Él y con nuestros hermanos. Jesús no es un ser aislado y nosotros no vivimos atomísticamente separados. Vivimos en Él y por Él, con Él. Todo sacrificio nuestro es por tanto no sólo nuestro, sino Suyo y tiene influencia sobre todo el organismo de la Iglesia. (…)

San Pablo, con palabras a primera vista audaces, no vacilaba en escribir a los Colosenses: “Completo en mi carne lo que falta a los sufrimientos de Cristo para su cuerpo que es la Iglesia”. En verdad nada faltaba en sí a la integridad del sacrificio de Cristo, de valor infinito; pero Cristo no está solo; es Cabeza de la Iglesia, del organismo del que somos miembros, que debe por la semejanza conformarse con la Cabeza, por lo tanto completamos en nosotros lo que falta al Cuerpo Místico de Cristo.

En la práctica: cuando me mortifico, mi acto, por la unión de caridad que tengo con Cristo, es divinizado por la gracia, y es mío, pero no de mi pequeño yo aislado, sino de mi verdadero yo que forma un mismo todo con Cristo y con la Iglesia. Por ende, yo sufro, lucho, trabajo, me mortifico con Cristo. Él con Su fuerza divina, me ayuda y me estimula a vencerme y a superarme a mí mismo; está en mí, mientras lucho y sigo avanzando entre esfuerzos y abnegaciones; mis sacrificios son una continuación del sacrificio del Gólgota; mis pequeñas cruces forman una misma Cruz con la Suya; y para usar otra expresión de San Pablo a los fieles de Filipos, a mí y a todos nosotros nos “ha sido concedido el don no sólo de creer en Cristo, sino también de padecer por Él”.

Cada sollozo tiene acento divino; cada mortificación es semejante a una nota musical que escribo en la historia de la Iglesia; quien mira superficialmente las cosas considera idénticos dos Sol, dos La, o sea, una misma mortificación practicada por un estoico y por un cristiano; pero, aunque uno y otro hayan realizado un acto igual, el valor de la nota depende del canto en que se halla.

El canto del estoico considera sólo la dignidad humana; el canto del cristiano la armonía de la música divina, que se inicia con la Pasión y prosigue en los siglos.

El sacrificio del cristiano es (…) un acto de amor a Dios en unión con Cristo (…) y es (…) un acto de amor a los hermanos, en cuanto que amando a Jesús en nuestro hermano, el acto de amor a Dios y el de amor al prójimo no se diferencian específicamente, y en cuanto también por el dogma de la comunión de los Santos, toda acción buena individual repercute en todo el organismo de la Iglesia."

"El Silabario de la moral cristiana" - Mons Francisco Olgiati

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