Querida amiga:
Déjame presentarme, mi nombre o como me llaman los que se dicen “doctores” es anorexia, anorexia nerviosa, es mi nombre completo. Pero tú me puedes llamar ana, con un poco de suerte nos podemos volver grandes socias en los próximos meses invertiré mucho tiempo en ti y esperare que tú hagas lo mismo por mi.
En el pasado ya haz escuchado a todos tus profesores y padres hablando sobre ti, eres tan madura, tienes tanto potencial, 45 en cuerpo de inteligencia ¿a donde te ah llevado todo eso, sí se puede saber? A ningún lado! no eres perfecta y no estas tratando lo suficiente, en vez de eso pasas tú tiempo pensando y hablando con tus amigos, esos actos de indulgencia no serán permitidos en el futuro.
Tus amigos no te entienden. No dicen la verdad, son mentirosos. En el pasado, cuando inseguridad había ganado silenciosamente tú mente, preguntabas “¿Me veo…gorda?” Y ellos te respondían “No, claro que no” y tú sabías que mentian, sólo yo digo la verdad. Tus padres, mejor ni empezamos, tú sabes que te aman y que se preocupan por ti, pero parte de eso es porque son tus padres, y están obligados a hacerlo. Te voy a confiar un secreto: en el fondo están decepcionados de ti. Su hija, la misma que tenía tanto potencial, se a vuelto una vaca gorda y floja. Pero yo voy a cambiar todo eso.
Voy a esperar mucho de ti. No se te permitirá comer mucho. Empezará suave y lentamente: disminuyendo la cantidad de grasa, leyendo la información nutrimental, deshaciendote de la comida chatarra. Por un tiempo, el ejercicio será simple: correr un poco, unos abdominales, unas ranitas. Nada muy fuerte. Tal vez perder unos kilitos, deshacerte de ese rollito en la barriga. Pero no pasará mucho tiempo hasta que no te empieze a decir que eso no es suficiente.
Te exigire que bajes tú ingesta de calorías y subas el ejercicio. Te llevare al limite. ¡Tú lo aras, porque no me puedes desafiar! Estoy empezando a unirme a ti. Dentro de pronto, estaré siempre contigo. Estoy hay cuando te levantas en la mañana y corres a pesarte, los números se vuelven amigos y enemigos, y tus pensamientos rogando que sean más bajos que ayer, que anoche, etc. Miraras espejo con ganas de desmayarte. Te darán ganas de bomitar cuando veas grasa, y sonreiras cuando veas huesos. Estoy ahí cuando calculas el plan del día: 400 calorías, 2 horas de ejercicio. Yo soy la que está calculando todo eso, porque ahora tus pensamientos y los míos se están volviendo uno sólo.
Yo te sigo durante el día en el colegio, cuando tú mente se pasea por ahí yo te doy algo en que pensar. Recuenta las calorías que haz comido. Son demasiadas, yo lleno tú mente con comida, calorías, peso, IMC, y cosas que son buenas. Porque ahora ya estoy dentro de ti. Estoy en tú cabeza, en tú corazón y en tú alma. Los rugidos de tú estómago que pretendes no escuchar, en realidad son mis sonidos, adentro tuyo.
Muy pronto te estaré diciendo no sólo que hacer con la comida, sino que hacer todo el tiempo. Sonríe, presentate bien. Mete la barriga, puedo hacer que un plato de lechuga se vea como un destino digno de un rey. Ningún pedazo de nada… Sí comes, todo el control se rompera, quieres eso? Volver a ser la horrible vaca? Que aras? Te obligó a mirar a las modelos de las revistas, tan hermosas, tan perfectas, y te hago comprender que nunca podrás ser una de ellas. Siempre serás gorda. Cuando te mire al espejo, distorsiónaré la imagen. Te mostrar un luchadores de zumo cuando en realidad hay una niña hambrienta. Pero tú no debes enterarte, porque sí sabes la verdad, comenzarán a comer otra vez y nuestra relación se caira.
A veces te revelaras. Con suerte no lo suficientemente seguido. Reconocerás la fibra rebelde en tú cuerpo y te atreveras a bajar a la oscura cocina. La despensa se habría lentamente, rechinando. Tus ojos irán a la comida que yo eh mantenido a una distancia segura. La comeras, mecánicamente, sin disfrutarla realmente, simplemente acomodandote en el hecho de que estas llendo en mi contra. Irán por una caja de galletas, después otra. Tú barriga se hinchara y se verá grotesca, pero no te detendrá.