Las mujeres hablan demasiado, y el hombre no le agrada escuchar tanto.
Los hombres razonan mucho más que las mujeres, mientras que las mujeres son muy emotivas, y a ellas no les agrada aceptar el razonamiento de su esposo.
El esposo tiene que saber escuchar a su mujer…
La mujer tiene que saber aceptar lo que le dice su esposo, luego de haberla escuchado.
El oído del esposo es como un espejo donde ella se ve. La mujer necesita un espejo, siempre necesita un espejo. Sin espejo le cuesta mucho arreglarse. Y necesita el oído del corazón del esposo como un espejo de su alma para
poder verse en lo que el esposo entiende de ella y le hace saber.
Pero las mujeres muchas veces les cuesta reconocerse a través de ese espejo.
El hombre no se da cuenta de que eso forma parte importantísima del ministerio del esposo. Un médico que no escucha al paciente no puede diagnosticar. Y como él es médico de su esposa debe escuchar el alma de su esposa, ponerle el oído para ver dónde está el mal si es que hay mal y dónde está el bien si es que hay bien. Porque la esposa muchas veces va con su alma al esposo esperando una claridad que ella no consigue tener acerca de sí misma y que el esposo, cuando vive en estado de Gracia, puede dársela. Él tiene la Gracia de decirle: “Lo que te pasa es tal cosa”. Y ella decirle: “Realmente es así”. No porque se lo dijo él, sino porque fue como un reflector la razón del esposo proyectándose sobre la oscuridad del alma de la esposa, permitiéndole a ella ver, verse, ver en su interior, leer su
propia alma.
📝Para reflexionar:
¿Esposo escuchas a tu esposa?
¿Esposa aceptas lo que tú marido te dice luego de haberte escuchado?