Al no bastarles con el implacable aplastamiento de herejes por sus tropas de caballeros feudales y la consecución de suculentos botines en tierras conquistadas en nombre de su dios, (que no alcanzaron para saciar sus ansias de poder y riquezas desde el trono de Roma donde sentaban su culo sátrapas de turno a cada cual peor), estas “santas” sanguijuelas idearon una fórmula tan infantil como efectiva a medio y largo plazo para incrementar el número de presas de donde succionar la energía necesaria para que sus familias vivan como parásitos y vagos colmados de opulencia.
LA NOBLEZA NEGRA – Génesis del Imperio Veneciano, Pag. 47-48