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|•⇝ “En el fondo de mi corazón, no me arrepiento de sentir tanto.”
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Last Updated 09.03.2025 02:46
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Y ese pedacito de mi alma que tanto protegía, ardió. Ardió como ningún otro, y me quemó, me lastimó las manos, tanto como para que las cenizas que quedaron en ellas, se derramaran en el suelo. Grité, pero solo se escuchaba el silencio, mi garganta no emitía sonido. Y caí de rodillas, con miedo. Un terror intenso de que esas cenizas que se habían mezclado con el aire, volvieran a mi, con fuerza, y me golpearan. No resistiría otro golpe, aunque no estuviese sintiendo dolor. Si algo llegaba a reclamar un gramo de mi alma, caería aún más en lo profundo, y tal vez, no lograría recuperar ni un solo fragmento de mi alma.
Porque eso era lo que era yo, fragmentos.
Porque eso era lo que era yo, fragmentos.
⋅˚₊‧ (✿)‧₊˚ ⋅ FRASES TODOS LOS DIAS ⋅˚₊‧ (✿) ‧₊˚ ⋅
↱ contenido variado
| ❀ ꜰʀᴀꜱᴇꜱ ❀ ᴄᴀɴᴄɪᴏɴᴇꜱ
| ❀ ᴍᴇᴍᴇꜱ ❀ ꜱᴇʟꜰ-ᴄᴀʀᴇ
↳ y más...
❝ Entre tus brazos confiaría en cada palabra que me dijeras. ❞
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| ❀ ꜰʀᴀꜱᴇꜱ ❀ ᴄᴀɴᴄɪᴏɴᴇꜱ
| ❀ ᴍᴇᴍᴇꜱ ❀ ꜱᴇʟꜰ-ᴄᴀʀᴇ
↳ y más...
❝ Entre tus brazos confiaría en cada palabra que me dijeras. ❞
Que caos que es amar. Rezar porque el otro sienta lo mismo. Esperar una señal, cualquier motivo para ser dos. Dormir entre ausencias y vacíos empolvados, esperando, aunque el presente se vuelva infinito y el corazón abandone su pulso.
Esperando. Solo a ti te espero. Que caótico es el tiempo del amor. Con su sabor insípido y adictivo. Sabemos que hace mal, y aún así lo buscamos, lo esperamos, lo anhelamos. Caos y orden constante, luchando, sintiendo.
Esperando que caiga el rayo, rompa la ola, abra la tierra y nos consuma. Fuera de toda probabilidad posible, estamos ahí, esperando. Porque mi amor es tuyo, extraño, hasta cada hueso que se me ha podrido.
Esperando. Solo a ti te espero. Que caótico es el tiempo del amor. Con su sabor insípido y adictivo. Sabemos que hace mal, y aún así lo buscamos, lo esperamos, lo anhelamos. Caos y orden constante, luchando, sintiendo.
Esperando que caiga el rayo, rompa la ola, abra la tierra y nos consuma. Fuera de toda probabilidad posible, estamos ahí, esperando. Porque mi amor es tuyo, extraño, hasta cada hueso que se me ha podrido.
Eres mi constante sueño. Como si la conciencia se me hubiera ido hacia otro dueño. Eres a quien veo al cerrar los ojos. Surcando cielos, domando navíos, tocando universos. Y sin embargo, tal cual ironía, eres la razón de mi desvelo, de mi insomnio, de mi corazón aplacado. Luz, como si el mundo durmiera y todo estuviera apagado. Pensándote, amándote. La almohada es testigo de mis noches queriéndote. Aquí, a mi lado, hasta la punta de mi brazo extendido, hasta el lado de la cama donde se escuchan mis latidos.
Somos sol y luna, blanco y negro, azúcar y sal. Nos tocamos y alejamos como danza universal. Yo voy, tú te vas. Somos necesarios para sobrevivir, vivir, sobre llevar la vida, única que tendrás. Tu lo eres. Siempre lo serás. Eres ese sueño que me recuerda que estoy vivo. Que todo es real. Que eres real.
Somos sol y luna, blanco y negro, azúcar y sal. Nos tocamos y alejamos como danza universal. Yo voy, tú te vas. Somos necesarios para sobrevivir, vivir, sobre llevar la vida, única que tendrás. Tu lo eres. Siempre lo serás. Eres ese sueño que me recuerda que estoy vivo. Que todo es real. Que eres real.
La idea de que ya no sientes lo que un día sentías se ha instalado como un virus que aparece en forma de imagen, de suspiro, de sobresalto.
Leo en tus ojos la inercia, la reconozco, sonríes porque yo sonrío, me besas porque yo te beso, lo intentas porque no hacerlo es más doloroso.
No lo piensas, no te detienes, no quieres dañarme ni renunciar a la calma; pero sabes, como yo sé, que vivimos en un intento. Me aferro a ti con fuerza y siento tu desgana con más intensidad. Me contagio del desamor mientras finjo que no,
pero yo no sé estar aquí
de esta manera.
Leo en tus ojos la inercia, la reconozco, sonríes porque yo sonrío, me besas porque yo te beso, lo intentas porque no hacerlo es más doloroso.
No lo piensas, no te detienes, no quieres dañarme ni renunciar a la calma; pero sabes, como yo sé, que vivimos en un intento. Me aferro a ti con fuerza y siento tu desgana con más intensidad. Me contagio del desamor mientras finjo que no,
pero yo no sé estar aquí
de esta manera.
Soy todos los lugares que en mi vida he amado. Soy las sombras que entraban en un coche, la luminosidad de un puerto, los secretos abrazos, ocultos en los ojos. Soy todas las palabras que adoré en los labios y libros que admiré. Soy la felicidad de un día, el rumor de las llamas. Soy todo, pero nada es mío, ni el dolor, ni la dicha, ni el espanto, ni las palabras de mi canto.
Te libero de mí, de mis males, de mi mal genio, de los domingos por la tarde en donde nunca puedo más, del odio a mis cumpleaños, de no saber cómo hacer para regalarte algo que no pierdas.
Te libero de mi desengaño, de tu karma, de mis novedades, de la contradicción que represento.
Te libero de mis llamadas que te saben a autocompasión, de mis enredos, de mi cabello suelto, largo, sin peinar.
Te libero de mi consciencia, del desconcierto a fin de mes, de la caída, de la llegada, de mi huida inevitable.
Te dejo libre para que me dejes, para que me veas de lejos y me quieras, menos.
Te libero de mi desengaño, de tu karma, de mis novedades, de la contradicción que represento.
Te libero de mis llamadas que te saben a autocompasión, de mis enredos, de mi cabello suelto, largo, sin peinar.
Te libero de mi consciencia, del desconcierto a fin de mes, de la caída, de la llegada, de mi huida inevitable.
Te dejo libre para que me dejes, para que me veas de lejos y me quieras, menos.
Me había sentido triste antes, muchas veces. Pero ninguna sensación se comparaba con la que estaba experimentando. Era como si cada partícula de mi ser pesara una tonelada completa, como si todos los órganos de mi cuerpo dolieran, como si la ropa que vestía fuera incómoda, y aunque me dolía la cabeza y sentía unas ganas desmesuradas de llorar, nada salía de mis ojos.
"A veces uno amanece con ganas de extinguirse ... Como si fuéramos velitas sobre un pastel de alguien inapetente. A veces nos arden terriblemente los labios y los ojos y nuestras narices se hinchan y somos horribles y lloramos y queremos extinguirnos... Así es la vida, un constante querer apagarse y encenderse"