La alegoría de la caverna de Platón sigue siendo extremadamente importante hoy en día.
Los prisioneros de la famosa alegoría de la cueva están atados a un lugar en una cueva oscura desde la infancia. Sus cuerpos y cabezas están tan fijos que sólo pueden ver las sombras en la pared opuesta. Consideran que estas sombras son la única realidad porque nunca han percibido nada más.
Un prisionero logra escapar de la oscuridad y sale a la luz. Allí se da cuenta de que la realidad va mucho más allá de las sombras. Cuando regresa a la cueva después de darse cuenta de esto, se encuentra con el rechazo.
Es difícil cuestionar percepciones profundamente arraigadas y aceptar nuevas verdades
El camino hacia el conocimiento es doloroso y está lleno de desafíos. Se necesita tiempo para acostumbrarse a nuevas perspectivas.
Una vez que experimentamos esta claridad, es casi imposible volver a la oscuridad de la ignorancia.