Continuan los Incendios forestales en Los Ángeles: devastación, evacuaciones y una lucha sin tregua
Los Ángeles se enfrenta a una crisis sin precedentes debido a una serie de incendios forestales que, alimentados por fuertes vientos y condiciones secas, han arrasado más de 1,000 estructuras y forzado la evacuación de miles de personas. Al menos dos muertes han sido confirmadas, y numerosas personas resultaron heridas mientras las llamas consumían viviendas, negocios y extensas áreas naturales.
Un caos incontrolable
Tres incendios principales, entre ellos el incendio Eaton, Hurst y Palisades, avanzan sin contención alguna, devorando miles de hectáreas desde la costa del Pacífico hasta Pasadena. Los vientos, que alcanzaron ráfagas de hasta 160 km/h, complicaron los esfuerzos de los equipos de bomberos, dejando en tierra a los aviones cisterna durante la noche y limitando las operaciones terrestres.
En la ciudad de Pasadena, gran parte del territorio está bajo órdenes de evacuación. “Esta será probablemente la tormenta de viento más destructiva desde 2011”, advirtió el Servicio Meteorológico Nacional.
Más de 70,000 residentes han recibido órdenes de evacuación, un número que sigue en aumento. Las carreteras bloqueadas y el caos vial obligaron a muchas personas a abandonar sus vehículos y huir a pie, cargando solo lo esencial. Historias como la de Sheriece Wallace, quien descubrió el peligro cuando un helicóptero lanzó agua sobre su vecindario, ilustran la rapidez con la que las llamas se propagaron.
En un centro de residencia para personas mayores, el personal evacuó a los residentes en sillas de ruedas mientras brasas caían a su alrededor. La desesperación también alcanzó a estrellas de Hollywood, como Mark Hamill y Mandy Moore, quienes tuvieron que abandonar sus hogares.
El gobernador Gavin Newsom ha desplegado más de 1,400 bomberos y tropas de la Guardia Nacional para combatir las llamas. Sin embargo, los equipos locales están al límite de su capacidad, según Chad Augustin, jefe de bomberos de Pasadena. La destrucción generalizada en comunidades como Pacific Palisades pone en evidencia la magnitud del desafío.
Los incendios también han dejado sin electricidad a más de 180,000 personas, y las autoridades advierten que más de 500,000 podrían enfrentar cortes debido a las condiciones climáticas extremas.
Más de 100 escuelas han cerrado por el riesgo de incendios, dejando a miles de estudiantes sin clases. Mientras tanto, el sheriff del condado de Los Ángeles, Robert Luna, confirmó dos arrestos por saqueos en zonas afectadas. “Si vienes a robar, serás arrestado y procesado”, advirtió enfáticamente.
Aunque la temporada de incendios suele finalizar en octubre, las condiciones de sequía extrema han extendido su duración. Incendios en pleno enero, como los actuales, son cada vez más comunes, alertan expertos de CalFire.
Con lluvias escasas desde mayo y temperaturas inusualmente cálidas, los célebres vientos de Santa Ana han exacerbado el riesgo de incendios, convirtiendo al sur de California en un polvorín.
La devastación provocada por los incendios forestales subraya no solo la urgencia de medidas inmediatas, sino también la necesidad de abordar las causas estructurales ante la presencia de estos eventos y la gestión de riesgos. En un momento en que miles de vidas están en peligro y la infraestructura se ve gravemente afectada, Los Ángeles enfrenta un desafío monumental que requerirá esfuerzos colectivos para superarse.
La lucha continúa, y mientras los residentes esperan el alivio de las lluvias, el compromiso de las autoridades y la resiliencia de la comunidad serán clave para reconstruir lo perdido y prevenir futuras tragedias.
Con información de AP News