Luego de un año de cuestionamientos internos, el pasado martes renunció el secretario de Prensa de la Nación, Eduardo Serenellini. Según dijo el periodista, tomó la decisión por “motivos personales”, pero la realidad es que su puesto venía siendo analizado desde hace mucho tiempo por la secretaria general de la Presidencia. “El Jefe” decidió darle la responsabilidad de la comunicación al vocero Manuel Adorni, quien desde hace meses viene construyendo una “megaestructura” dentro del Gabinete y que ahora absorbió el área que dejó vacante “Serenito”.
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