Una vez la individualidad se difundió en todo, como se nos dice en el Salmo 82: “Yo digo, 'Sois dioses, hijos del Altísimo, todos vosotros; no obstante, moriréis como hombres y caeréis como cualquier hombre, oh príncipes.'” Aquí está esta difusión universal del único YO SOY. Tú dices, yo soy. Yo digo, yo soy. Nosotros decimos, yo soy. Ese es el ser único que cayó, encarnándose convirtiéndose en Hombre.
No me importa qué se ha contado sobre el camino de Buda o Confucio; yo te he contado el único camino de vuelta al Padre. Mi testimonio no está basado en una teoría, sino en mi propia experiencia personal, y te digo una verdad: hay sólo un camino ¡Yo soy el camino!
Otro caballero (un artista de profesión) escribió diciendo: “Me encontraba en el fondo de un profundo pozo. Mirando hacia arriba veía un bello cielo azul con pequeños cúmulos de nubes blancas que se convirtieron en palomas, con las alas extendidas como si flotaran. Entonces me dije: 'Esto es lo que Neville enseña. La paloma realmente flota.'”
Estoy emocionado de que en el sueño de este hombre él recordara la enseñanza. En el Libro del Génesis se nos dice que cuando la inundación de la ilusión hubo terminado, la paloma apareció trayendo de vuelta la hoja de laurel [sic]: la ramita de la victoria. Y la paloma realmente flota sobre el agua cristalina.
Yo he visto esta gran inundación de la ilusión como atmósfera cristalina y ahora se que para mí, el arca, la inundación ha terminado. El hombre es o el arca de Dios o un fantasma de la tierra y el mar, ¡y él no es un fantasma! El hombre es el arca de Dios, conteniendo todo dentro de sí mismo.
Recientemente un gran médico fue preguntado sobre la gripe que se está extendiendo por todo nuestro país. Cuestionado por dónde va el microbio cuando la gripe remite, él respondió: “No va a ninguna parte. Permanece en el hombre para ser activado otra vez.” Yo digo que los estados de ánimo lo activan.
La lepra no viene de fuera. El cáncer tampoco. Todo está dentro del hombre. Lees el periódico y reaccionas. Esa reacción pone una sensación en movimiento, sea cólera, frustración o irritación. Cuando la sensación se va, ¿dónde va? Vuelve a dormir dentro de tí, pues tú contienes el mundo y todo lo que hay en él.
Dios se convirtió en tí y, conteniéndolo todo, Dios es absoluto. El mundo enseña que Dios es todo lo bueno y nunca lo malo. Pero si hay mal, y Dios no es mal, entonces Dios no es absoluto.
Si tú puedes experimentar algo que Dios no puede, entonces tú debes ser más grande que Dios, y eso no es posible. Cuando lees de un chico inocente que fue asesinado y reaccionas, activas algo dentro de tí. Ello puede ser el dolor de muela o de estómago de mañana. No sé lo que será, pero Dios no es burlado. Cuando tú siembras una reacción, recoges un acto, pues tú y Dios sois uno.
Dios realmente se hizo como tú eres en el momento en que respiraste, pues el aliento y el espíritu son una y la misma palabra en hebreo y en griego. Cuando te dieron una palmada en el trasero, tomaste una inhalación profunda y respiraste, Dios se encarnó en tí. Luego atraviesas los hornos de la experiencia para llegar al final, cuando experimentas esta serie de acontecimientos. Ningún otro acontecimiento o acontecimientos te llevarán de vuelta.
El primer acontecimiento es tu despertar y resurrección del cráneo donde Dios entró. Luego, tu nacimiento como Dios. Saliendo de tu cráneo, todo el simbolismo de las Escrituras como es descrito en Mateo y Lucas está ante tí.
Los tres testigos están ahí, así como el niño envuelto en pañales. Los testigos hablan sobre tí, pero no pueden verte, ya que ahora eres espíritu.
Entonces, a causa de que nadie ha visto nunca a Dios, sino a su único Hijo engendrado, que está en el seno del Padre, ocurre el segundo acontecimiento, cuando el Hijo de Dios está ante tí y te hace conocido para tí mismo. Entonces tú, también, dirás: “Yo soy la raíz y la descendencia de David.” Pues, saliendo del ropaje que has vestido a lo largo de tu viaje en el mundo de muerte, tú eres David, ¡el único Hijo engendrado de Dios!