LA EUCARISTÍA ES REALMENTE JESÚS
JESÚS SE “EUCARITIZA” A SÍ MISMO, ES DECIR, SE MULTIPLICA MILAGROSAMENTE EN CADA UNA DE LAS HOSTIAS CONSAGRADAS PARA LA SANTA COMÚNIÓN
JESÚS TAMBIÉN “EUCARITIZARÁ” TODAS NUESTROS ALIMENTOS Y EL AGUA EN LOS REFUGIOS MARIANOS DURANTE LA GRAN TRIBULACIÓN, TAL COMO LO HIZO CON EL PAN Y LOS PECES PARA DAR DE COMER A MILES DE PERSONAS
Antes de que Jesús hable a sus oyentes sobre la Eucaristía, nos presenta la idea de otra manera, alimentando a 5.000 de ellos con cinco panes de cebada. Juan nos cuenta cómo Jesús “tomó los panes y, habiendo dado gracias, los repartió entre los que estaban sentados”, y hubo más que suficiente para todos. Pero esas tres palabras en español “habiendo dado gracias” son una traducción de una sola palabra griega: eucharistēsas. Jesús “eucaritiza” el pan, por así decirlo. Él da gracias por ello.
Jesús no les está dando la Eucaristía aquí. Sigue siendo pan, pero pan que se ha multiplicado milagrosamente a través de su oración de acción de gracias, con lo que lo eucaritiza, de modo que pudo hacer lo que era físicamente imposible para cinco panes de cebada.
Después de cada uno de los milagros de multiplicación, Jesús hace que sus seguidores recojan las sobras (Mateo 14:20, 15:37; Marcos 6:43, 8:8; Lucas 9:17). Eso no es sólo una buena limpieza: Jesús señala el significado simbólico de que haya doce cestas la primera vez y siete la segunda (Marcos 8:19-21), ya que doce y siete son números importantes en el judaísmo. Juan nos da la indicación más clara de lo que está sucediendo al informar la instrucción de Jesús a los discípulos: “Recoged los pedazos que sobraron, para que nada se pierda” (Juan 6:12). Parece que Jesús quiere que este pan transformado sea tratado con reverencia.
Nota. Es decir, todo lo que Jesús eucaritice en los refugios debe ser considerado con respeto y veneración. ¿Por qué? Porque estos alimentos y agua han “pasado por las manos” divinas de Jesús (Él los ha eucaritizado). ¡Maravilloso!
Al día siguiente, la multitud sigue a Jesús hasta Cafarnaúm, sin duda esperando recibir más comida gratis. Luego, Jesús comienza lo que se conoce como el discurso del Pan de Vida, en el que describirá su carne y su sangre como verdadera comida y bebida.
El discurso del Pan de Vida es realmente un diálogo entre Jesús y sus oyentes. Señala que buscan comida gratis cuando deberían buscar “la comida que a vida eterna permanece” (Juan 6:26-27). Luego, la gente exige una señal y le recuerdan a Jesús que Moisés les dio a comer pan del cielo a los israelitas. Jesús les dice que “no fue Moisés quien os dio el pan del cielo; mi Padre os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es el que desciende del cielo y da vida al mundo”, a lo que ellos responden: “Señor, danos este pan siempre.”
La Eucaristía es realmente Jesús.
Traducido y condensado de:
Catholic Answer Insider Newsletter