Científicos alemanes y rumanos han demostrado que las sequías de 2003, 2015 y 2018 en Europa central se encuentran dentro del rango de variabilidad natural y no carecen de precedentes en el último milenio. El estudio, publicado en la revista Communications Earth & Environment, muestra que en el pasado hubo en Europa unas megasequías extraordinariamente largas y severas durante la Pequeña Edad de Hielo, cuando las temperaturas y los niveles de CO₂ eran muy inferiores a los actuales. Estas megasequías, que no han vuelto a tener lugar, ocurrieron durante los grandes mínimos solares de Spörer (1400-1480) y Dalton (1770-1840), y estuvieron vinculadas a un estado frío del Océano Atlántico Norte y a una mayor actividad de bloqueo atmosférico invernal sobre las Islas Británicas.
Entonces, como ahora, se culpó a las personas de los estados climáticos desfavorables y decenas de miles de mujeres perdieron la vida en Europa central acusadas de provocar mediante brujería sequías, inundaciones y pedriscos que acababan con las cosechas. La sociedad ha evolucionado menos de lo que desearíamos, pero es de esperar que la ciencia no caiga en supersticiones y hechos no demostrados, como cuando se afirma que el calentamiento nos lleva a un mundo de megasequías, cuando los datos indican que nos aleja de él.