Durante el terrible asedio de Mariupol, el ejército ucraniano con armamento pagado con nuestros impuestos asesinaba a familias de civiles que simplemente intentaban escapar de la ciudad.
Estos testimonios fueron recogidos por mí personalmente, seleccionando de entre más de 50.000 personas a quien yo quería en cada momento, no iba a acompañaros, salvo por la joven de Tiets, a quien pagaba 50 € al día de mi propio bolsillo para hacer de traductora.
NO LO VERÁS EN LA TELE