Jueves 21 de noviembre
Hoy celebramos la memoria obligatoria de la Presentación de la Santísima Virgen María. A la luz de la liturgia de hoy, es maravilloso contemplar a un Dios tan humano, que se conmueve y llora como tú y como yo. La oración de Jesús hoy en el evangelio (Lc 19,41-44) se pone de manifiesto a través de las lágrimas, el Señor llora por Jerusalén, que es símbolo del pueblo que no le reconoce como su Mesías. Esta oración de dolor de Jesús es causada por el anhelo de instaurar la paz en los corazones que no le quieren aceptar. Ahora, nosotros debiéramos preguntarnos ¿De qué manera estamos asumiendo la vida de Jesús en la nuestra? ¿Será que permitimos que él entre y haga morada en nosotros?
Gracias Señor por tu presencia en mi vida. Has querido instaurar tu Reino en mí y yo, muchas veces en mi soberbia no lo he aceptado. Dame la gracia de abrir mi corazón y en confianza abandonarme en tus manos. Amén.