EL MIEDO
El VI/RUS es SOBRE TODO el MIEDO
Hace cinco se cumplieron los 50 años del fin de mis estudios secundarios, el antiguo BACHILLER, aquél que constaba de seis cursos y el PREU.
Nos reunimos aquellos compañeros que convivimos todos esos años, nuestra infancia y adolescencia. Las canas, arrugas, calvas y achaques habían sustituido a aquellos chavales plenos de ilusión. Algunos, pocos, ya no pudieron venir ni lo podrán hacer nunca. Hablamos de nuestras cosas como si sólo hubieran pasado unos meses, todos coincidimos en que la vida es un suspiro.
Curiosamente nuestra manera de ver la actual sociedad, era coincidente en una inmensa mayoría, y no muy positiva. Todos añorábamos tantas cosas, a pesar de que en aquellos años carecíamos de casi todo…
Yo escribí la pequeña presentación que os dejo en la foto. En ella destacaba el hecho de que éramos los “niños mayores de la paz”; de un periodo de paz coincidente con nuestras vidas que raramente se ha dado en el mundo; (sólo hace falta conocer un poco la historia).
Cinco años después esa paz ya no existe; y aunque por ahora no tenemos que mirar al cielo por si nos caen bombas como digo en el escrito, ahora esas “bombas” son, eso quieren hacernos creer, nuestros propios semejantes, esos que ahora son nuestros potenciales enemigos.
En la Alemania de Hitler, eran los propios alemanes los que denunciaban a sus vecinos judíos para que los deportasen o asesinasen. En la URSS eran los hijos los que denunciaban a sus padres si hablaban mal del partido y estos acababan muriendo agotados y de frío en el GULAG. Ahora nuestros vecinos o conciudadanos nos miran como asesinos si no llevamos “bien puesta” la mascarilla, el bozal, la mordaza… Y algunos nos increpan e insultan, o llaman a la policía.
Pondría ejemplos sangrantes vividos en primera persona. Sólo describiré uno:
Me disponía a tomar el ascensor del hospital para una de mis revisiones en neumología por mi reciente y grave neumonía bilateral. Cometí el terrible error de no fijarme en los dos pares de marcas en forma de zapatos pintados en el suelo del ascensor, y me metí en él junto a otras dos personas. Al apretar el botón del segundo piso una voz de ultratumba, fruto de centenares de miles de cigarrillos quemados (olía terriblemente a tabaco) y detrás, eso sí, de su mascarilla, me increpó: ¡SÓLO CABEMOS DOS! ¡NO ME EXTRAÑA QUE HAYA 80.000 MUERTOS si todos actúan como usted!
Cuando me disponía a contestarle el ascensor paró, y me lo pensé mejor… ¿Para qué razonar con alguien tan poco racional? Me quedé con las ganas de decirle que dejara de fumar. Por supuesto que yo llevaba también mi mascarilla quirúrgica (sin ella no puedes pasar al hospital…)
La segunda foto está sacada hace un par de días. En Cantabria no es “obligatoria” la mordaza en la playa. Pero da lo mismo, todo el mundo “responsable” y "solidario", se la pone igualmente. En la foto sólo hay uno que no la lleva pero le he emborronado la cara para “preservar” su identidad.
No nos tiran bombas desde aviones. Las tiran desde el GLOBALISMO, el GOBIERNO, y Los Medios de Manipulación de Masas.
Por poco, pero no he vivido todos mis años en PAZ.
El miedo a lo INVISIBLE es una ARMA PODEROSA.
Yo sólo puedo decir que NO, que ¡¡¡¡NO TENGO MIEDO!!!!