El infierno de Verónica: detenida por secuestro tras encontrar un iPhone en Tehuacán
Verónica Inés Barbosa Pérez vive un verdadero infierno tras ser detenida y acusada de secuestro, después de que encontrara un iPhone en una calle de Tehuacán y buscara devolverlo a su dueño. La historia comenzó la noche del 18 de octubre, cuando ella y su esposo, Alejandro Aponte Feria, salían de la casa de sus suegros.
Mientras caminaban, Verónica vio un celular iPhone tirado en la calle 22 del Fraccionamiento Santa María. Decidió recogerlo con la intención de regresarlo. Informó sobre el hallazgo en un grupo de WhatsApp de retenes en Tehuacán, pidiendo que el dueño le diera características del teléfono para poder devolvérselo.
Después de informar sobre el teléfono, comenzó a recibir llamadas en él. Según Alejandro, ella contestó una llamada pensando que era el dueño, pero la mujer al otro lado no pudo describir el dispositivo. Luego, Verónica pidió a Siri que llamara a "mamá", y habló con una mujer que agradeció su gesto y acordaron entregar el teléfono al día siguiente.
Sin embargo, esa noche recibió más mensajes y una llamada de un número desconocido. Al contestar, le dijeron que "sabían que sus familiares estaban en un velorio en la Sierra Negra" y que "ya lo habían levantado", implicando que estaba relacionado con el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG). Verónica pensó que era una broma y decidió continuar con su plan de devolver el móvil.
En la madrugada del 19 de octubre, un policía estatal tocó su puerta alegando un llamado de emergencia. Verónica y Alejandro negaron haber hecho tal llamado, pero ella accedió a proporcionar su nombre para la bitácora. Durante el día, Alejandro notó patrullas en la calle, pero no les dio importancia.
Cerca de las 14:30 horas, Verónica llamó a Alejandro desde su trabajo en una lavandería para que la recogiera. Ella llevaba consigo el iPhone, ya que había acordado entregarlo más tarde. Aproximadamente a las 17:00 horas, Alejandro recibió una llamada de su hija informándole que Verónica estaba alterada porque la policía había ingresado a su casa.
Al llegar a su hogar, no encontraron nada extraño y trataron de comunicarse con Verónica sin éxito. Al ir a la lavandería, les dijeron que se la habían llevado personas encapuchadas que no se identificaron. Revisaron los videos de seguridad y parecían agentes ministeriales armados que incluso cubrieron las cámaras para evitar grabar el acto.
La familia buscó ayuda en diversas instancias sin éxito hasta que finalmente se enteraron de que Verónica estaba detenida en la fiscalía en Puebla. En la medianoche del domingo 20 de octubre, su hermana pudo entrar a verla y notó que había sido golpeada y posiblemente torturada.
El abogado de Verónica, Víctor León, indicó que están tramitando un amparo debido a incomunicación y tortura. Se espera activar el Protocolo de Estambul para documentar las lesiones sufridas por Verónica. Buscan que cesen las investigaciones en su contra por secuestro y se inicien otras por tortura contra el personal fiscal.
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