LA CONVERSIÓN DE SAN PABLO
Hoy la Iglesia celebra la conversión de san Pablo Apóstol, que fue el año segundo, después de la Ascensión del Señor.
Saulo de Tarso estaba lleno de odio a Jesucristo y sus discípulos. En su camino a Damasco es derribado del caballo, por el mismo Jesús a través de una luz del cielo que brilló sobre él y sus compañeros, cegándolo por espacio de tres días, y de ser el más feroz perseguidor de cristianos se convierte en un apóstol ardiente de Cristo, y en un irresistible predicador del Santo Evangelio. El Señor le envía a Ananías para devolverle la vista y administrarle el santo Bautismo. El Apóstol novel permanece algunos días con los discípulos de Damasco, y, enseguida, se pone a predicar a Jesús en las sinagogas, asegurando que es el Hijo de Dios. San Pablo fue elegido por Dios como uno de sus principales instrumentos para la conversión del mundo.
MEDITACIÓN: SOBRE LA CONVERSIÓN DE SAN PABLO
I. Dios llama a San Pablo derribándolo por tierra y elevándolo hasta el tercer cielo. Ya no ve a las creaturas pues ha visto a Dios. ¿Quieres convertirte? Escucha la voz de Dios que te habla; cuando te arrebata tus placeres, tus parientes, tus amigos, son rayos que recibes que te advierten cierres los ojos a las cosas de este mundo y eleves tu mirada hacia los cielos. Cuántas veces ha dicho Jesucristo en el fondo de tu corazón: “¡Desventurado! ¿por qué me persigues?”.
II. San Pablo escucha la voz de Dios, y le responde: Señor, ¿quién eres tú? Examina las inspiraciones que sientes. ¿Son de Dios? ¿Es la voz de la vanidad o la de Jesucristo la que te llama a esta obra al parecer tan santa? Desde que hayas reconocido la voz de Jesucristo, dile con San Pablo: “Señor, ¿qué quieres que haga?”.
III. San Pablo ejecuta con prontitud aquello que se le manda. Escucha a Ananías, recibe el bautismo e, inmediatamente, da testimonio de Aquél que lo ha llamado de las tinieblas a la luz. ¿Quieres tener éxito en tu conversión? No te demores, vete a buscar un prudente y sabio director espiritual; él será el intérprete de la voluntad de Dios. No tardes, alma mía, en convertirte al Señor, ni lo difieras de día en día (Eclesiástico).
ORACIÓN
Oh Dios, que habéis instruido al mundo entero por la predicación del apóstol San Pablo, haced, os lo rogamos, que honrando hoy su conversión, marchemos hacia Vos imitando sus ejemplos. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
cortesía: @espadadesanfernando | t.me/espadadesanfernando
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