" Todo el mundo tiene una meta en la vida, y la meta de un Maestro espiritual no es atraer hacia él al mundo entero, sino formar obreros para trabajar para el advenimiento del Reino de Dios.
Así pues, si no siente que, gracias a sus enseñanzas, logra formar verdaderos obreros, verdaderos servidores de Dios, tendrá la impresión de haber perdido el tiempo, de haber trabajado para nada.
Sus discípulos deberían pensar: “Nuestro Maestro está aquí para ayudarnos, para iluminarnos, para instruirnos, para conectarnos con el Cielo, pero nosotros ¿acaso hemos hecho también algo por él? ¿Acaso no tiene él, también, un anhelo, un deseo?” Y encontraran que, también él, desea algo. Lo que desea, no lo desea para él, ésta es la diferencia: desea obreros que propaguen luz, servidores de Dios que trabajen para el bien del mundo entero."
Omraam Mikhaël Aïvanhov