El Tzompantli era una estructura ritual utilizada en las antiguas culturas mesoamericanas, como los mexicas (aztecas) y los mayas, para exhibir cráneos humanos, generalmente de guerreros sacrificados o prisioneros capturados en batalla. Este altar de cráneos tenía un profundo significado religioso y simbólico, relacionado con el culto a los dioses, la fertilidad, la muerte y la guerra. Los cráneos eran perforados y ensartados en largas estacas o vigas de madera, formando una especie de “muro” o “torre” de cráneos que se exhibía en lugares públicos, como templos o plazas.
El descubrimiento de un Tzompantli en el Templo Mayor de Tenochtitlán en 2017, con más de 600 cráneos, confirmó la magnitud y el simbolismo de estas estructuras en la vida pública y religiosa mexica. Aunque el Tzompantli puede parecer macabro desde una perspectiva moderna, en su contexto histórico y cultural representaba el equilibrio entre la vida, la muerte y el favor de los dioses.