🤐 SOBRE ANALISTAS Y ANALISTOS 🤐
@InversoresInstitucionales
En el inmenso mundo del análisis financiero, es esencial trazar una línea clara entre aquellos que son verdaderos analistas y los divulgadores de análisis ajenos. La diferencia radica en un factor fundamental: la capacidad de generar contenido original, basado en herramientas propias, conocimientos técnicos y una buena comprensión de la materia sobre la que se habla.
Los verdaderos analistas son creadores de contenido PROPIO. No se limitan a comentar informes producidos por bancos de inversión o casas de análisis; en cambio, son capaces de construir sus propios modelos, empleando sus propias herramientas de análisis. Estos profesionales son independientes en su capacidad de estudiar los mercados, de anticipar movimientos y de ofrecer una visión fundamentada en datos reales. Saben cómo interpretar las variables que afectan al tema que analizan hasta llegar a una conclusión elaborada y bien fundamentada. Todo ello les permite crear un análisis completo, profundo y, lo más importante, único.
Por otro lado, están aquellos que no crean contenido original, sino que se limitan a tomar lo que otros ya han dicho y presentarlo como si fuera propio. Estos divulgadores dependen completamente de fuentes externas. Su valor radica en acercar información y análisis al gran público, no en sus opiniones. Comentan lo que bancos de inversión, casas de análisis u otras instituciones ya han producido, sin agregar realmente ningún valor adicional. Si estas fuentes dejaran de existir, ¿cuál sería su contenido real? Piénsalo. Su conocimiento es más superficial y sus análisis carecen de independencia, ya que están directamente condicionados/sesgados por las fuentes de las que obtienen los análisis sobre los que dan su opinión personal.
Es importante que la próxima vez que veas a alguien presentándose como analista, te detengas a reflexionar. ¿Es realmente un analista o un divulgador de análisis de terceros? Si buscas información confiable y útil para tomar decisiones de inversión, ve siempre a la fuente original, ya que como en el juego del teléfono escacharrado, es fácil añadir o quitar por el camino información, que se pierdan matices importantes que desvirtúan el análisis original para vanagloria del transmisor de la información... para alimentar el ego de aquellos que venden como suyo el trabajo de otros.