¿Ves la noche igual que yo, oscura? ¿Podrías sentir el mismo vacío que se forma en mi pecho cual nudo en la garganta de cualquiera, insípido?
¿Qué buscamos? Comencé a extrañarte más intensamente que la tarde en la cual nos besamos y el atardecer asomó su rostro. Esto no es poesía, sinceramente quería muchas cosas y aún me frustra tu adiós silencioso, excusado y tan irritante al no reconocer lo que te tocaba.
Ahora los fantasmas me acompañan, o quizá son mis mascotas disfrazadas con ayuda de mi esquizofrenia. Tu sonrisa de lado a lado ayudaba a la mía para que pudiera salir a flote, todavía a sabiendas de que no me gustaba sonreír pero ¿qué más da, verdad?
Admito que jamás he sido la mejor persona cuando de expresar sus emociones se habla: explosiva, impulsiva y tan, pero tan jodidamente, caliente. Quería explotar contigo pero implosioné solo.
¿Sabías que aparentemente he estado mal cuando escribo solo y sólo? La RAE dice que muchas de las expresiones que usamos las podemos usar según nuestro propio criterio, pero me esforcé en ser tan sincero contigo.
Carta de mierda, letras sin sentido. Fumo un par de cigarrillos y luego dejo aquel maldito vicio; ya me duele la espalda...