"Fariseos modernos"
📖 Lectura bíblica:
"Pero Jesús le dijo: Ustedes los fariseos se lavan por fuera, pero por dentro son malos, no ayudan a nadie y roban a la gente."
Lucas 11:39 (TLA)
En este pasaje, Jesús de manera frontal pone de manifiesto la hipocresía de los fariseos.
Estos por cumplir con sus propias tradiciones, limpiaban lo de afuera, pero descuidaban lo de adentro.
El Señor Jesús, sabía que por dentro, los fariseos estaban llenos de maldad.
Un fariseo era alguien muy religioso que pertenecía a una secta de judíos que llegaban al extremo de tratar de obedecer todas las leyes.
Eran muy estrictos en su forma de vida y muy críticos de los demás.
Según los fariseos, Dios miraba solamente el cumplimiento externo de la ley, pero según Jesús, Dios mira el corazón de las personas.
El error básico de los fariseos era creer que la justicia de Dios tiene solamente que ver con acciones externas y no con acciones internas.
Eran cuidadosos con mantener la limpieza exterior, pero ignoraban la suciedad interior.
De esta manera estaban desconociendo que el mismo Dios que creó lo de afuera, también creó lo de adentro de una persona y por tanto es necesario tener limpio también lo de adentro.
Los fariseos modernos también defienden más las tradiciones que la misma Palabra de Dios. Siguen abusando de personas que tienen genuinas intenciones de amar a Dios y seguirlo. Son expertos en robar la libertad y la capacidad de pensar.
Nosotros también podemos caer en el error de los fariseos, cuando pensamos que por conocer la Biblia, por orar y asistir a todas las reuniones de la iglesia, estamos justificados para mantener una vida privada con suciedad, malos pensamientos y pecados ocultos.
En la actualidad existe mucho cristianismo en la cabeza, poco en la práctica, y casi nada en el corazón, lo cual es el mismo fariseísmo antiguo pero con nuevos actores. Por eso debemos discernir los buenos de los malos líderes, los que edifican y ayudan a perseverar en la fe y la Verdad, de aquellos que solo utilizan a las personas como un medio para creerse superiores, pero no se preocupan por su crecimiento espiritual.
Los fariseos están activos y vivos en la iglesia de hoy, como lo estuvieron hace mas de dos mil años cuando crucificaron al Señor y detestan a las personas que pecan diferente a ellos.
En la mente de un fariseo moderno, cualquier seguidor de Cristo que cree diferente a ellos, no es digno del amor de Dios. Si usted le dice a un fariseo “Yo no estoy de acuerdo con vos” el interpreta eso como una herejía y cree que el evangelio está en “peligro.”
Solo esto puede ser suficiente para ganarte un enemigo.
Para los que están comenzando en la fe, el veneno que un fariseo puede dar es mortal y es por esto que muchos no quieren acercarse a Dios.
En la actualidad, muchas personas no llegan a los pies de Jesús porque al ver el accionar de estos fariseos, entienden al cristianismo como una pérdida de libertad, piensan que ser cristiano significa que ya no pueden divertirse ni disfrutar de la vida. Es decir, que toman como muestra del cristianismo a los fariseos quienes enseñan que todo es pecado y que se debe vivir pendientes de un reglamento lleno de prohibiciones.
Pero es importante dejar en claro que Jesús no vino a condenar al mundo sino a salvarlo.
Y si Jesús no condena a nadie ¿Por qué los fariseos modernos condenan a todo mundo?
La respuesta es que al igual que los fariseos de la época de Jesús, el amor y la misericordia de Dios no ha llegado a sus corazones.
La Biblia dice que nuestra vida secreta es la verdadera prueba de fuego de nuestra fe:
“Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él.”
Proverbios 23:7
Para pensar:
¿Quieres saber quién eres en realidad? Examina tu vida, sobre todo tus pensamientos más íntimos. Mírate en el espejo de la Palabra de Dios, deja que ella te revele y corrija los pensamientos y los motivos reales que hay en tu corazón.