#226 — La filosofía no es un juego (o por qué tus palabras no importan)
"La filosofía no es un truco ni algo para un espectáculo. No se preocupa por las palabras, sino por los hechos. No debe emplearse para provocar placer antes de empezar el día o para llenar nuestro tiempo libre. Moldea y construye el alma, da orden a la vida, guía las acciones, muestra lo que se debe o no hacer, corrige nuestro rumbo cuando vacilamos en la incertidumbre. Sin ella, nadie podría vivir sin miedo o libre de preocupaciones. Innumerables cosas suceden cada hora que requieren consejo, y tal consejo debe buscarse en la filosofía."
— Séneca
Pocos se consideran filósofos. Y muchos otros creen que la filosofía no tiene aplicación práctica. Algo divertido para académicos y personas desocupadas, aquellos que quieren impresionar a otros con una larga lista de nombres antiguos.
Pero la filosofía no es eso. No es un juguete o un juego para ver quién recuerda más nombres griegos y latinos.
La filosofía es una guía. Si no tuvieras valores y principios, no podrías definir qué es bueno o malo, lo que es correcto o incorrecto, cómo actuar y qué no hacer, lo que es importante y lo que es irrelevante.
La verdadera filosofía ofrece estas directrices, en lugar de una retórica complicada para aburrir a alguien. Y cuando hablamos de los estoicos, las palabras se vuelven aún más innecesarias.
Recuerda: la filosofía no es una forma de entretener a alguien, es algo serio. Está hecha para ser usada. Está hecha para tu vida.
### Aplicación personal
Hay una historia sobre Catón el Viejo (abuelo de Catón el Joven) y un filósofo escéptico llamado Carnéades.
Un día, Catón caminaba por las calles de Roma y vio a Carnéades predicando poéticamente a favor de la justicia. Al día siguiente, Catón lo encontró argumentando en contra de la justicia. Entonces, Catón convenció al Senado de enviar a Carnéades de vuelta a Atenas porque estaba corrompiendo a la sociedad romana. (Quizás esto llevó a Carnéades a empezar a atacar el estoicismo).
Desde la perspectiva estoica, argumentar a favor de dos ideas contrarias es una pérdida de tiempo y energía. Es una técnica interesante para analizar nuestras hipótesis y verificar fallos en el razonamiento, pero vivir bajo ese precepto es un desperdicio: significa no tener nunca una idea formada sobre algo y no poseer un conjunto sólido de valores para guiar las decisiones.
Tus palabras no importan. Lo que importan son tus acciones, y estas están directamente ligadas a tu filosofía personal, por lo tanto, no la trates como un juego.
| texto por Sabrina A. (2017)